Reportaje:

Ir al 'cole' en autobús, una lotería

El autocar que cubre la ruta de un instituto de Sevilla la Nueva tiene más alumnos que plazas, y hay días que no todos caben

En Villamantilla (543 habitantes) y Villanueva de Perales (1.024 vecinos) no hay instituto. Los chavales se trasladan en ruta al centro escolar público de Sevilla la Nueva. Pero no caben todos. El autobús tiene 55 plazas y los alumnos matriculados que tienen contratado este servicio son 58. Sobran tres. "Por eso, cuando el vehículo va completo, tres chicos se quedan sin cogerlo", explica Sonia Vicario, madre de Lidia, una alumna del instituto de 12 años que vive en Villanueva de Perales. A la vuelta del cole surge el mismo problema: si están todos, alguno se queda en tierra. El conductor asegu...

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En Villamantilla (543 habitantes) y Villanueva de Perales (1.024 vecinos) no hay instituto. Los chavales se trasladan en ruta al centro escolar público de Sevilla la Nueva. Pero no caben todos. El autobús tiene 55 plazas y los alumnos matriculados que tienen contratado este servicio son 58. Sobran tres. "Por eso, cuando el vehículo va completo, tres chicos se quedan sin cogerlo", explica Sonia Vicario, madre de Lidia, una alumna del instituto de 12 años que vive en Villanueva de Perales. A la vuelta del cole surge el mismo problema: si están todos, alguno se queda en tierra. El conductor asegura que "casi siempre" hay sitio, y que los niños van sentados.

Villamantilla, 7.50 de la mañana: los chavales se apresuran, llega el bus para ir al cole. Es la primera parada y hay asientos libres para todos. El conductor enfila la M-523 camino de su nuevo destino: Villanueva de Perales. Llega en cinco minutos. Aquí empiezan los problemas si ese día todos los alumnos van al instituto. La pregunta es: ¿Quién se queda en tierra? "No entra en el autobús el que se haya olvidado un papel que siempre deberían llevar encima y que certifica que son usuarios de la ruta", aclara Soina Vicario. De ahí, directos al instituto.

A veces los escolares van de pie. "Y la carretera está llena de curvas", dice un padre

A las dos de la tarde los chavales regresan a casa. Suben al autobús con el papel en el que dice que son usuarios de la ruta bien visible. "Para que no se cuele ninguno que no tenga que ir", explica el conductor. Pero en caso de que el autobús vaya lleno, alguno se tiene que bajar. Lidia ya sabe lo que es quedarse en tierra después de salir del colegio. Un día tuvo que abandonar el vehículo junto a otros dos compañeros. "Y allí se quedaron", relata su madre. "Menos mal que pasó gente que les conocía y les dieron un euro para coger el transporte público. Pero esto no puede ser, yo no puedo estar pendiente de si mi hija cabe o no cabe en la ruta, dependiendo del día", protesta.

En algunas ocasiones, según los padres, se ha optado por permitir a los chicos que vayan de pie en el autobús. "Pero eso no puede ser, la carretera está llena de curvas y los chavales tienen que ir todos en un asiento", dice José Miguel Lloret, padre de Óscar y vecino de Villamantilla.

La Consejería de Educación asegura que el problema con la ruta escolar del Instituto de Sevilla la Nueva está en vías de solución. "Estamos viendo cómo se puede arreglar", cuenta un portavoz. El Gobierno regional ofreció a los padres unas becas de transporte público para que algún niño se trasladara en el autobús de línea. "Pero es una solución inviable. Es muy complicado decir a unos padres que su hijo ya no va en ruta. ¿A qué niño eliges y en base a qué criterios?", comentan desde el instituto de Sevilla la Nueva.

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