Guipúzcoa creará el próximo jueves la comisión que investigará el fraude fiscal de Irún
Salvo sorpresas, todos los grupos de las Juntas Generales de Guipúzcoa aprobarán el próximo jueves en pleno crear una comisión de investigación que aclare las posibles responsabilidades políticas en el presunto fraude cometido en la oficina de la Hacienda foral en Irún.
Una vez que el pleno dé luz verde a su creación, la comisión se constituirá en un plazo "muy breve", con la elección de un presidente y el nombramiento de un representante por cada grupo juntero. Podrá entonces iniciar sus trabajos, según precisó ayer la presidenta del Legislativo provincial, la socialista Rafaela Rome...
Salvo sorpresas, todos los grupos de las Juntas Generales de Guipúzcoa aprobarán el próximo jueves en pleno crear una comisión de investigación que aclare las posibles responsabilidades políticas en el presunto fraude cometido en la oficina de la Hacienda foral en Irún.
Una vez que el pleno dé luz verde a su creación, la comisión se constituirá en un plazo "muy breve", con la elección de un presidente y el nombramiento de un representante por cada grupo juntero. Podrá entonces iniciar sus trabajos, según precisó ayer la presidenta del Legislativo provincial, la socialista Rafaela Romero, durante una comparecencia en la que detalló el resto de asuntos que se tratarán en dicha sesión plenaria.
Todos los partidos están de acuerdo en formar la comisión, su objeto, el plan de trabajo y su duración -seis meses-, explicó Romero, algo en lo que "no hay mayores discusiones". "Otra cosa" será desde ese momento, pues habrá que "determinar qué comparecencias se producen y en qué orden", entre otras cuestiones.
Tras las vacaciones de verano, la juez que investiga el supuesto fraude retoma mañana el caso con la toma de declaración a cinco personas en calidad de testigos. Entre este mes y los dos próximos ha citado a declarar ya a 46 ciudadanos, la mayoría contribuyentes que entregaron diversas cantidades de dinero para saldar su deuda fiscal al ex director de la oficina de Irún, José María Bravo, quien supuestamente se apropió de ellas.