Club Editor publicará cartas inéditas de Mercè Rodoreda

Colometa no ganó en 1960 el premio Sant Jordi de novela, que fue a parar a Enric Massó por Viure no és fàcil. Pero dos Joan, Fuster y Triadú, miembros del jurado, recomendaron al editor Joan Sales que se la mirara. Hiperactivo, éste no tardó en enviar una carta muy educada a la autora, Mercè Rodoreda (entonces en Ginebra), solicitando leer el manuscrito. Ahí nacería una de las correspondencias literarias más interesantes, intensas y largas (desde 1960 hasta 1983) de las letras catalanas. Un cruce de misivas hasta ahora inédito y que, publicado por Club Editor (el sello histórico ...

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Colometa no ganó en 1960 el premio Sant Jordi de novela, que fue a parar a Enric Massó por Viure no és fàcil. Pero dos Joan, Fuster y Triadú, miembros del jurado, recomendaron al editor Joan Sales que se la mirara. Hiperactivo, éste no tardó en enviar una carta muy educada a la autora, Mercè Rodoreda (entonces en Ginebra), solicitando leer el manuscrito. Ahí nacería una de las correspondencias literarias más interesantes, intensas y largas (desde 1960 hasta 1983) de las letras catalanas. Un cruce de misivas hasta ahora inédito y que, publicado por Club Editor (el sello histórico de Rodoreda desde los años sesenta), será la joya, el próximo abril, de las ediciones que a lo largo de 2008 conmemorarán el centenario del nacimiento de la autora de La plaça del Diamant, así como los 25 años de la muerte de ambos corresponsales.

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La estudiosa Montserrat Casals, biógrafa de Rodoreda, es quien ultima en estos meses la edición de una correspondencia generosa, de casi 500 misivas, de las que no llegan a 140 las firmadas por la escritora. "Sales era un grafómano pero, en contrapartida, guardaba poca cosa", aclara Casals para justificar el desequilibrio. El periodo abarca los últimos 23 años de vida de la escritora y los de su mejor producción: "A la tercera carta ya aparecen referencias a su novela La mort i la primavera, que escribe también en esa época", constata la editora, un título que se sumará al de las conversaciones sobre la Colometa que después será La plaça del diamant ("Sales le dice enseguida que el título original no le gusta nada") y, al poco, el de Mirall trencat. ¿Por qué tanta confianza? Para Casals, "Sales es, tras su amigo y compañero sentimental Armand Obiols, el mejor crítico de Rodoreda, quien más y mejor comprende qué quiere transmitir con su obra; a medida que se alejará de Obiols, ella se acercará más y más a Sales".

Esa es la parte de "intensidad creativa" de la correspondencia, explica la editora; pero también se da una "beligerancia literaria": Sales le escribía sobre anécdotas o personajes que creía que Rodoreda debía añadir o cambiar de sus obras y "también le discutía el uso de palabras, como viudo, vorera, cuarto fosc... Y más de una vez la autora le contesta que a ver qué se ha creído".

Pero no sólo de literatura viven sus conversaciones escritas: la realidad va salpicando los contenidos. "Hablan muchísimo de otros editores y autores, de a quiénes leen y quiénes no, en especial del mundo cultural castellano, donde sobresale Carlos Barral, así como de los inevitables problemas endémicos entre catalán y castellano". Para contextualizar todo ello, Casals ha puesto notas a las cartas, precedidas cada año por un texto introductorio donde explica el ambiente sociocultural del momento.

Sin tener oficialmente la categoría de inéditos como las cartas -en 2002 y 2006 el Institut d'Estudis Catalans ya hizo una edición en dos volúmenes de las mismas-, la inclusión de las primeras novelas de Rodoreda que ella no quiso recuperar en vida (Sóc una dona honrada?; Del que hom no pot fugir, Un dia en la vida d'un home y Crim) en la primera entrega correspondiente a la narrativa da lustre a la edición de las Obras completas de la escritora, con la que Edicions 62 y el Institut d'Estudis Catalans se suman a las celebraciones editoriales. La especialista Carme Arnau -que ha lanzado una versión retocada de la biografía de la autora que escribió en 1992 y que en mayo publicará en Selecta una selección de un centenar de cartas de Rodoreda a personajes como su amiga la escritora Anna Murià, Josep Carner y Obiols- es la responsable de una edición que tuvo un precedente en 1976 y que ahora sólo en lo que respecta a la entrega de la narrativa reunirá 4.000 páginas en tres volúmenes. A éstos le seguirán toda la poesía y todo el teatro (2009) y también la correspondencia. Arnau será la autora, asimismo, de una edición de Semblava de seda i altres contes (Edicions 62). También en ese sello aparecerá una edición corregida y aumentada de Tots els contes.

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Quien quiera completar lo esencial de la bibliografía conmemorativa deberá contar con el opúsculo Per conèixer Mercè Rodoreda, de Josep Maria Castellet (Edicions 62), y una Invitació a la lectura, de Mercè Ibarz (Empúries).

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