Plan de la Junta contra el sobrepeso en Andalucía

Muchos institutos tienen máquinas expendedoras de bebidas y bollería

Andalucía es la cuarta comunidad autónoma con mayor índice de obesidad infantil, una patología que afecta en la región al 20% de los niños entre dos y 12 años, según la Encuesta Nacional de Salud. Para combatir esta patología, la Consejería de Educación de la Junta ha puesto en marcha varios planes como un proyecto para fomentar el deporte en la escuela en el que participan 147.504 estudiantes, otro para mejorar la calidad de la alimentación en los centros o un plan pionero para implantar comedores ecológicos.

A través del plan de calidad para "una alimentación saludable", la Junta ha q...

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Andalucía es la cuarta comunidad autónoma con mayor índice de obesidad infantil, una patología que afecta en la región al 20% de los niños entre dos y 12 años, según la Encuesta Nacional de Salud. Para combatir esta patología, la Consejería de Educación de la Junta ha puesto en marcha varios planes como un proyecto para fomentar el deporte en la escuela en el que participan 147.504 estudiantes, otro para mejorar la calidad de la alimentación en los centros o un plan pionero para implantar comedores ecológicos.

A través del plan de calidad para "una alimentación saludable", la Junta ha querido limitar el consumo de calorías entre los alumnos. "Dentro de este plan, se desaconseja la instalación de máquinas expendedoras de refrescos, bollería y otros productos con alto contenido calórico", explica Pilar Triguero, presidenta de la Confederación de Padres de Andalucía.

Educación asegura que los centros de Infantil y Primaria carecen de estas máquinas, aunque admite que en muchos institutos permanecen, pues la decisión de tenerlos o no pertenece a los consejos escolares. "En un 10% de los centros de secundaria todavía hay máquinas expendedoras o se venden estos productos", advierte Triguero, quien recuerda que en Andalucía existe una normativa específica que "prohíbe la existencia de quioscos a menos de 300 metros del centro escolar".

El plan de calidad obliga a los comedores públicos -algunos funcionan por servicio de comidas y otros por gestión propia-, que atienden a 164.000 alumnos en la región, a ofrecer un tipo de cocina concreta: "No se permiten los alimentos precocinados, el consumo de hidratos de carbono -pasta, arroz- más de dos veces por semana, o el uso de aceites que no sean de oliva. Además, los alumnos deben comer, al menos, tres piezas de fruta a la semana", explica la presidenta de Codapa. Para Triguero, el problema persiste en los comedores de los centros concertados: "Hemos recibido muchas quejas de padres. Dicen que los menús son más caros -la media es de 4 euros al día y se llega a los 8 euros- y que los niños toman a menudo pizzas y hamburguesas. Así, no protestan".

El consejo asesor sobre la calidad en la alimentación de los centros escolares andaluces fijó ayer varios objetivos sobre la gestión de los comedores: "Queremos que haya una serie de inspecciones del consejo escolar y que se hagan encuestas de satisfacción al usuario para que se cumplan las premisas de la NAOS", explicó Triguero, miembro también del consejo.

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