Reportaje:

La ira y su voz

Mavis Staples, una de las grandes del 'soul', ofrece un soberbio disco reivindicativo

"¿De verdad crees que a estas alturas la gente quiere escuchar canciones de liberación?, le dije a Andy Kaulkin, el presidente del sello Anti, cuando me propuso grabar este disco. Luego, en menos de un minuto, me di cuenta de que era muy necesario, vistas cosas como lo del Katrina o lo de ese joven negro acribillado por la policía camino de su boda. Es un álbum político, sí, pero eso es lo que estuve haciendo muchos años con The Staple Singers". Mavis Staples (Chicago, 1939) transpira satisfacción cuando habla de su nuevo trabajo, We'll never turn back (Anti-Pias), en el que recr...

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"¿De verdad crees que a estas alturas la gente quiere escuchar canciones de liberación?, le dije a Andy Kaulkin, el presidente del sello Anti, cuando me propuso grabar este disco. Luego, en menos de un minuto, me di cuenta de que era muy necesario, vistas cosas como lo del Katrina o lo de ese joven negro acribillado por la policía camino de su boda. Es un álbum político, sí, pero eso es lo que estuve haciendo muchos años con The Staple Singers". Mavis Staples (Chicago, 1939) transpira satisfacción cuando habla de su nuevo trabajo, We'll never turn back (Anti-Pias), en el que recrea algunos de los himnos del movimiento por los derechos civiles. Su devastadora garganta vivió aquella reivindicación pacífica de los sesenta junto a su padre, Pops Staples, y sus hermanas en The Staple Singers.

Ry Cooder, productor de We'll never turn back, siempre admiró el estilo a las seis cuerdas del fallecido patriarca de los Staples. "Lo primero que hizo Ry fue pedirme uno de los viejos amplificadores de Pops. En cuanto enchufó la guitarra, supe que nos esperaba algo grande", rememora Mavis. Las sesiones de grabación evitaron el mero rescate arqueológico, por la vía de la frescura: "No ensayamos, hicimos muy pocas tomas y yo nunca sabía cuál iba a ser el siguiente tema. Hubo una conexión especial".

Tanto Cooder como la intérprete añaden composiciones propias al grueso de temas tradicionales. La de Mavis, My own eyes, transmite la emotividad de lo vivido con ojos no precisamente ajenos: ella y su padre pasaron una noche de 1965 en un calabozo de Arkansas por capricho de un policía racista. Ya entonces lucía su poderosa voz: "De pequeña me metía en peleas porque me gritaban: 'cantas como un niño' y, en los primeros tiempos con The Staple Singers, al cantar las notas bajas, había personas que apostaban dinero a que yo no era una niña, sino un hombre o bien una señora gorda".

La potente seda vocal de Mavis, además de brillar como imitadora durante la entrevista (parodia con cariño a Janis Joplin), aparece en el álbum junto a otros pilares de la reivindicación racial, The Freedom Singers, y por el coro surafricano Ladysmith Black Mambazo. Otros no participan, pero no esconden su admiración por Mavis: a dúo con Bob Dylan aspiró a un Grammy, y Curtis Mayfield y Prince escribieron para ella. "He tenido la suerte de trabajar con muchos genios. Ry Cooder es otro de ellos".

Mavis Staples en una fotografía de promoción.
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