Análisis:A LA PARRILLA

Preguntas y repreguntas

En la entrevista de Iñaki Gabilondo al presidente del Gobierno, el jueves por la noche en Cuatro, hubo las preguntas que tenía que haber. Era aparentemente sencillo, se trataba de formular las que la ciudadanía también se hace. Pero eso, a veces, a los periodistas nos cuesta. No fue el caso. Hubo las preguntas más necesarias y, lo más importante, las repreguntas cuando las respuestas parecían elusivas. Y el tono de las mismas era severo: "Le han engañado o se ha engañado", "optimismo o ceguera", "gran resbalón", "¿ha sido leal con Rajoy?", "Gobierno desdibujado, a la intemperie"...

Era ...

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En la entrevista de Iñaki Gabilondo al presidente del Gobierno, el jueves por la noche en Cuatro, hubo las preguntas que tenía que haber. Era aparentemente sencillo, se trataba de formular las que la ciudadanía también se hace. Pero eso, a veces, a los periodistas nos cuesta. No fue el caso. Hubo las preguntas más necesarias y, lo más importante, las repreguntas cuando las respuestas parecían elusivas. Y el tono de las mismas era severo: "Le han engañado o se ha engañado", "optimismo o ceguera", "gran resbalón", "¿ha sido leal con Rajoy?", "Gobierno desdibujado, a la intemperie"...

Era la primera entrevista a José Luis Zapatero tras la ruptura de la tregua por ETA. El escenario era austero. Los dos contertulios estaban muy cerca, una distancia más propicia a la interpelación mutua que a la esgrima cortesana que, desde luego, no existió. Sin lances protocolarios, se aprovechó el tiempo para hablar de lo importante. Es paralizante tener que estar todo el día replicando a que España no se ha roto ni vendido. Zapatero tuvo unos primeros planos en los que transmitía convicción sobre lo que estaba diciendo -que tenía el deber de intentarlo- y una reiterada pesadumbre por el hostigamiento del PP en materia de terrorismo, inédito en la democracia.

El norteamericano George Lakoff sostiene que cuando se plantea si una declaración es verdad o mentira, "es asombroso descubrir" que para la mayoría de la gente lo menos importante es saberlo. Les interesa si él se lo creía, si trataba de aprovecharse o engañar. Lakoff es un lingüista cognitivo, de quien la Complutense acaba de publicar su libro sobre el lenguaje en el debate político, No pienses en un elefante, una riña militante a la fragilidad de la gente del partido demócrata a la hora de transmitir sus propios valores. Una gente que se ha pasado unos cuantos años, y por eso perdían, argumentando en contra de los conservadores republicanos manteniéndose para ello en el lenguaje y el marco conceptual de éstos. "Hay que enmarcar las verdades desde tu perspectiva", reclama.

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