La presión fiscal subió un punto en 2005 por la bonanza y el 'boom' inmobiliario

El peso de la tributación se sitúa en el 31,3% del PIB sin incluir la fiscalidad local

La presión fiscal subió un punto en Cataluña en 2005, el segundo año del Gobierno tripartito. Pese a que ni el Estado ni el Gobierno catalán modificaron los impuestos durante ese ejercicio, la buena marcha de la actividad económica y -sobre todo en el caso de los impuestos catalanes- el crecimiento del mercado inmobiliario explican ese incremento, similar al que registró el conjunto de España. Con los datos de los impuestos del Estado y los cedidos y transferidos a Cataluña más las cotizaciones sociales, la presión fiscal se sitúa en el 31,3% en Cataluña.

A ese 31,3% de presión fiscal e...

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La presión fiscal subió un punto en Cataluña en 2005, el segundo año del Gobierno tripartito. Pese a que ni el Estado ni el Gobierno catalán modificaron los impuestos durante ese ejercicio, la buena marcha de la actividad económica y -sobre todo en el caso de los impuestos catalanes- el crecimiento del mercado inmobiliario explican ese incremento, similar al que registró el conjunto de España. Con los datos de los impuestos del Estado y los cedidos y transferidos a Cataluña más las cotizaciones sociales, la presión fiscal se sitúa en el 31,3% en Cataluña.

A ese 31,3% de presión fiscal en Cataluña habría que sumar los impuestos locales, que no están regionalizados hasta el año 2005, y determinadas cotizaciones a la Seguridad Social, que tampoco aparecen en los datos regionalizados, según el Instituto Catalán de Estadística (Idescat). Con esas cifras, la presión fiscal de Cataluña se situaría en torno a un punto por encima de la española, que cerró 2005 en el 35,59% del PIB, según fuentes de Economía.

En la mayoría de los países europeos esa cifra es superior: en Suecia, Dinamarca, Bélgica, Francia, Finlandia, Austria e Italia supera el 40%, y en Alemania se sitúa en el 39,1%.

La presión fiscal mide lo que representan los impuestos, las tasas y las cotizaciones a la Seguridad Social respecto al producto interior bruto (PIB). En el caso catalán, en la mayor parte de los impuestos el Gobierno autónomo no tiene posibilidad de incidir o sólo puede hacerlo muy parcialmente. Pero el incremento de la recaudación vía impuestos es superior al del PIB, sin que ni el Gobierno central ni la Generalitat hayan aprobado subidas impositivas de calado, por la propia bonanza económica.

Céntimo sanitario

En el año 2005 sólo se crearon y subieron por encima de la inflación algunas tasas. La otra novedad -relativa- fue el céntimo sanitario, un recargo sobre las gasolinas creado en agosto de 2004 pero que en 2005 se aplicó durante todo el ejercicio.

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En el caso de la tributación directa, el grueso de la subida de la presión fiscal corresponde al impuesto de sociedades, mientras que ni el de patrimonio ni el de sucesiones -los principales impuestos directos catalanes- experimentan fuertes subidas. Los impuestos indirectos, que proporcionalmente gravan más a las rentas bajas, son los que más suben. IVA y especiales explican un 25% de la subida de la presión fiscal en Cataluña.

Tampoco se quedan atrás las figuras tributarias que controla la Generalitat de Cataluña: transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados experimentan fuertes alzas (véase el cuadro adjunto) directamente relacionadas con el boom de la vivienda.

Rebajas en vivienda

La carrera por rebajar impuestos se va extendiendo entre las comunidades. Especialmente en las del PP, que se han lanzado a eliminar el impuesto de sucesiones. El Gobierno catalán tiene previsto rebajar este impuesto, pero el consejero de Economía, Antoni Castells, no es partidario de eliminarlo a no ser que la supresión se produzca de forma generalizada. El Ejecutivo ya propuso una rebaja a mediados de 2005, que finalmente será superior a la prevista en lo relativo a la transmisión de vivienda. En la agenda del tripartito figura una segunda rebaja relacionada con la vivienda: un retoque que afectará a las hipotecas de los jóvenes, que actualmente tienen que pagar el 1% en concepto del impuesto sobre actos jurídicos documentados. Ese porcentaje "bajará hasta el 0,5%", según Economía. A pesar de las rebajas, sin embargo, ni en 2006 ni en 2007 se esperan caídas de la presión fiscal, por el empuje de la actividad económica.

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