Entrevista:JOSCHKA FISCHER | Ex ministro alemán de Asuntos Exteriores

"La Constitución europea ha llegado demasiado tarde"

Ex ministro de Asuntos Exteriores de la coalición rojiverde, histórico y carismático líder de los Verdes alemanes, antiguo militante de la extrema izquierda en los años setenta, que llegó a tener contactos con elementos terroristas, símbolo de la generación de Mayo del 68 (fundó una librería marxista con Daniel Cohn-Bendit), Joschka Fischer, de 58 años, ha sido un personaje esencial de la política alemana de las últimas décadas. Ahora, acaba de anunciar que deja atrás años de militancia, dentro y fuera del sistema, que abandona la política activa para convertirse en profesor de la Unive...

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Ex ministro de Asuntos Exteriores de la coalición rojiverde, histórico y carismático líder de los Verdes alemanes, antiguo militante de la extrema izquierda en los años setenta, que llegó a tener contactos con elementos terroristas, símbolo de la generación de Mayo del 68 (fundó una librería marxista con Daniel Cohn-Bendit), Joschka Fischer, de 58 años, ha sido un personaje esencial de la política alemana de las últimas décadas. Ahora, acaba de anunciar que deja atrás años de militancia, dentro y fuera del sistema, que abandona la política activa para convertirse en profesor de la Universidad estadounidense de Princeton (Nueva Jersey). Estuvo ayer en Madrid para presentar su libro El retorno de la historia (Espasa Calpe), un ensayo sobre el mundo después de la guerra fría.

"Antes de 2009, como muy tarde en 2012, los problemas se tendrán que resolver, pero mientras tanto Europa se enfrenta a una crisis muy seria"
"Cuanto más fuerte sea la UE, mejor para las relaciones transatlánticas. La condición para que ejerza esta influencia es que Europa esté unida"

Pregunta. ¿Su retirada de la política es definitiva?

Respuesta. Me retiro definitivamente de mi cargo político, no de la política, porque es algo que me sigue interesando. También voy a intentar participar en la política exterior y de seguridad internacional; pero no voy a volver a ocupar un cargo público.

P. ¿Ha representado su retirada el final de la generación de 1968, como aseguraron muchos medios?

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R. De los ideales no hay por qué despedirse, ya que han tenido repercusiones muy positivas en la política alemana. Se ha declarado muerta a la generación del 68 y a los ideales del 68 en muchas ocasiones, pero hoy siguen vivos y coleando.

P. Uno de los temas que usted trata a fondo en su libro es la crisis de la UE. ¿Cree que la Unión logrará salir adelante?

R. La presidencia alemana [primer semestre de 2007] tendrá lugar en un momento muy difícil porque coincidirá con las elecciones francesas, y Francia está en el centro de la crisis actual. Antes del año 2009, como muy tarde en 2012, los problemas se tendrán que resolver, pero mientras tanto Europa se enfrenta a una crisis muy seria.

P. ¿Con muy seria quiere decir usted que la UE puede dar un paso atrás?

R. En caso de que no se resuelva esta crisis creo que sólo aumentarían las tendencias hacia la desintegración. Hay que analizar cuál es el motivo de la crisis europea: ¿es la ampliación, que por otra parte es una consecuencia ineludible de la historia, de la caída del muro y la URSS? La alternativa a una ampliación la hemos visto en los Balcanes. El problema de la Constitución no es que llegue demasiado pronto, es que posiblemente ha llegado demasiado tarde. Si se hubiera propuesto en Niza, o mejor aún en Amsterdam, posiblemente hoy no estaríamos en esta crisis.

P. ¿Qué capacidad tiene Europa para ser un elemento moderador frente a Estados Unidos?

R. No puedo concebir un mundo global en el que Estados Unidos resuelva todos los problemas por sí solo. Cuanto más fuerte sea Europa, mejor para las relaciones transatlánticas. La condición para que Europa ejerza esta influencia es que esté unida.

P. El Gobierno al que usted perteneció ha sido acusado de doble lenguaje, porque por un lado rechazó la guerra de Irak, pero por otro dos espías alemanes permanecieron en Bagdad. ¿Cómo responde usted a estas acusaciones?

(Fischer, con una sonrisa, repite no, no, no, mientras niega con el dedo).

R. En primer lugar, me gustaría plantear varias preguntas. ¿Es correcto iniciar una operación armada contra Irak? ¿Debemos nosotros participar? A las dos preguntas contestamos que no. La segunda pregunta que nos tuvimos que plantear era si la decisión de Estados Unidos justificaba poner en peligro nuestra relación. A esta segunda pregunta también respondimos que no. De estas dos respuestas se deduce que nos oponíamos a la invasión de Irak pero, por otra parte, nos comprometíamos a seguir cumpliendo con nuestras obligaciones como aliados dentro de la no participación en la invasión. Yo estaba a favor de que dos representantes de nuestro servicio de inteligencia se quedaran en Bagdad. ¿Qué hubiera ocurrido si Sadam Husein hubiese tenido gas tóxico? Para disponer de este tipo de informaciones está un servicio de inteligencia.

P. ¿Qué opina del contrato del ex canciller Gerhard Schröder con Gazprom?

R. Tengo el principio de no hacer comentarios sobre mi antiguo superior. Pero que nosotros necesitamos estrechar nuestras relaciones con Rusia está fuera de toda duda, y también está fuera de toda duda que tanto Alemania como la UE necesitan más gasoductos y la manera más eficaz de garantizarlos sería una política energética común.

Joschka Fischer, ayer en el Instituto Goethe de Madrid.LUIS MAGÁN

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