10.000 alumnos que comen en la escuela aprenderán hábitos saludables

Que la hora del comedor también sirva para aprender hábitos saludables relacionados con la dieta mediterránea y el bienestar. Este es el propósito del proyecto que ha iniciado la Fundació Catalana de l'Esplai, entidad que, además de organizar actividades extraescolares, gestiona los servicios de comedor de una setentena de centros catalanes.

Un total de 10.000 niños que se quedan a comer en la escuela harán talleres y actividades en el aula de informática de los centros para aprender, mientras juegan, buenas prácticas en relación con la alimentación y la salud. "Ofrecemos recursos didác...

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Que la hora del comedor también sirva para aprender hábitos saludables relacionados con la dieta mediterránea y el bienestar. Este es el propósito del proyecto que ha iniciado la Fundació Catalana de l'Esplai, entidad que, además de organizar actividades extraescolares, gestiona los servicios de comedor de una setentena de centros catalanes.

Un total de 10.000 niños que se quedan a comer en la escuela harán talleres y actividades en el aula de informática de los centros para aprender, mientras juegan, buenas prácticas en relación con la alimentación y la salud. "Ofrecemos recursos didácticos virtuales a los monitores del comedor. La franja del mediodía no tiene que ser sólo el tiempo de comer, sino también es un espacio de educación, para aprender buenos hábitos y conceptos", precisa el director general de la Fundació Catalana de l'Esplai, Xema Gil.

Participación de los padres

El proyecto consta de materiales didácticos que se trabajan en diferentes sesiones, juegos y aplicaciones informáticas, y también una página web. "La web permite a los alumnos que puedan seguir jugando desde casa y tener información sobre hábitos saludables. Además, también hay un espacio para los padres donde se da información sobre lo que comen sus hijos y se proponen menús para la noche; y también hay un apartado para monitores", añade Gil.

El primer centro que ha empezado a aplicar este proyecto es la escuela Pau Romeva, situada en el distrito de Les Corts de Barcelona. Los alumnos que han participado en la iniciativa aseguran tener claro que tienen que comer todo tipo de alimentos. Lo ejemplifica María Pino, de nueve años: "Me gustan todos los alimentos menos el tomate; sé que tengo que comer de todo". Su compañera Júlia Agraz dice que come todo lo que le ponen en el plato "menos los guisantes". Rosi Sierra, de 10 años, que procede de República Dominicana y hace pocos meses que ha llegado a Cataluña, explica que estas actividades le ayudan a "practicar el catalán".

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