Reportaje:

Jóvenes en las trincheras de una tierra extraña

Brigadistas internacionales reciben en el Palau de la Música de Barcelona el homenaje de la Generalitat

El Gobierno catalán homenajeó ayer, en una ceremonia celebrada en el Palau de la Música Catalana, a una treintena de brigadistas internacionales que en el año 1936 llegaron a España para luchar contra el fascismo.

A las puertas del Palau de la Música se congregaban curiosos, invitados, familiares y amigos que esperaban impacientes la entrada al edificio de los octogenarios brigadistas. Mientras, militantes del PSUC blandían banderas de la República y comentaban entre ellos la llegada a Barcelona del grupo, que se había producido a mediodía en la estación de França. Joan Rodríguez, uno d...

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El Gobierno catalán homenajeó ayer, en una ceremonia celebrada en el Palau de la Música Catalana, a una treintena de brigadistas internacionales que en el año 1936 llegaron a España para luchar contra el fascismo.

A las puertas del Palau de la Música se congregaban curiosos, invitados, familiares y amigos que esperaban impacientes la entrada al edificio de los octogenarios brigadistas. Mientras, militantes del PSUC blandían banderas de la República y comentaban entre ellos la llegada a Barcelona del grupo, que se había producido a mediodía en la estación de França. Joan Rodríguez, uno de estos militantes, explicaba a sus compañeros que la recepción había sido "muy emotiva" y que "se habían visto lágrimas por todas partes".

El acto, organizado por el Programa para el Memorial Democrático de la Generalitat en el marco de las actividades programadas por la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, contó con la presencia de Joan Saura, consejero de Relaciones Institucionales, que entregó un obsequio a los homenajeados.

Luis Martín Bielsa, miembro de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, explicaba así la razón de la ceremonia: "El acto se ha organizado como pago por los esfuerzos de su juventud, los riesgos corridos, y por los que perdieron la vida en contra del fascismo". Y añadió: "Se jugaban la vida sin ser su país". Es el caso de Hans Landauer, un vienés homenajeado que llegó a España con 16 años para cambiar el pasaporte por el carnet de las Brigadas. Landauer recuerda qué le dijo un brigadista cuando se enteró de que quería alistarse: "¿Eres imbécil o qué? No mandamos niños a España".

Algo parecido le sucedió a Gervasio Puerta, actual presidente de la Asociación de Ex Presos Antifranquistas. Gervasio descubrió la guerra con 15 años. Combatió en los frentes de Madrid, Teruel, Belchite y Ebro. Vio morir a muchos hombres y pasó ocho años de su vida en prisión. A pesar de ello, asegura que fue entonces cuando forjó las mejores amistades de su vida, que califica de "estupendas" y "extraordinarias". "Si hubiera creído en Dios, ellos [por los brigadistas] serían unos angelitos", aseguró.

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