"El programa es de un sadismo tremendo"
"Manifiestamente negativo", "un delirio total", "un sadismo tremendo con la donante y los receptores". El director de la Organización Nacional de Trasplantes española (ONT), Rafael Matesanz, no ahorró ayer descalificativos al programa televisivo holandés El gran espectáculo del donante, antes de conocerse que el supuesto concurso era en realidad un simulacro que pretendía concienciar a la población de la necesidad de donar órganos.
Como ya había dicho la ministra de Sanidad, Elena Salgado, Matesanz insistió en que un espacio televisivo, como el anunciado, sería imposible en Españ...
"Manifiestamente negativo", "un delirio total", "un sadismo tremendo con la donante y los receptores". El director de la Organización Nacional de Trasplantes española (ONT), Rafael Matesanz, no ahorró ayer descalificativos al programa televisivo holandés El gran espectáculo del donante, antes de conocerse que el supuesto concurso era en realidad un simulacro que pretendía concienciar a la población de la necesidad de donar órganos.
Como ya había dicho la ministra de Sanidad, Elena Salgado, Matesanz insistió en que un espacio televisivo, como el anunciado, sería imposible en España.
Para Matesanz, lo más preocupante de la iniciativa era el efecto negativo que el programa podía tener entre los posibles donantes: "Tenemos datos que corroboran que la gente dona si hay una asociación clara y transparente entre donación y un proceso limpio. Por el contrario, cualquier cosa que no suene bien hace que la gente se lo tome como algo negativo".
Por eso Matesanz, quien puso en marcha la ONT en 1989 y ha conseguido que las tasas de donación sean las más altas del mundo, se mostraba escéptico. "Es un reality, y en estos espectáculos siempre hay dinero de por medio", dijo ayer. También discutió el argumento de la cadena BNN, que sostenía que la idea del programa era incentivar las donaciones: "Es manifiestamente negativo. Va a hacer que se donen menos órganos en Holanda, un país que tiene una de las tasas más bajas de Europa, 10 donantes por millón de habitantes, la tercera parte que en España", insistió.
"Cuando los índices son muy bajos, se tiende a la liberalización de la donación de vivo, y en este caso se les ha ido de las manos", insiste. "Es una tendencia que se da en otros países, como EE UU o algunos de Asia o Latinoamérica, pero es entrar en lo que los expertos llaman una política de pendiente deslizante, en la que se suprimen los controles", explica.
Ello no quiere decir que la donación de vivo no sea lícita. En España se permite, pero con "dos controles muy estrictos: que no haya compensación -y en este caso, al tratarse de un reality, seguro que la hay- y otro muy importante: que donante, receptor y equipo médico deben ir delante de un juez a explicar la relación que hay entre ellos, y ese control jurídico es toda una garantía".