Una mujer de 67 años da a luz a gemelos en el hospital de Sant Pau

La madre se sometió a un tratamiento de fecundación 'in vitro' en Estados Unidos

Con una bata de boatiné de fondo blanco y florecitas azules, una mujer descansaba ayer en la habitación número cuatro del pabellón de Santo Tomás, en el hospital de Sant Pau, de Barcelona. Veinticuatro horas antes había tenido gemelos. Su caso es absolutamente excepcional porque tiene 67 años y es una de las pocas mujeres del mundo que, superada la barrera de los 60 años, ha logrado llevar adelante un embarazo tras una fecundación in vitro y dar a luz.

El parto fue por cesárea y los pequeños, ambos varones, están en incubadora, aunque su estado de salud es bueno, in...

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Con una bata de boatiné de fondo blanco y florecitas azules, una mujer descansaba ayer en la habitación número cuatro del pabellón de Santo Tomás, en el hospital de Sant Pau, de Barcelona. Veinticuatro horas antes había tenido gemelos. Su caso es absolutamente excepcional porque tiene 67 años y es una de las pocas mujeres del mundo que, superada la barrera de los 60 años, ha logrado llevar adelante un embarazo tras una fecundación in vitro y dar a luz.

El parto fue por cesárea y los pequeños, ambos varones, están en incubadora, aunque su estado de salud es bueno, informaron fuentes del hospital de Sant Pau.

La mujer, andaluza de nacimiento y que se ha afincado en Barcelona de forma temporal para el seguimiento del embarazo y el parto, se sometió a un tratamiento de fecundación in vitro en Estados Unidos. Después de conseguir quedarse embarazada regresó a España y escogió el hospital de Sant Pau -de la red pública- por tener una unidad ginecológica de referencia para gestantes de alto riesgo, informa David Casals.

El centro hospitalario no facilitó

más información para preservar la identidad de la madre, quien, según el centro, quería mantener su privacidad. En realidad, la mujer había comprometido la exclusiva a una revista del corazón, explicó ella misma en una conversación que mantuvo con este periódico.

Descansaba en la planta de maternidad del hospital en una habitación no compartida -la mayoría lo son en ese centro-, en compañía de su cuñada. Sin flores, sin peluches y sin la animación habitual en una sala de maternidad en una tarde de sábado, como ocurría en el resto de las habitaciones del pabellón, la mujer permanecía sentada en un sillón, con los pies en alto, las piernas algo hinchadas, con un vendaje compresivo y un drenaje. Con un marcado acento andaluz y con una medio sonrisa en los labios, no quiso responder a las preguntas de este periódico: "Me han dicho que no hable". "No podemos decir nada porque si sacamos algo siempre les irá bien a los niños", apuntaba su cuñada sentada en la otra silla de la habitación dando a entender que el dinero no les sobraba.

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"Es la vida"

Con gesto algo nervioso y una cara que, además del cansancio lógico después de un parto no ocultaba su edad, la mujer sólo contestó con un "es la vida" a la pregunta de cómo pensó en tener hijos a los 67 años. Alguna razón, en cambio, sí había dado la propia parturienta durante el seguimiento del embarazo cuando comentó en más de una ocasión a las asistentas sociales y al personal de ginecología, que había dedicado gran parte de su vida a cuidar a su madre y que siempre había querido tener hijos, y decidió que había llegado el momento. No quiso revelar tampoco si tenía marido o pareja. "A saber dónde están", dijo riéndose su cuñada lanzando una mirada cómplice a la convaleciente. No hubo visitas en esa habitación durante un buen rato en la tarde de ayer.

Pese a ser una unidad de embarazos de riesgo, al personal de ginecología el caso de esta mujer les sorprendió. El seguimiento de la gestación se inició alrededor del quinto mes de embarazo. En un centro no determinado la sometieron a un tratamiento hormonal previo para después implantar el embrión, un proceso que es complejo cuando se trata de mujeres de edad avanzada, apuntaron fuentes médicas consultadas.

La mujer fue paciente de varias unidades del hospital por tratarse de un embarazo de riesgo muy alto y porque, al parecer, la situación social y personal era peculiar. "Difícil" fue la palabra utilizada. En gestaciones de ese tipo, el primer factor complejo es que la propia biología no está preparada para afrontarlo y, por ejemplo, los problemas cardiovasculares son frecuentes, precisaron las mismas fuentes. Y el caso de esta mujer no fue una excepción a esa regla.

El riesgo para la madre era alto y el embarazo no llegó a término precisamente para evitar más complicaciones. Así las cosas, la unidad de ginecología decidió programar la operación de cesárea cuando los bebés estaban ya suficientemente maduros. Ahora, en principio, el estado general de salud de la madre tendría que volver a ser el previo al embarazo. En cualquier caso, el seguimiento de esa paciente -y el de los niños- será mayor que el de un posparto normal. Fuentes médicas lo resumían: "Es evidente que no se trata de una simple cuarentena".

Casos excepcionales

Con la extensión de las técnicas de reproducción asistida, los embarazos entre las gestantes de avanzada edad han aumentado durante los últimos años. La cuestión es que no todos los centros tienen el mismo criterio. "En centros españoles, por ejemplo, el caso de esa mujer es improbable", comentaron fuentes médicas. Las mismas que apuntaron que por esa razón las mujeres de edad avanzada que quieren ser madres acuden en muchas ocasiones a centros de Estados Unidos. Entre esos episodios, destaca el de una profesora universitaria jubilada de Rumania de 67 años, que en enero de 2005 dio a luz a una niña que pesó 1,4 kilos. Otro caso similar es el de una mujer india de 65 años que en 2003 dio a luz a un niño tras serle implantado un óvulo de su sobrina que había sido fecundado. También hay constancia de dos madres de 63 años en Italia y Estados Unidos.

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