Reportaje:

Retrato del artista anciano

Una exposición reúne en el Museo de Arte Contemporáneo de Segovia la obra realizada en la vejez por 57 artistas, de Tiziano a Tàpies

Se trata de analizar la figura del artista anciano. Aquél que vive un momento en el que domina la técnica y, sin embargo, tiene dificultades físicas y vislumbra su fin. Ése es, según José María Parreño, director del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia, el punto de partida de la exposición Aún aprendo. Últimas obras de Tiziano a Tàpies, de la que él mismo es comisario. La exposición, que se inaugura hoy, recoge una selección de 80 obras realizadas en la etapa final de 57 grandes artistas españoles y extranjeros, como Goya, Picasso, Sorolla, Rembrandt, Kandinsky, De Koo...

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Se trata de analizar la figura del artista anciano. Aquél que vive un momento en el que domina la técnica y, sin embargo, tiene dificultades físicas y vislumbra su fin. Ése es, según José María Parreño, director del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia, el punto de partida de la exposición Aún aprendo. Últimas obras de Tiziano a Tàpies, de la que él mismo es comisario. La exposición, que se inaugura hoy, recoge una selección de 80 obras realizadas en la etapa final de 57 grandes artistas españoles y extranjeros, como Goya, Picasso, Sorolla, Rembrandt, Kandinsky, De Kooning y Cézanne, entre otros. El proyecto ha contado con la colaboración de más de 40 prestamistas de cinco países, entre ellos las más importantes colecciones españolas.

El artista anciano, a juicio de Parreño, está en una situación particular porque pinta para sí mismo, más que para el resto, y así surgen obras distintas y con características especiales, libres de compromisos.

Un ejemplo lo constituye Esteban Vicente, el único español de la llamada Escuela de Nueva York del expresionismo abstracto, que estuvo pintando hasta los 98 años, momento en el que produjo una obra muy especial, desligada de la abstracción, de la figuración y de las modas.

Pero Esteban Vicente no es el centro de la muestra -abierta hasta el 13 de enero-, cuyo montaje ha sido complicado porque había que conseguir obras muy específicas, las llevadas a cabo por los artistas en el último periodo de su vida. Y, en algunos casos, las últimas: como Sorolla, Juan Barjola y Anglada-Camarasa. Hay trabajos de cuando el artista deja de pintar y obras de otros que aún viven, con más de 80 años, como Tàpies o Cristino de Vera.

Distribuidas por épocas, la primera sala está dedicada a la abstracción. Hay obras de Saura, Tàpies, Millares, Palazuelo, Zóbel o Martín Chirino; para continuar por un pequeño espacio para obra figurativa, con Zurbarán, Ribera, Vicente López, Valdés Leal, Gutiérrez Solana y Evaristo Valle. Otra sala está dedicada a los tres grandes españoles del arte moderno: Picasso, Dalí y Miró, para seguir por otra donde se cuelga papel, dibujos y grabados, desde una acuarela de Cézanne a Goya, Rembrandt, Tiziano y Oteiza. Otra dependencia alberga grandes formatos, todos abstractos, con De Kooning, Roberto Matta, Ráfols-Casamada y Gustavo Torner. La última sala está dedicada al paisaje y al retrato, con clásicos, como Aureliano de Beruete, Ignacio Zuloaga, Díaz Caneja o Vaquero Turcios; y a bodegones de Bores y Derain.

Patrocinada por Caja Madrid, la exposición va acompañada por el ciclo de conferencias El temblor del tiempo. Los artistas la hora del adiós, dirigido por Francisco Calvo Serraller. Intervendrán los artistas Cristino de Vera y Gustavo Torner, los escritores José Jiménez Lozano y Antonio Gamoneda, el neurólogo Alberto Portera y el músico Luis de Pablos.

Óleo Dos de mayo IV, de Fernando Zóbel.
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