Creadores de escasez

Las señales de recesión económica a escala global han provocado opiniones favorables al uso de estímulos fiscales procedentes de figuras nada sospechosas de heterodoxas (como es el caso de Ben Bernanke o Dominique Strauss-Kahn). Mientras tanto, en España se nos anuncia que el Gobierno va a destinar 4.700 millones de euros del superávit fiscal al fondo de reserva de la Seguridad Social (algo que, en el mejor de los casos, ayudaría a solventar problemas fiscales dentro de, digamos, 15 años). O que, si Zapatero nos va a devolver 400 euros mediante reducciones en las retenciones a cuenta del IRPF,...

Las señales de recesión económica a escala global han provocado opiniones favorables al uso de estímulos fiscales procedentes de figuras nada sospechosas de heterodoxas (como es el caso de Ben Bernanke o Dominique Strauss-Kahn). Mientras tanto, en España se nos anuncia que el Gobierno va a destinar 4.700 millones de euros del superávit fiscal al fondo de reserva de la Seguridad Social (algo que, en el mejor de los casos, ayudaría a solventar problemas fiscales dentro de, digamos, 15 años). O que, si Zapatero nos va a devolver 400 euros mediante reducciones en las retenciones a cuenta del IRPF, es decir, a una media de algo más de 33 euros mensuales, ¿tan sobrados vamos?

Lo más lamentable de todo es que mientras en EE UU (referencia para todos aquellos que piensan que todo mal procede de la falta de libertad de mercado) no hay barreras a la colaboración entre el Tesoro y la Reserva Federal, en la Europa del euro, más papistas que el papa, todavía carecemos de una verdadera autoridad fiscal, equivalente al Gobierno Federal de Estados Unidos, lo cual impide la ejecución de una verdadera política fiscal a escala europea. Peor todavía, la colaboración entre los tesoros y los bancos centrales de cada país está prohibida legalmente.

Parafraseando a David Anisi, nos estamos convirtiendo en creadores de escasez.