Antich acabará en Palma un polémico hospital proyectado por el PP

Los consejeros del Bloc critican la decisión, pero no dejarán el Gobierno con el PSOE

"El corazón me duele", confesó ayer el presidente de Baleares, el socialista Francesc Antich, con gesto compungido y rostro agotado. "Es la más difícil de las decisiones que he tomado", añadió, refiriéndose a su compromiso de concluir el polémico hospital de Son Espases proyectado por el PP y abandonar así una de las banderas simbólicas de la izquierda. La obra iniciada por Jaume Matas antes de las elecciones y paralizada por la nueva mayoría de centro izquierda supone una inversión pública de 640 millones de euros.

La izquierda y los ecologistas se sumaron al rechazo al hospital que ha...

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"El corazón me duele", confesó ayer el presidente de Baleares, el socialista Francesc Antich, con gesto compungido y rostro agotado. "Es la más difícil de las decisiones que he tomado", añadió, refiriéndose a su compromiso de concluir el polémico hospital de Son Espases proyectado por el PP y abandonar así una de las banderas simbólicas de la izquierda. La obra iniciada por Jaume Matas antes de las elecciones y paralizada por la nueva mayoría de centro izquierda supone una inversión pública de 640 millones de euros.

La izquierda y los ecologistas se sumaron al rechazo al hospital que habían iniciado los vecinos y una congregación religiosa. Consideraban que la ubicación del complejo sanitario en un entorno rural, cerca del monasterio de la Real, en Palma, era una agresión medioambiental y patrimonial y denunciaban un proceso especulativo de solares anejos, fruto del tráfico de información privilegiada.

El programa del PSOE planteó como alternativa la reforma del viejo complejo hospitalario de Son Dureta. En el pacto del Gobierno multipartito PSOE-Bloc (PSM-IU-Verds) más Unió Mallorquina, Antich firmó que paralizaría las obras para estudiar las posibilidades jurídicas, económicas y técnicas de otra ubicación.

En dos meses se desveló la decisión de continuar las obras. Primó "el interés general" de no "retrasar siete años" la finalización del hospital en otro emplazamiento. Antich no pudo implicar en la decisión a sus socios del Bloc y reconoció las discrepancias de "una parte de los partidos" de la mayoría. Los tres consejeros del Bloc tacharon la decisión de "decepcionante y falta de valentía" pero no dejan sus cargos en el Ejecutivo. Unió Mallorquina respalda la vía elegida por "ser la más rápida". La estabilidad del pacto no corre peligro.

Un sector del PSOE plantó una fuerte oposición a la postura de su líder. La presidenta del Consell, Francina Armengol se confesó ayer "desilusionada". En el partido socialista "mucha gente hace un gran sacrificio" asumió Antich. Armengol lidera a los socialistas de Mallorca y ha exhibido su falta de sintonía con Antich.

El PP acusó al Gobierno de demagógico. La congregación religiosa de la Real habla del triunfo de "los piratas". Los vecinos se sienten "engañados" y los ecologistas dijeron que la solución supone "un descrédito" para la política.

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