Lula se declara dispuesto a "dar la vida" en defensa de los más pobres

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que tomó el lunes posesión de su segundo mandato de cuatro años, se fue 10 días de vacaciones a una playa. Antes dejó este mensaje: "Déjenme, por favor, trabajar". Como un gesto simbólico, para subrayar su compromiso con los más necesitados, tomó la mano del vicepresidente, el empresario millonario José Alencar, y levantándola dijo: "Estamos dispuestos a dar nuestra vida para defender la dignidad de los más pobres de este país".

Lula insistió mucho, en su discurso improvisado, en que aunque piensa "gobernar para todos", lo hará con los...

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El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que tomó el lunes posesión de su segundo mandato de cuatro años, se fue 10 días de vacaciones a una playa. Antes dejó este mensaje: "Déjenme, por favor, trabajar". Como un gesto simbólico, para subrayar su compromiso con los más necesitados, tomó la mano del vicepresidente, el empresario millonario José Alencar, y levantándola dijo: "Estamos dispuestos a dar nuestra vida para defender la dignidad de los más pobres de este país".

Lula insistió mucho, en su discurso improvisado, en que aunque piensa "gobernar para todos", lo hará con los ojos puestos en los más necesitados, ya que no quiere olvidar sus orígenes humildes y trabajadores. Y arremetió repetidamente "contra las élites" que quieren negar la fuerza del pueblo, que fue la que le volvió a elegir.

A pesar de que la lluvia persistente sobre Brasilia deslució la ceremonia y desanimó a muchos a movilizarse, los dos discursos de Lula, el primero formal, ante el Congreso, y el segundo, improvisado, ante los miles de personas que a pesar de la lluvia quisieron estar a su lado junto con los 1.800 invitados, tuvieron ayer mucho eco.

En su discurso ante el Congreso, que fue escrito por él y por otras tres personas, no negó las dificultades en las que se encuentra un país rico que no acaba de crecer, con un crecimiento del producto interior bruto (PIB), el pasado año, del 2,6%, uno de los más bajos de los países en vías desarrollo. Lula se comprometió a acabar con todos los nudos que impiden el desarrollo, como el de la burocracia, el de los impuestos desorbitados, el de un índice de intereses de los más altos del mundo, al mismo tiempo que pidió al sector privado que se una a la empresa pública para la realización de grandes proyectos de infraestructura.

Violencia "terrorista"

Todos los analistas subrayaron que el ex mecánico y ex sindicalista que llegó a presidente se había comprometido esta vez muy seriamente con el país, ofreciendo reformas puntuales en puntos clave que afectan a la sociedad entera; y hasta extrañó su afirmación de que la violencia que agita a las grandes ciudades como Río o São Paulo, es una violencia "terrorista" y no simplemente de lucha por el control del tráfico de drogas. Y que como terrorismo será tratada y combatida. Una afirmación que siempre fue tabú en este país, que se consideraba libre del cáncer del terrorismo.

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Por otra parte, Ricardo Berzoini reasumió ayer la presidencia del Partido de los Trabajadores (PT), de la que se había separado temporalmente por un escándalo en la campaña a la reelección de Lula. Berzoini era jefe de la campaña, pero fue destituido por el presidente cuando se supo que miembros del comité para su reelección intentaron comprar un informe con falsas acusaciones de corrupción contra candidatos opositores. Al reasumir su cargo, un día después de la investidura de Lula, Berzoini dijo que la primera prioridad del partido será lograr la presidencia de la Cámara de Diputados en la legislatura que comenzará en febrero.

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