El agua embalsada sube sólo 15 puntos desde octubre

Ocho sistemas de abastecimiento del Guadalquivir están en estado de emergencia y otros tres, en alerta

Las lluvias de las últimas semanas están cambiando la cara a los recursos hídricos de Andalucía. El agua embalsada en la comunidad ha subido sólo 15 puntos desde el inicio del año hidrológico, en el mes de octubre, y ya se encuentra en los mismos parámetros que el año pasado por estas fechas. Con todo, el déficit hídrico se mantiene en todas las cuencas, siendo especialmente relevante en la del Guadalquivir, con 513 hectómetros cúbicos menos que el pasado año. En esta misma cuenca, ocho sistemas de abastecimiento están declarados en estado de emergencia y otros tres, en estado de alerta. Por t...

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Las lluvias de las últimas semanas están cambiando la cara a los recursos hídricos de Andalucía. El agua embalsada en la comunidad ha subido sólo 15 puntos desde el inicio del año hidrológico, en el mes de octubre, y ya se encuentra en los mismos parámetros que el año pasado por estas fechas. Con todo, el déficit hídrico se mantiene en todas las cuencas, siendo especialmente relevante en la del Guadalquivir, con 513 hectómetros cúbicos menos que el pasado año. En esta misma cuenca, ocho sistemas de abastecimiento están declarados en estado de emergencia y otros tres, en estado de alerta. Por todo ello, tanto el Ministerio de Medio Ambiente como la Agencia Andaluza del Agua sostienen que estamos ante un tercer año de sequía.

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En la última semana los pantanos andaluces acumulaban 4.488 hectómetros cúbicos, 44 más que siete días antes. Es el resultado de las precipitaciones de las dos últimas semanas, que han oscilado entre los 80 y los 100 litros de media según las provincias. Aún así, para comprobar el aumento del nivel de los pantanos habrá que esperar algunos días para que hagan efecto las escorrentías.

El déficit hídrico se ha reducido notablemente en relación al año pasado, pero todavía existe un desfase de 115,6 hectómetros cúbicos. Aunque los déficits se dan en todas las cuencas, hay una notable diferencia entre ellas. Así, los mayores se siguen registrando en la cabecera del Guadalquivir (con 513 hectómetros cúbicos) y en las cuencas del Guadalete y Barbate dentro de la Cuenca Atlántica Andaluza (con 114 hectómetros cúbicos menos que el año pasado). Paradójicamente, donde menos déficit existe es en los pantanos de la cuenca Mediterránea andaluza, es decir, los de Almería, Cádiz, Granada y Málaga que, pese tener el porcentaje más bajo de agua embalsada (con el 35,8%) el déficit en relación al año anterior es de apenas el 0,9%.

La comparativa entre las precipitaciones registradas y las precipitaciones medias históricas muestran déficits mucho más acusados en la mitad oriental (entre un 25% y un 50% menos de las lluvias medias) que en la mitad occidental, donde el porcentaje de reducción es inferior al 25%. Sólo se registra cierto superávit en la provincia de Huelva y en la sierra norte de Sevilla. Con todo, las precipitaciones de la última semana y media han tenido mayor incidencia precisamente en los puntos con mayor déficit acumulado.

Como consecuencia de esta irregular distribución de las precipitaciones, la práctica totalidad de los embalses de la mitad occidental se encuentran a más del 50% de su capacidad (Huelva, Sevilla, Córdoba y parte de Cádiz) y en la mitad oriental se encuentran incluso por debajo del 25%, siendo especialmente delicada la situación de los embalses de la provincia de Jaén, que están a una media del 23,8%, más de 20 puntos por debajo de la media andaluza. No obstante, desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se indica que el abastecimiento en el sistema Víboras-Quiebrajano (el que suministra agua a la capital jiennense y su área de influencia) está garantizado al menos para los dos próximos años, pero el pesimismo es mayor con el agua destinada a riego para los agricultores.

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Esta semana el Quiebrajano,apenas pasaba del 11% y, lógicamente, es uno de los ocho sistemas de abastecimiento de esta cuenca que se encuentra en estado de emergencia, junto con los de Quentar-Canales, Cubillas-Colomera, Rumblar, Dañador, Fresneda, Melilla y los sistemas de regulación general destinados al riego.

La situación de emergencia se declara cuando los embalses tienen agua para abastecimiento para menos de un año o para dar respuesta a la demanda del 60% de riego en un año.

"Nunca he visto los embalses como ahora", explicaba Jacinto Montes, que lleva más de 30 años como empleado de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, los seis últimos como responsable de la presa del Quiebrajano. "Supongo que en toda esta sequía tendrá mucho que ver el cambio climático, porque esta situación no la padecíamos antes", apunta Jacinto. En todo caso, el ligero aumento en el nivel de agua embalsada de las últimas semanas va a permitir retrasar la campaña de riego y, por lo tanto, poder atender otras necesidades.

Por tanto, la cuenca del Guadalquivir, que tiene casi el 90% de la capacidad de embalse de la comunidad, sigue siendo la más amenazada por la sequía. Aunque las últimas lluvias han dado un alivio a los embalses, lo cierto es que su nivel actual, del 43,43%, está muy lejos del 70% que presentaban a principios de enero de 2005. Entonces había un volumen de 4.893 hectómetros cúbicos, frente a los 3.026,9 de la última semana.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que el último fin de semana ha presentado varios proyectos hidráulicos en Jaén, señaló que España atraviesa su tercer año de sequía, admitiendo que esta sequía "es importante en la cabecera del Guadalquivir".

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