Seis obispos votan en contra de la pastoral sobre la situación de España

Seis obispos dijeron rotundamente no y otros tres se abstuvieron en la votación final que la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal (73 prelados en la sesión) celebró anoche para dar el visto bueno a una Instrucción Pastoral que finalmente llevará por título Orientaciones morales ante la situación actual de España. Terrorismo y nacionalismo, además de un análisis sobre la relación entre la Iglesia y la sociedad civil, y entre la democracia y la moral, ocupan buena parte de un documento que será dado a conocer "en las próximas fechas", según una nota que la Oficina de Infor...

Seis obispos dijeron rotundamente no y otros tres se abstuvieron en la votación final que la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal (73 prelados en la sesión) celebró anoche para dar el visto bueno a una Instrucción Pastoral que finalmente llevará por título Orientaciones morales ante la situación actual de España. Terrorismo y nacionalismo, además de un análisis sobre la relación entre la Iglesia y la sociedad civil, y entre la democracia y la moral, ocupan buena parte de un documento que será dado a conocer "en las próximas fechas", según una nota que la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal emitió pasadas las ocho de la tarde.

La asamblea episcopal ha necesitado cuatro días para ponerse de acuerdo sobre un borrador preparado durante cinco meses por una ponencia presidida por el arzobispo de Navarra, Fernando Sebastián, y que incluye una referencia a la unidad de España.

El documento consta de introducción, conclusión y tres capítulos titulados: Una situación nueva: fuerte oleada de laicismo, Responsabilidad de la Iglesia y de los cristianos y Discernimiento y orientaciones morales.

En el primer capítulo se describe la situación actual y se analizan sus causas; en el segundo se realiza una llamada a superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento y a anunciar el gran sí de Dios a la humanidad en Jesucristo, y en el tercero se propone un reforzamiento de la identidad católica para llevar a cabo cualquier acción en la sociedad, y se anima explícitamente a los católicos a vivir la caridad social para el fortalecimiento moral de la vida pública.

En este último capítulo, el más polémico, los obispos analizan cuestiones como la relación entre la Iglesia y la sociedad civil, entre la democracia y la moral, el servicio al bien común, el respeto y la protección de la libertad religiosa, el terrorismo, los nacionalismos y sus exigencias morales, y el ejercicio de la caridad.