Así lo hemos visto

de las producciones hechas entre amigos a las mejores modelos del mundo. la moda en 'el país semanal' ha recorrido un largo camino. tal vez no haya sido siempre fácil, pero sí de lo más animado

Hace tres décadas empezó a asomarse tímidamente en este semanal, entonces dedicado al ocio, un nuevo inquilino: el reportaje exclusivo de moda. Era pura labor de equipo: fotógrafo, estilista, maquillador y modelo. La publicación, aún en formato periódico, se convirtió en revista en la primavera de 1977, un tiempo en el que aún no se había implantado prensa de moda extranjera como Elle, Marie Claire o Vogue. El modelo femenino nacional era Telva, y, en ese contexto, la apuesta de EL PAÍS fue un atrevimiento. Que un periódico tan serio dedicara páginas, en esos comienzos de la transición, a asun...

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Hace tres décadas empezó a asomarse tímidamente en este semanal, entonces dedicado al ocio, un nuevo inquilino: el reportaje exclusivo de moda. Era pura labor de equipo: fotógrafo, estilista, maquillador y modelo. La publicación, aún en formato periódico, se convirtió en revista en la primavera de 1977, un tiempo en el que aún no se había implantado prensa de moda extranjera como Elle, Marie Claire o Vogue. El modelo femenino nacional era Telva, y, en ese contexto, la apuesta de EL PAÍS fue un atrevimiento. Que un periódico tan serio dedicara páginas, en esos comienzos de la transición, a asuntos de vestimenta era, para algunos, pura frivolidad. Pero resultó un acierto. Y otros diarios lo emularon. El cambio político incluía también lo económico, lo cultural, la efervescencia de algunos sectores, entre ellos, el de la industria textil.

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El salto de la alta costura a las firmas de prêt-à-porter nacionales con la emergencia de diseñadores que son hoy referencia nacional del diseño (Jesús del Pozo, Antonio Miró, Francis Montesinos, Manuel Piña, Adolfo Domínguez u otros asociados con la movida, como Alvarado, Sybilla o Ruiz de la Prada) formaba también parte del proceso democrático. Otros creadores se incorporarían luego a la cosecha: Devota & Lomba, Lydia Delgado, Armand Basi, Roberto Verino, Purificación García, Javier Larrainzar, Angel Schlesser, David Delfín, Victorio & Lucchino…

La moda en El País Semanal era, al principio, casi de cocina casera: se conseguía a base de amistades (escaseaban las agencias), con modelos amigos y actores conocidos para lucir la ropa. El entonces director de fotografía, César Lucas, firmaba las imágenes que se tomaban en bares, discotecas y hoteles a cambio de aparecer en los créditos, o en la Casa del Campo, en el Retiro, en cualquier calle. Poco a poco, la moda española despegaba, y las pasarelas barcelonesas (Moda del Mediterráneo, Gaudí), madrileñas (desfiles del Ferrocarril, Cibeles), en Santander, Galicia o Valencia eran cita obligada. Con los ochenta comenzó la invasión italiana: el momento de Armani, Moschino, Ferré, Versace y, luego, Dolce & Gabbana, que ya vendían en España y además dejaban prendas para fotografiar. Entonces se inició el fenómeno showroom: los gabinetes de prensa reunían varias marcas para las sesiones. Y la figura del fotógrafo fue siempre fundamental. Colaboraron muchos que residían en España (Michael Wray, Gianni Ruggiero, Miguel Oriola, Pepe Botella, Nacho Pinedo, José M. Ferrater, Aragon, Bernad, Isabel Muñoz, Outomuro) y se contó con otros consagrados internacionales como Avedon, Mario Testino, Peter Lindberg o Irving Penn.

Como un reflejo de la sociedad en que vivimos, El País Semanal trató siempre de mostrar la moda contemporánea, la de la calle, pero también otra para soñar, dando rienda suelta a la fantasía. La libertad de expresión al crear y realizar reportajes ha sido una constante. Se ha vivido lo hippy y lo punk; la metamorfosis de la chaqueta masculina para la mujer de mano de Armani; la revolución japonesa al estilo de Yamamoto, Comme des Garcons o Miyake; el cambio de Chanel a manos de Lagerfeld; los excesos de los ochenta, donde los hombros anchos y las caderas ajustadas de Versace contrastarían con el grunge de Marc Jacobs o el minimalismo de Calvin Klein en los noventa, o la vuelta del glamour y la mujer sexy de mano del mítico Tom Ford, quien transformaría Gucci de una trasnochada firma de complementos a la más fashion de finales de siglo. Nombres como Galliano, Alexander McQueen, Donna Karan, Gaultier, Azzedine Alaia, Nicolas Ghesquiere o Prada son algunas de las figuras de esta revista. Pero no sólo de ellas vive la moda, y fenómenos como el de Zara han ocupado tambien su espacio.

Con el tiempo fue cambiando el tipo de mujer-modelo, una referencia obligada según el estilo de ropa que propusieran los diseñadores. Se pasaba de las supermodelos voluptuosas (Claudia Schiffer, Linda Evangelista, Elle McPherson, Christy Turlington o Cindy Crawford) a la escueta Kate Moss, y de vuelta luego a cuerpos como el de Karolina Kurkova. Pero también se ha contado con españolas de primer orden: Judith Mascó, Nieves Álvarez, Martina Klein, Eugenia Silva…

El País Semanal trató y trata de mostrar todas las facetas de la moda, ese movimiento artístico y funcional en movimiento continuo, a veces revolucionario, a veces tranquilo.

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