Editorial:

Diferencias en la OPEP

Venezuela e Irán quieren politizar el cártel petrolero mundial en contra de Arabia Saudí

La cumbre de jefes de Estado de los 13 socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), reunidos este fin de semana en Riad, no ha abierto heridas ni provocado divisiones, pero sí ha dejado bien marcadas las diferencias estratégicas que existen dentro del cártel, que controla el 40% de las reservas mundiales de crudo. Venezuela e Irán, acompañados de Ecuador, desearían que la OPEP se convirtiera en un agente de presión política y social mientras que Arabia Saudí, primer productor mundial, y los países del Golfo, más sensibles a las demandas de Estados Unidos y el resto de l...

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La cumbre de jefes de Estado de los 13 socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), reunidos este fin de semana en Riad, no ha abierto heridas ni provocado divisiones, pero sí ha dejado bien marcadas las diferencias estratégicas que existen dentro del cártel, que controla el 40% de las reservas mundiales de crudo. Venezuela e Irán, acompañados de Ecuador, desearían que la OPEP se convirtiera en un agente de presión política y social mientras que Arabia Saudí, primer productor mundial, y los países del Golfo, más sensibles a las demandas de Estados Unidos y el resto de los países occidentales, desean mantener los actuales niveles de producción o aumentarlos ligeramente para así frenar la espiral del precio del petróleo, que roza ya los 100 dólares el barril.

La Declaración de Riad afirma que la organización, creada hace casi medio siglo, se compromete a continuar suministrando crudo a los mercados internacionales de manera "suficiente y fiable" para satisfacer las necesidades mundiales. Pero no alude de forma directa a la evolución de los precios más allá de señalar que los países productores tienen el derecho a obtener "beneficios aceptables, estables y equitativos". Resulta significativo que no haya una sola referencia al objetivo de Chávez de pretender sustituir el dólar por el euro o una cesta de divisas en las transacciones de petróleo debido a la fuerte depreciación sufrida por el billete verde. El líder venezolano ha sido una vez más con su retórica el foco de atención en Riad al declarar que "la caída del dólar es la caída del imperio".

Es evidente que gran parte de sus discursos últimos deben leerse en clave interna con el fin de lograr un masivo triunfo en el referéndum sobre la reforma constitucional el mes próximo. Pero no sólo. El presidente de Venezuela va de la mano de su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad, con quien hoy se reunirá en Teherán, en sus planes de convertir la OPEP en agente de presión contra Estados Unidos, y propicia la idea de favorecer un mayor encarecimiento del petróleo, que se ha cuadruplicado desde 2002. Chávez ya ha advertido a la Administración de Bush de que el precio se podría disparar hasta 200 dólares el barril si a Washington se le ocurriera "invadir Irán como hizo en Irak, o agredir a Venezuela".

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