La Junta de Andalucía busca un hogar estable para el niño

Rafael lleva un año viviendo en un centro de acogida de la Junta de Andalucía en Granada especializado en bebés. Llegó con seis meses, después de que el juez decretara una guarda judicial y lo pusiera en manos del gobierno andaluz mientras se aclaraba si, los que figuraban ser sus padres, se habían hecho cargo de él saltándose todos los trámites de una adopción ilegal.

Ya ha cumplido año y medio, y, según fuentes del servicio de Menores de la Junta, ha tenido "una evolución muy positiva". En su expediente médico sólo constan "dos catarros". "Su desarrollo psicológico ha sido acorde a su...

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Rafael lleva un año viviendo en un centro de acogida de la Junta de Andalucía en Granada especializado en bebés. Llegó con seis meses, después de que el juez decretara una guarda judicial y lo pusiera en manos del gobierno andaluz mientras se aclaraba si, los que figuraban ser sus padres, se habían hecho cargo de él saltándose todos los trámites de una adopción ilegal.

Ya ha cumplido año y medio, y, según fuentes del servicio de Menores de la Junta, ha tenido "una evolución muy positiva". En su expediente médico sólo constan "dos catarros". "Su desarrollo psicológico ha sido acorde a su edad cronológica", aseguran estas fuentes.

Pero 12 meses en un centro de acogida son demasiados para un niño de año y medio, por lo que el Gobierno andaluz ha empezado ya los trámites para buscar un hogar más estable para Rafael. La sentencia dictada por un juez de Motril (Granada) inhabilita para el ejercicio de la patria potestad a sus padres biológicos y a los que intentaron pasar por ellos, por lo que la administración tiene ahora que encontrar el entorno más adecuado para el niño.

La única posibilidad que ha descartado ya la Junta es que siga en el centro. "No queremos que se institucionalice su situación, no sería bueno para él", afirman desde el servicio de Menores. La opción que el Gobierno andaluz se ha marcado como prioritaria es buscar entre la familia extensa del niño (abuelos y tíos), a alguien que quiera y pueda criarlo. En caso contrario, se le buscará una familia de acogida. La sentencia se conoció hace poco más de una semana, pero en la Junta ya advierten de que la decisión hay que tomarla "ofreciendo todas las garantías, pero rápido". "Ya ha estado mucho tiempo en el centro, necesita estabilidad", afirman estas fuentes.

¿Y qué pasará dentro de cuatro años, cuando los padres biológicos y los que actuaron como si lo fueran recuperen su derecho para ejercer la patria potestad? "Habrá que valorar la situación de los padres, pero, sobre todo, los vínculos del niño con su nueva familia. Es muy pequeño y para él cuatro años serán toda su vida", advierten desde el Gobierno andaluz. "Aquí nunca prevalecerá el interés de los adultos, el que nos importa es el del menor".

La sentencia obligará también a la Junta a revisar la situación de los otros tres hijos que tiene ya la madre biológica de Rafael y que, según sus vecinos, tampoco viven con ella.

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