Reportaje:

Cuéntame un cuento

Un ciclo reúne en escenarios de nueve localidades de las tres provincias a narradores orales de Sudamérica y Europa

Cuentistas, trovadores o copleros, y más comúnmente, cuentacuentos o cuenteros. "Reivindico el término de cuentero; a nadie se le ocurriría hablar de un hacepanes o de un conducecamiones", apunta Carlos Ortiz, Caoz (Cali, 1962), quien lleva más de 25 años difundiendo las historias su Colombia natal. Caoz es uno de los artistas que participan en la séptima edición del Festival Internacional de la Oralidad, un escaparate de la tradición oral que cada año reúne a narradores de ambos lados del océano.

El ciclo, que comenzó ayer en Amorebieta, recorrerá hasta el próximo ...

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Cuentistas, trovadores o copleros, y más comúnmente, cuentacuentos o cuenteros. "Reivindico el término de cuentero; a nadie se le ocurriría hablar de un hacepanes o de un conducecamiones", apunta Carlos Ortiz, Caoz (Cali, 1962), quien lleva más de 25 años difundiendo las historias su Colombia natal. Caoz es uno de los artistas que participan en la séptima edición del Festival Internacional de la Oralidad, un escaparate de la tradición oral que cada año reúne a narradores de ambos lados del océano.

El ciclo, que comenzó ayer en Amorebieta, recorrerá hasta el próximo domingo escenarios de Arrigorriaga, Bermeo, Markina, Mungia, Elorrio, Salvatierra, Elgeta y Durango, donde todos los participantes ofrecerán una actuación conjunta en la jornada de clausura (aula de cultura San Agustin, 20.00).

El cuentacuentos clásico recoge historias transmitidas de generación en generación. "En Asturias, los primeros textos de este género datan del siglo XVII. Su origen se remonta al monólogo bufonesco medieval y a los personajes de la Comedia del Arte", ilustra Carlos Alba (Avilés, 1972), quien heredó de su bisabuelo, de profesión carretero, el nombre artístico de Cellero. A pesar de la competencia de los medios audiovisuales, el arte de contar historias resurgió a partir de los 70. "Aunque siempre ligado a espacios marginales, como los pubs y el trabajo con niños", puntualiza Magda Labarga (Las Palmas de Gran Canaria, 1967) quien junto a Marissa Amado (Lima, Perú, 1965) forma el dúo Palique Cuenteras, cruce de caminos entre las tradiciones orales de España y Sudamérica.

La única compañía vasca que participa en el ciclo, Balea Musika Ideiak, propone un montaje basado en textos literarios escritos en las cinco lenguas de la Península. La obra, bautizada Cuentos ibéricos, adapta al lenguaje escénico sendos relatos de Bernardo Atxaga, Julio Llamazares, Quim Monzó, Manuel Rivas y José Saramago, como respectivos representantes de las literaturas en euskera, castellano, catalán, gallego y portugués. "Queremos reivindicar el valor del cuento y los idiomas, tantas veces usados como armas arrojadizas", señala el músico Fran Lasuen, uno de los responsables del montaje, que se presenta por ahora en euskera a la espera de ser traducido a los otros cuatro idiomas.

"Cada día más gente quiere escuchar y más quiere contar", resume al ser preguntado por el futuro de este género el actor francés Jean Michelle Hernández, fundador de la compañía Chergui Teatre. Hernández completa el cartel del ciclo junto con la cubana Coralia Rodríguez, la belga de origen vietnamita Michelle Nguyen y la castellano-leonesa Eugenia Manzanera, que aporta su particular visión sobre el origen de su arte: "Cada uno traemos en nuestro ser una leyenda cuando nacemos; de ahí que el ser humano tenga mucho cuento".

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