Un testigo admite que sabía que cadáveres del Yak se entregaron sin identificar

Raimundo Ezquerra, cónsul general de España en Estambul (Turquía) en el momento en que se produjo el accidente del Yak-42, declaró ayer en la Audiencia Nacional que "sabía que cuando las autoridades españolas se habían hecho cargo de los cadáveres [de los 62 militares muertos en el siniestro] no estaban todos identificados".

El cónsul agregó, ante la juez Teresa Palacios, que también los médicos enviados por el Ministerio de Defensa sabían que había cadáveres sin identificar y "por eso siguieron trabajando después de la firma" del acta de recepción de los cadáveres. No obstante, el cóns...

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Raimundo Ezquerra, cónsul general de España en Estambul (Turquía) en el momento en que se produjo el accidente del Yak-42, declaró ayer en la Audiencia Nacional que "sabía que cuando las autoridades españolas se habían hecho cargo de los cadáveres [de los 62 militares muertos en el siniestro] no estaban todos identificados".

El cónsul agregó, ante la juez Teresa Palacios, que también los médicos enviados por el Ministerio de Defensa sabían que había cadáveres sin identificar y "por eso siguieron trabajando después de la firma" del acta de recepción de los cadáveres. No obstante, el cónsul admitió ignorar si se disponía de material fotográfico o de otro tipo para identificar los cuerpos y dijo que simplemente "dio por hecho que debían estar [todos los cadáveres] identificados cuando los repatriaron".

Lo cierto es que el acta en el que constaba que 30 de los 62 cadáveres estaban sin identificar se firmó a las 2.30 de la madrugada del 28 de mayo, y el primer avión con los féretros de los militares partió hacia España a las seis de la mañana, por lo que los médicos dispusieron de menos de cuatro horas para hacer las identificaciones. Posteriores pruebas de ADN demostraron que los 30 cuerpos de cuya identificación se responsabilizaron los enviados de Defensa fueron cambiados, por lo que hubo que desenterrarlos.

Los dos generales imputados en este caso, Vicente Navarro y José Antonio Beltrán, adujeron que no entendían el contenido del acta de entrega de cadáveres por problemas de traducción. Sin embargo, el cónsul declaró ayer que él sabía que había cadáveres sin identificar y los enviados de Defensa no se quejaron en ningún momento del traductor.

La Audiencia Nacional ordenó que se tomara declaración al traductor turco que asistió a los generales, pero ello no será posible pues, según explicó ayer el cónsul, falleció en otoño pasado.

Entrevista con Alonso

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Por otra parte, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, recibió ayer por vez primera a representantes de la Asociación de Familias de Víctimas del Yak-42, que agrupa a la mayoría de los parientes de los 62 fallecidos.

Alfonso Agulló, presidente de la asociación, aseguró que el mayor homenaje que se puede hacer a los militares muertos en el siniestro es "la verdad". No obstante, mostró su acuerdo con la decisión de Defensa de que la escultura que los Reyes inaugurarán el próximo lunes en el cuartel general del Aire se dedique a todos los militares muertos en operaciones de paz, y no sólo a los del Yak-42, porque eso "hace más grande el homenaje y le da más valor".

También dijo haberse quedado más "tranquilo" tras entender que en el acto no habrá representantes de partidos, en alusión al PP, ya que podrían haberse repetido "situaciones tensas" como las que se produjeron en el funeral de Torrejón en mayo de 2003.

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