Crítica:FERIA DE ABRIL

Manzanares 2, El Juli 1, Morante X

El Juli venía a por todas, a olvidar y resarcirse de ausencias pasadas. Y Manzanares también. La prueba es que Julián dejó sin picar a sus dos toros y es posible que haya que ir concediendo que las varas ya no son suerte del toreo actual. ¿Terminarán por desaparecer como las muelas del juicio? Una pena. El primero, justito y con el aburrimiento de un armario, no permitió a Julián, que le aireaba a media distancia, ligar el trapo. Como persistiera con el engaño, se empezó a silbar. Lo atravesó en la paletilla y ya nada salió. La opinión se dividió y fue, a vida o muerte, a enmendar la tarea en ...

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El Juli venía a por todas, a olvidar y resarcirse de ausencias pasadas. Y Manzanares también. La prueba es que Julián dejó sin picar a sus dos toros y es posible que haya que ir concediendo que las varas ya no son suerte del toreo actual. ¿Terminarán por desaparecer como las muelas del juicio? Una pena. El primero, justito y con el aburrimiento de un armario, no permitió a Julián, que le aireaba a media distancia, ligar el trapo. Como persistiera con el engaño, se empezó a silbar. Lo atravesó en la paletilla y ya nada salió. La opinión se dividió y fue, a vida o muerte, a enmendar la tarea en su segundo, al que recibió echando el capote al suelo, las manos bajas y ordenando a Ortiz que le señalase apenas. Muchas ganas tenía el de Velilla, que se ciñó en 2 chicuelinas y una media desmayada. Carreteró pareó como acostumbra: bien; y así E. Fernández que encendieron la plaza para preparar la ovación del brindis. Inició por alto, a pies juntos -que no se vaya al suelo ni en broma- y luego en el platillo empezó a mandar. Muy templado, muy dominador, lo embebía dejándolo para ligar el siguiente. Muy sabio, el joven Juli; muy bien. Pero sin encontrar la cueva de la que sale el duende de la pasión. Metió el puño caído con la raza que guardaba para hoy. Y cortó una oreja.

Zalduendo / Morante, El Juli, Manzanares

Toros de Zalduendo; de desigual juego. Bravos y nobles 5º -que se aplaudió en el arrastre- y 6º, y sosos los demás menos el 3º, que fue poco claro y manseó. José Antonio Morante de la Puebla: media trasera y desprendida y un descabello -aviso- (división); media (silencio). Julián López, El Juli: atravesada en la paletilla, 2 pinchazos, estocada y 3 descabellos (silencio); estocada caída (oreja). José María Manzanares: pinchazo y estocada (palmas); estocada (2 orejas). Plaza de La Maestranza, 20 de abril. 9ª corrida de abono. Lleno de no hay billetes.

Salió Deslío, un colorao ojoperdiz y se quedó quieto en el lugar que equidista más lejos de los tres capotes que le llamaban. No sé cómo se denomina ese punto en geometría; en tauromaquia: mansedumbre. Después se arrancó y perdió el respeto a caballos. Brusco en la muleta, acometía cabeceando y revolviéndose y Manzanares se impuso, mandando y aguantándole bien. No estaba para florituras y al genio pegajoso de los mansos le respondió José Mari cabal.

Encendido, como el toro, se estiró el de Alicante en el cuarto con verónicas de buen corte. Encendido no rehuyó el peto ni las chicuelinas que pintó el diestro en el quite, a las que dio la réplica la gracia torera de Morante con una media de brujo. Y José Mari agarró el estaquillador como un poseído. Inició con una tanda honda y una trinchera baja de trastorno. Luego abrió el compás, abombó el pecho, arqueó la cintura, cambió de mano el derechazo largo y ligó uno de pecho que aún no ha terminado. Flojeó mínimamente el toro y le subió, muy hábil, una cuarta la tela rebozándoselo atrás una y otra vez. A continuación llegaron naturales lentos y templados, de alta densidad; la trinchera baja y el delirio. El duende, desde su cueva, acudió al oír los gritos de la multitud. Y vio caer al toro. Y sacó también su breve pañuelo blanco.

Morante hechizó toros con el capote. Salió Lujoso y salió lujoso el diestro, de oro y negro, cargado de liturgia. Lujosas las chicuelinas y la media, pinturera, como quien cierra un abanico. Y más lujosas aún las verónicas del quite, quemando el aire, quebrando el paso natural del tiempo, hasta el remate barroco interminable. Desafinó el clarín -buen síntoma-; corría el botijo por el callejón -mejor- y, sin embargo, el toro no hizo caso: estuvo trotón y apenas acudió, con recorrido gris, a un par de naturales y una trinchera de buen sabor. También con Narigón se estiró con la capa, pero le enganchaba, congruente con su nombre. Mete Cruz metralla y Narigón aguanta, recibe 6 rejoncillos y Narigón muge, le llama el de la Puebla a pierna doblada y Narigón acude. Estaban muy tranquilos los dos allá en la arena, y se fueron al centro, alejados del público impaciente. Allí hablaron de sus cosas. Volvió muy despacio, muy meditabundo, José Antonio Morante de la Puebla al burladero.

LA CORRIDA DE HOY. Toros de Torrealta para Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante. Digital+ retransmite el festejo a las 18.30.

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