Crítica:LAS VENTAS

Torres Jerez despierta la tarde

Segundo día de compensaciones. Toreros fuera de la lista, toreros de tardes de otoño en tarde otoñal de primavera. Luces que se apagan. Hace unos años, no tantos, Víctor Puerto y Eugenio de Mora figuraban en ferias y carteles de tronío. ¿Qué pasó? ¿Perdieron las maneras, pesó un percance, falló un apoderado, se sobrevaloraron? Ayer, ¿recuperaron los manchegos el brillo de las luces? No. Sólo el almeriense puso calor y sal al plato frío y soso de Las Ventas.

¡Con qué aire le dio dos delantales y una serpentina al tercero! Torres Jerez venía cargado e iba a por él, que, justito al salir d...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Segundo día de compensaciones. Toreros fuera de la lista, toreros de tardes de otoño en tarde otoñal de primavera. Luces que se apagan. Hace unos años, no tantos, Víctor Puerto y Eugenio de Mora figuraban en ferias y carteles de tronío. ¿Qué pasó? ¿Perdieron las maneras, pesó un percance, falló un apoderado, se sobrevaloraron? Ayer, ¿recuperaron los manchegos el brillo de las luces? No. Sólo el almeriense puso calor y sal al plato frío y soso de Las Ventas.

¡Con qué aire le dio dos delantales y una serpentina al tercero! Torres Jerez venía cargado e iba a por él, que, justito al salir de varas, se fue a tablas buscando la puerta. En la muleta se dobló bien, luego, en el tercio, abrió el compás y lo metió en la tela con enjundia y alegría. La templanza codiciosa del burel le hizo pisar dos veces la franela que dibujaba trazos flamencos en redondos y trincheras. Tres ayudados por bajo buscaron cuadrarle y allí el toro volvió a buscar el chiquero y Torres la maldición del estoque. Pero en el sexto -pitones como agujas-, tras dos verónicas diferentes, lo empezó a meter en cintura corriendo la franela, el brazo curvo, girando la cadera con gracia y buen compás, sobre todo en soberbios naturales,bajos, barredores, de muñeca mágica, abrochados con trincheras hondas y largos de pecho.

Cortés / Puerto, Mora, Torres Jerez

Toros de Cortés; embistieron con nobleza, menos el 2º. El 1º, boyante, se aplaudió en el arrastre. Flojearon 2º y 5º, y manseó el 3º. Víctor Puerto: trasera, contraria -aviso- (pitos); media y dos descabellos (algunos pitos). Eugenio de Mora: media y dos descabellos (silencio); media y tres descabellos -aviso- (silencio). Francisco Torres Jerez: dos pinchazos y pinchazo hondo bajo (palmas); estocada (oreja). Plaza de Las Ventas, 6 de mayo. Más de media entrada.

Víctor Puerto estuvo en otro sitio. Al primero, un toro boyante de dos orejas, se lo llevó al centro y se perdió con él en la muleta. El morlaco quería comérsela y Víctor sólo mostraba algún detalle de calidad, ausente en la tarde. El de Mora estuvo frío, sin encontrar los pasos al toreo. El segundo imposible, pero el quinto, un flojo que metía la cabeza con nobleza, no encontró el sitio, la distancia, y, apagado, tiraba, lo acompañaba, se atropellaba, le daba uno suelto, sin ardor, sin toreo.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En