GRANDES REPORTAJES

"Yo nací el 1 de enero de 1986"

Cuando ellos llegaron, Europa ya estaba aquí. Nacieron el mismo día en que España ingresó en la UE. Estos 20 jóvenes de las 17 comunidades autónomas, más Ceuta y Melilla, reflejan los cambios que España ha experimentado en 20 años

Dos días antes de la fecha de nacimiento de los protagonistas de este reportaje, que coincide con la del ingreso de España en la Unión Europea, ETA asesinaba en Lasarte (Guipúzcoa) al ex guardia civil Alejandro Sáenz Sánchez y secuestraba a Juan Pedro Guzmán Uribe, directivo del Athletic de Bilbao liberado por los GEO unos días más tarde. Veinte años después, el 22 de marzo de 2006, un día antes de la visita de estos jóvenes a la sede en Bruselas del Parlamento Europeo por iniciativa de la representación española de las instituciones de la UE, la banda terrorista anunciaba un "alto el fuego pe...

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Dos días antes de la fecha de nacimiento de los protagonistas de este reportaje, que coincide con la del ingreso de España en la Unión Europea, ETA asesinaba en Lasarte (Guipúzcoa) al ex guardia civil Alejandro Sáenz Sánchez y secuestraba a Juan Pedro Guzmán Uribe, directivo del Athletic de Bilbao liberado por los GEO unos días más tarde. Veinte años después, el 22 de marzo de 2006, un día antes de la visita de estos jóvenes a la sede en Bruselas del Parlamento Europeo por iniciativa de la representación española de las instituciones de la UE, la banda terrorista anunciaba un "alto el fuego permanente" tras tres años sin perpetrar atentados mortales.

Si Felipe González -presidente del Gobierno desde 1982 hasta 1996 y bajo cuyo mandato socialista se produjo el pistoletazo de salida hacia la carrera europea con el ingreso en la UE- promovió el diálogo de Argel entre 1987 y 1989, su relevo en La Moncloa, José María Aznar, también impulsó las conversaciones del Gobierno del Partido Popular con la cúpula política de ETA tras la tregua indefinida declarada por la banda terrorista en 1998. Ahora, José Luis Rodríguez Zapatero, el ganador de las primeras elecciones generales en las que estos 20 jóvenes tuvieron derecho al voto, ha anunciado el inicio de los contactos del actual Gobierno socialista con ETA para buscar el fin dialogado del terrorismo tras 817 asesinados en 38 años. Precisamente, el día que estos chicos entraron por primera vez en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas pudieron ver a Rodríguez Zapatero agradeciendo "el apoyo que Europa ha brindado durante estos 20 años para conseguir la paz en España". El presidente español estaba acompañado del primer ministro portugués, José Sócrates, junto al que inauguró la exposición fotográfica y documental Portugal y España, veinte años de integración europea.

Estos jóvenes tienen hoy 20 años. Pero ¿en qué país aterrizaron el año que España ingresó con Portugal en la entonces Comunidad Económica Europea? Muchos ni se lo imaginan; a otros les parece haber escuchado demasiadas hazañas sobre la transición democrática española, a la que miran desde la barrera que levanta el paso del tiempo. La mayoría de ellos prefiere encarar el futuro que les espera. "Nunca me he parado a pensar en cómo era España hace 20 años; mi mayor preocupación ha sido ganarme la vida con lo que más me gusta", comenta el madrileño Raúl Fonseca, locutor de radio, cantante y bailarín. Para la asturiana María Fernández, nacer en un país ya integrado en Europa ha difuminado su perspectiva hacia el pasado. "Creo que mi hermano, de 33 años, ha notado mucho mejor que yo los cambios que se han producido durante estos años".

La España en la que estos jóvenes nacieron acababa de dejar de ser un país de emigrantes y tenía una población de poco más de 38,4 millones de habitantes; hoy supera los 44,4 millones, de los cuales el 8,7% son extranjeros. Según estimaciones de EL PAÍS sobre los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de inmigrantes en situación irregular ronda en la actualidad el millón de personas.

Los jóvenes de 1986 bailaban Al calor del amor en un bar, invitados por el grupo Gabinete Caligari, donde las copas se pagaban en pesetas y ni se barajaba la posibilidad de convocarse por mensajes a través del teléfono móvil o Internet. Jóvenes que buscaban Ucrania en los mapas para localizar la mayor catástrofe nuclear de la historia, que se produjo ese mismo año en la central de Chernóbil -a 150 kilómetros de la capital, Kiev-; que empezaban a oír hablar del sida, un virus con el que conviven en la actualidad más de 40 millones de personas en todo el mundo y cuya epidemia provocó el año pasado más de tres millones de víctimas mortales. Jóvenes que escuchaban por primera vez "calentamiento global" y hoy sufren las consecuencias del cambio climático. Una sociedad que le veía las orejas al lobo de la heroína y otras drogas -a cuyo consumo se lanzaron muchos jóvenes sin riendas ni información en el comienzo de la década de los ochenta- y que hoy se coloca a la cabeza de los países europeos en consumo de cocaína y derivados del cannabis.

Aquélla era una España que, al cruzar el umbral de Europa, contaba con 826.306 estudiantes universitarios, de los que sólo 115.000 disfrutaban de becas de estudios. Una cifra que hoy asciende a 1.422.561 matriculados en enseñanza superior, de los cuales 225.000 reciben ayudas económicas. Sin olvidar a los más de 20.000 universitarios españoles que cada año paladean las mieles de las europeístas becas Erasmus. "Intentamos recuperar el espíritu de los intercambios que se llevaron a cabo durante la Edad Media entre universitarios de centros como la Sorbona o Salamanca. Y afianzar la autonomía de las universidades europeas a la hora de la convalidación de los títulos", explica el hoy presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, principal impulsor del programa Erasmus.

Marín también recuerda con orgullo su etapa al frente de la Secretaría de Estado de Asuntos Europeos, un cargo desde el que protagonizó la negociación en Bruselas de la fase final del ingreso de España en la UE, culminada con la firma del tratado de adhesión el 12 de junio de 1985. "La diferencia fundamental entre estos jóvenes y aquellos que lo fueron en 1986 es la gran dosis de autoestima que recibieron en el momento de entrar en Europa. Las bases ya están hoy asentadas; lo que a esta generación le corresponde es perfeccionarlas. Y deben asumir que resulta muy complicado ser heroico gestionando la rutina".

Estos jóvenes españoles que ahora tienen 20 años se lanzan a un terreno laboral que registra casi un millón de parados menos que hace 20 años, con un salario mínimo interprofesional que no llegaba entonces a los 250 euros mensuales y hoy alcanza los 540 euros, y el establecimiento de una renta per cápita que en la actualidad supera los 20.000 euros anuales, frente a los 23.400 euros de la media europea. Un país que, a pesar de experimentar un crecimiento de la economía durante el primer trimestre de 2006 del 3,5% respecto al mismo periodo del año anterior, registra una inflación del 4%; en el que más del 50% de los hogares tiene dificultades para llegar a fin de mes y sólo el 40% puede ahorrar, según la última encuesta continua de presupuestos familiares del INE; donde la reciente subida del Euribor al 3,55% provocará un encarecimiento del precio de la hipoteca media de 1.000 euros al año. Un país en el que la edad media de emancipación es de 32 años, frente a los 25 de media en Europa, según los últimos datos del Consejo de la Juventud de España.

Si bien este panorama es lo que más preocupa a estos 20 jóvenes, en cuanto se paran a reflexionar sobre los cambios más significativos que han notado en su país tras 20 años en la UE, aparecen las palabras mágicas: "Infraestructuras. Ayudas". Carreteras, vías ferroviarias, ayudas a la pesca y la agricultura… "Esto es muy sencillo", relata la castellano-leonesa Beatriz Cantalejo, "siempre he vivido en Cuéllar, un pueblo a 60 kilómetros de Segovia. Viajar hasta allí cuando mis padres tenían que llevarme al pediatra era una odisea. Ahora tardo 30 minutos en plantarme en Segovia y sólo voy para divertirme, porque el hospital ya lo tengo en el pueblo".

Los 20 jóvenes empiezan a lanzar al vuelo ideas sobre Europa en la sede de sus instituciones en el madrileño paseo de la Castellana. El maño Carlos Lacasta se atreve con la Constitución europea, ratificada por 15 Estados de Los 25 -entre ellos, España, por una amplia mayoría- y congelada hasta nuevo aviso tras los votos negativos de Francia y Holanda. "Los líderes deberían plantearse la reforma de algunos de sus apartados", apunta Carlos, quien se pregunta: "¿Necesitamos realmente un ejército europeo?". El mismo año que ingresó en la UE, España también decidió permanecer en la OTAN tras votar afirmativamente en el referéndum del 12 de marzo. Las Fuerzas Armadas son hoy exclusivamente profesionales y cuentan con un presupuesto del Gobierno para gastos de Defensa de más de 7.000 millones de euros anuales.

Mientras los jóvenes reflexionan, las instituciones europeas se preguntan si ellos son realmente europeístas o van de farol. La encuesta organizada por Bruselas tras el referéndum español de la Constitución europea reveló que tres de cada cuatro jóvenes españoles se abstuvieron de votar. Pero, en términos generales, un 63% de españoles se mostró a favor de la Carta Magna europea en el último Eurobarómetro de la primavera de 2006. Un informe según el cual el 72% de ciudadanos de este país considera que pertenecer a la UE es "algo positivo", frente al 55% de la media del resto de países comunitarios.

El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, piensa que, para fomentar el europeísmo entre los españoles, "la medida más urgente es convertir Europa en una asignatura más de los planes de educación. Si antes nos obligaban a aprendernos la lista de los reyes godos, a estas nuevas generaciones habría que enseñarles a tomar conciencia desde la escuela del contexto en el que se va a desarrollar su vida". Un aspecto sobre el que el director de la representación en España de la Comisión Europea, José Luis González Vallvé, asegura haber tomado la iniciativa, tras reunirse con editores y representantes del Gobierno en esta materia.

González Vallvé recuerda que, durante la selección de los participantes en el programa 20 jóvenes a Europa -del que salieron elegidos 20 representantes de las 17 comunidades autónomas, más Ceuta y Melilla- que viajaron a Bruselas para conocer las instituciones de la UE, las palabras más repetidas por ellos al pensar en Europa fueron "solidaridad", "democracia", "libertad", "tolerancia" y "paz". Pero también repararon en conceptos como "oportunidades", "futuro" o "progreso".

Estos 20 jóvenes representan a una eurogeneración que lo quiere todo de Europa porque la siente suya. Aunque a veces no sepa muy bien lo que ella puede realmente proporcionarle. "La UE sólo tiene las competencias que los Estados le delegan", recuerda Borrell. "Que se establezcan o no más políticas comunes dirigidas a los jóvenes sólo depende de Los 25".

'20 jóvenes a Europa'

Estos jóvenes fueron seleccionados por la representación en España de las instituciones europeas para viajar el pasado marzo a Bruselas y conocer los organismos de la UE. Bases del concurso: escribir 20 líneas sobre lo que les sugería una palabra: Europa. Único requisito: haber nacido el 1 de enero de 1986.

"La juventud no tiene suficiente información sobre lo que se hace en las instituciones europeas"

Raúl Fonseca. Móstoles (Madrid). Locutor de radio, cantante y bailarín.

No le gusta mirar hacia atrás. Raúl ha estado toda su vida más interesado por el futuro y por dedicarse a lo que más le gusta. Abandonó los estudios en 4º de ESO para dedicarse a bailar, cantar y hablar por la radio. Y lo ha conseguido. Presenta un programa de radio despertador, de ocho a diez de la mañana, en Max Radio, y actúa en galas y giras con la orquesta Golden. Pero dice que no se ha planteado presentarse a Operación Triunfo. "Creo que hay mejores maneras de conseguir el éxito". Éxito y futuro, siempre en su boca. Como joven europeo, echa en falta más información sobre las instituciones de la UE. "Bruselas está muy lejos de Móstoles. Y si no se preocupan desde allí en explicarnos lo que hacen, ¿cómo puedo valorar las ventajas o inconvenientes de pertenecer a Europa?".

"Yo sería incapaz de sobrevivir en este país si hoy fuera igual que antes de entrar en Europa"

José Arquímedes Sánchez. Cáceres (Extremadura). Trabaja en una empresa de limpieza.

A éste no hay quien lo pare. Ha sido camarero en bares, restaurantes y discotecas. José Arquímedes habla rápido y pulsa aún más rápido las teclas de su minúsculo teléfono móvil para estar en contacto permanente con sus amigos. "No me imagino llevando este tren de vida en una España fuera de Europa. Todo era gris y aburrido. Sencillamente, no hubiera sobrevivido". Abandonó los estudios en 3º de ESO. "Hoy me arrepiento cada vez que entro a limpiar un chalé", confiesa. Gana unos 400 euros al mes. José Arquímedes tuvo su primer encuentro con el fenómeno de la inmigración cuando trabajó en Lanzarote: "Los veía llegar casi cada día a la playa, enlatados en las pateras. Tienen que estar muy jodidos en sus países como para venirse aquí. Esto no es ningún paraíso".

"Europa es un gran país"

Beatriz Cantalejo. Cuéllar, Segovia (Castilla y León). Estudiante de bachiller a distancia.

Lo que a Beatriz más le llamó la atención al pisar la sede del Parlamento Europeo en Bruselas fue que allí se estuviera debatiendo sobre el "alto el fuego" de ETA. "Tomé conciencia de que Europa es como un gran país, en el que todos los miembros se preocupan por lo que le pasa al vecino. Noté cómo las fronteras se desvanecían ante mí". Desde aquella visita, reconoce haber afianzado su europeísmo. Le gustaría cursar un módulo profesional de radioterapia. Y después, marcharse a trabajar a Italia, a pesar de no tener ni idea de cómo pedir un capuchino.

"Es lo bueno de esto; te plantas en otro país europeo y puedes estar segura de que estarás como en casa".

"Ceuta y Melilla no están representadas en la UE"

Esther Ramírez. Melilla. Estudiante de 2º de magisterio. Representó a Ceuta y Melilla en '20 jóvenes a Europa'. Nació el 4 de enero de 1986.

En su visita a las instituciones de la UE sólo le decepcionó una cosa: que le dijeran que Ceuta y Melilla no tienen representación en el Comité de Regiones europeas. Cree que Melilla ha cambiado mucho en estos 20 años. "Se han hecho buenas carreteras y se ha construido mucho. Hoy es como Málaga, pero en chiquitito. Ahora bien, salir de Melilla y entrar en Marruecos es como salir de Europa".

"Hay que explicar por la 'tele' qué significa Europa"

María Fernández. Las Campas del Naranco (Asturias). Estudiante de danza clásica.

Se pasa el día bailando. Pero danza clásica. Desde pequeña, su sueño fue formar parte del Ballet de París. "Algo a lo que renuncié hace mucho". Pero lo que no descarta es irse a vivir a la capital francesa para probar suerte en otros menesteres. Le impresionó encontrarse al presidente Zapatero en su visita al Parlamento Europeo. "Al oírle hablar, pensé que los líderes de la UE deberían explicar a los jóvenes por la tele qué significa Europa".

"A ver cómo vivo con mi novia con este sueldo"

Alejandro Zamorano. Palma de Mallorca (Baleares). Operario de mantenimiento en una fábrica de biodiésel.

Su principal balance de estos 20 años es la transformación de la isla en la que vive. "Mallorca tiene hoy más industrias, que han borrado la antigua frase de: 'Aquí, turismo o nada". Le preocupa la vivienda en Baleares. "El espacio es limitado y no da para más. Gano 850 euros al mes y me gustaría irme a vivir con mi novia y comprarme un coche. Pero a ver cómo lo hago con este sueldo".

"Europa no debe dejar de mirar hacia el Sur"

Jorge Clemente. Balmaseda, Vizcaya (País Vasco). Estudiante de 2º de gestión y administración de empresas turísticas.

Lo suyo son los hoteles y los idiomas. En cuanto pueda, se marchará a trabajar al Reino Unido para perfeccionar el inglés. Jorge ve en el futuro una Europa similar a otras grandes potencias. "Tenemos una moneda rica. ¿Por qué no vamos a ser más fuertes que Estados Unidos? Ahora bien, la UE no debe dejar de mirar hacia el Sur. Y recordar que a sólo 15 kilómetros de Tarifa empieza el desierto".

"Más políticas comunes en materia de empleo"

Eduardo José Bravo. Alcázar de San Juan, Ciudad Real (Castilla-La Mancha). Estudiante de 3º de grado medio de percusión en el Conservatorio.

Le gustaría parecerse al baterista de jazz Horacio el Negro. Confiesa que cuando habla de la música de artistas como Miles Davis o Herbie Hancock, muchos le miran como a un bicho raro. "Cada vez que me piden tocar el Opá en las fiestas de los pueblos, me pongo de los nervios". Y, sobre el trabajo, tiene una receta para Europa: "Más políticas comunes en materia de empleo".

"Todavía hay poca solidaridad entre los países"

Lidia Morales. Las Palmas de Gran Canaria (Canarias). Estudiante de 1º de administración y dirección de empresas.

Está familiarizada con la inmigración. Ha visto llegar aluviones de inmigrantes en pateras. "Yo hubiera dejado entrar a los que se quedaron a las puertas de Malta. Me parece una vergüenza la solución de repartirlos. Hemos tirado por la calle de en medio". En este tipo de casos, Lidia denuncia la falta de solidaridad. "Entre los países de Europa y desde Europa hacia el resto del mundo".

"Hay que revisar bastantes aspectos de la Constitución europea"

Carlos Lacasta. Zaragoza (Aragón). Estudiante de 2º de ingeniería técnica industrial.

Le apasiona Europa. Está convencido de que constituye "el centro de la democracia moderna". Pero en su exposición cargada de ilusión sobre lo que significa ser europeo, también guarda espacio para la crítica. "La UE necesita una Constitución que consolide y garantice para siempre principios fundamentales, pero deberían revisarse los aspectos que más la asemejarían a una superpotencia, como la creación de un ejército común". Ahora anda con la mosca detrás de la oreja con Holanda, donde le han informado de que podría convalidar una segunda titulación en mecatrónica. "Una mezcla de mecánica y electrónica", explica Carlos, el europeo convencido.

"Se ofrece una visión demasiado fría de las instituciones comunitarias"

Ana María de la Puente-Apechea. Écija, Sevilla (Andalucía). Estudiante de 2º de historia.

Demasiado frío para el calor de Écija. Desde allí, Ana María observaba con mucha distancia el trabajo que realizaban los representantes de las instituciones europeas. Hasta que se plantó en Bruselas. "Al ver a un eurodiputado del Partido Socialista francés riéndose con otro democristiano, comprendí la cara más humana de su trabajo. Conocerse, escuchar al otro. Si se ofreciera esta imagen, probablemente aumentaría el sentimiento europeísta. Ahora se ofrece una visión demasiado fría". A Ana María le gustaría marcharse con una beca Erasmus a la Universidad de la Sapiencia, en Roma. Pero cuando le queden pocas asignaturas para terminar la carrera. "También hay que dedicar tiempo a conocer mundo".

"No soy partidario de dar paso a los países del Este"

Daniel Sáenz. Albelda de Iregua (La Rioja). Estudiante de 1º de magisterio musical.

Sólo le gusta mirar hacia atrás para no cometer los mismos errores. "Y para mantener la memoria histórica", aclara. Daniel cree que la UE terminó de consolidar la transición española y ayudó a modernizar el país. Ahora bien, si se le pregunta sobre posibles nuevas incorporaciones a la UE, responde: "No soy muy partidario de dar paso a los países del Este. Prefiero que se termine de ayudar a los que están en peor situación de los 25".

"No me preocupaba de lo que pasaba en la UE"

Elena Saiz. Santander (Cantabria). Estudiante de 1º de fisioterapia.

"Si compartimos el mismo suelo, ¿por qué no vamos a tener políticas comunes?". Elena, como la mayoría de estos jóvenes, repite constantemente que "la unión hace la fuerza". Y que ésta debe ser la receta para Europa. Ahora bien, reconoce que esta visión se la ha traído de Bruselas tras visitar las instituciones europeas. "Antes no me preocupaba de lo que pasaba en el continente. Tampoco voté en el referéndum de la Constitución europea".

"La misma oportunidad, para los países del Este"

Manuel Ángel Veiga. Vila de Cruces, Pontevedra (Galicia). Trabaja en instalación de puertas.

Tiene estudios de Formación Profesional. Después de las vacaciones ascenderá a capataz. "Espero ganar 100 euros más de los 850 que me llevo ahora a casa". Las ayudas europeas que recibieron sus padres para la agricultura y mantener el ganado le han convertido en un europeísta convencido. Piensa que "los países del Este más desfavorecidos deberían tener la misma oportunidad que tuvo España en la Unión Europea".

"España ha avanzado más que ningún país"

María Aparicio. Valencia. Estudia 2º de ingeniería técnica agrícola.

María desearía más políticas comunes para los países miembros de la UE que les permitieran competir con otras potencias. "Para que las cosas mejoren, no viene mal una buena dosis de competencia sana". También está convencida de que "España ha avanzado en 20 años como ningún otro país del mundo". Pero lo que María todavía echa en falta en su país es "un compromiso social como el de los jóvenes franceses".

"Me intereso por la política desde el 11-M"

Óscar Rodicio. San Justo de la Vega (León). Estudiante de 2º de bachiller.

Ha retomado los estudios, tras unos años trabajando. Quiere aprobar la selectividad y estudiar la carrera de traducción. Tras conocer al representante de Castilla y León en el Comité de Regiones de la UE, está convencido de que su comunidad autónoma juega un buen papel en Europa. "Aunque también creo que estamos en el grupo de cola del resto de comunidades europeas". Reconoce que empezó a interesarse por la política tras el 11-M.

"Deberían vigilarse más las privatizaciones"

Viridiana Hernández. La Alberca (Murcia). Estudiante de 2º de empresariales.

Viridiana lo tiene claro: de mayor, funcionaria. Eso sí, en la Universidad. "Desde la Unión Europea deberían vigilarse más las privatizaciones que llevan a cabo los Gobiernos de turno". Viridiana también reclama solidaridad por parte del resto de comunidades europeas con el problema de la falta de agua que sufre su comunidad. En cuanto al apartado de ayudas, Viridiana no duda un instante: "¡Más dinero para estudiar en el extranjero!".

"Han de dar más importancia al trabajo"

Beatriz Alonso. Barcelona (Cataluña). Esteticista, trabaja en una peluquería.

Lo que más le preocupa a Beatriz, además del conflicto armado entre Israel y Líbano -porque toda la familia de su tío político vive en Beirut-, es no tener el mismo sueldo que un noruego o un francés desempeñando el mismo trabajo. "Aunque no tengamos las mismas condiciones de vida que ellos, los líderes europeos han de dar más importancia al trabajo. Y hacer todo lo posible por buscar políticas comunes en este sentido".

"España superó décadas de atraso"

Ignacio Armando Guerras. Madrid. 2º de derecho y administración de empresas. Nació el 16 de enero.

Ignacio Armando se quedó ciego tras una operación quirúrgica a los 11 años. Desde entonces conserva "el recuerdo de viejas fotos de los Países Bajos", que tanto le han atraído siempre. "Al ir a Bruselas a conocer la Comisión y el Parlamento, he cumplido uno de mis sueños". Su otro sueño es poder trabajar algún día con la ONCE en tareas relacionadas con las instituciones europeas. "España superó con la UE décadas de atraso".

"La llegada del euro es el verdadero hito de la UE"

Daniel Jiménez. Pamplona (Navarra). Estudiante de 2º de ciencias de la actividad física (INEF).

Rápido y despierto. Cuando Daniel repasa a toda velocidad los hitos de la historia reciente de Europa, concluye: "La llegada del euro ha supuesto el mayor éxito de la UE. Con él hemos consolidado nuestra fuerza como potencia económica". Reconoce que no votó en el referéndum de la Constitución europea por no haberse informado lo suficiente. "Yo no me esforcé mucho, pero creo que la UE todavía tiene que hacer más por acercarse a la juventud".

El madrileño Raúl Fonseca y el extremeño José Arquímedes Sánchez, arropados por la bandera de la UE, en la terraza de la última planta de la sede de las instituciones europeas en la capital.SILVIA VARELA

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