La nueva cúpula del corsorcio quiere reactivar el proyecto europeo

La nueva cúpula del consorcio aeroespacial europeo EADS se conjuró ayer para sacar a su filial Airbus de la crisis en que ha caído desde que se supo que las entregas de su avión gigante, el A380, sufrirían importantes retrasos, lo que provocó una caída de los títulos de EADS en Bolsa del 26%. Los mercados financieros parecieron acoger ayer con cierta frialdad la remodelación parcial de la dirección del grupo del pasado domingo, por considerar que el cambio se ha quedado corto. Las acciones de EADS cayeron ayer un 0,8%.

Dos son las principales críticas: el mantenimiento de la bicefalia f...

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La nueva cúpula del consorcio aeroespacial europeo EADS se conjuró ayer para sacar a su filial Airbus de la crisis en que ha caído desde que se supo que las entregas de su avión gigante, el A380, sufrirían importantes retrasos, lo que provocó una caída de los títulos de EADS en Bolsa del 26%. Los mercados financieros parecieron acoger ayer con cierta frialdad la remodelación parcial de la dirección del grupo del pasado domingo, por considerar que el cambio se ha quedado corto. Las acciones de EADS cayeron ayer un 0,8%.

Dos son las principales críticas: el mantenimiento de la bicefalia francoalemana en la presidencia, una señal demasiado clara de que los conflictos entre los dos grandes socios pueden renacer en cualquier momento, y la selección para dirigir Airbus, en lugar del alemán Gustav Humbert, del francés Christian Streiff, hasta hoy director de Saint Gobain a quien se considera poco conocedor del sector aeronáutico. Por contra, todo son alabanzas a la selección de Louis Gallois, que ya formaba parte del consejo de EADS y que ayer se despidió de sus colaboradores en la SNCF, los ferrocarriles franceses que dirigía, para sustituir a Noël Forgeard al frente de EADS.

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Los dos presidentes ejecutivos de EADS, el alemán Thomas Enders y Gallois aseguraron ayer que la primera y principal misión del grupo en este momento es intentar recuperar la confianza de los clientes e inversores, y centrarse en superar los problemas del A380. "Teniendo en cuenta la crisis del A380 y las dificultades que han afectado a la dirección de EADS la reputación del grupo está en juego", admitían ambos.

Salida de Forgeard

Los analistas destacan que la salida de Forgeard, sospechoso de haber vendido sus opciones de acciones antes de que se hiciera público el retraso de los A380, no ha sido aprovechada para abandonar el modelo de copresidencia entre franceses y alemanes, un organigrama cuyo origen hay que buscarlo más en razones políticas que de gestión y que se estableció de forma provisional en 2000 cuando se creó el consorcio.

Los principales accionistas de EADS son DaimlerChrysler (22,5%), el Estado francés (15%) y Lagardère, que teóricamente tiene un 15%, pero que está en el proceso de reducir su participación al 7,5%. El español Casa controla un 5,5%.

Enders y Gallois señalaban ayer que la crisis del A380 demuestra "que hay que sobrepasar las fronteras nacionales para no comprometer los éxitos futuros del grupo" y anunciaban cambios en la gestión de Airbus. "Trabajaremos duro y conjuntamente para encarrilar de nuevo a EADS. Nuestra prioridad inmediata es Airbus. Necesitamos estabilizar el A380", decía el comunicado.

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