La mayor parte de catalanes ve irrelevante que los alimentos que compra procedan de Cataluña

Los ciudadanos tienen una imagen "estereotipada" del campo, según la Generalitat

El catalán es poco patriota a la hora de elegir qué alimentos compra. Al 63,8% le resulta indiferente de dónde proceden los productos que consume, mientras que al 34,2% sí le importa que hayan sido producidos en Cataluña. Este dato, procedente de una encuesta elaborada por la Generalitat, no ha satisfecho al Departamento de Agricultura, que se ha propuesto hacer "pedagogía" para fomentar el consumo de alimentos autóctonos. Tampoco ha gustado la imagen que los catalanes tienen del mundo rural, que, según dicen, "está llena de tópicos".

"El consumidor catalán compra cualquier producto y l...

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El catalán es poco patriota a la hora de elegir qué alimentos compra. Al 63,8% le resulta indiferente de dónde proceden los productos que consume, mientras que al 34,2% sí le importa que hayan sido producidos en Cataluña. Este dato, procedente de una encuesta elaborada por la Generalitat, no ha satisfecho al Departamento de Agricultura, que se ha propuesto hacer "pedagogía" para fomentar el consumo de alimentos autóctonos. Tampoco ha gustado la imagen que los catalanes tienen del mundo rural, que, según dicen, "está llena de tópicos".

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"El consumidor catalán compra cualquier producto y le da igual si es del Berguedà, de Francia o de Australia", lamentó ayer el director general de Desarrollo Rural de la Generalitat, Josep Maria Besora.

Los productos de la tierra, con todo, gustan a los catalanes. El 73,1% de los encuestados cree que son de "alta" calidad y el 59,7% opina que sí son competitivos respecto a los producidos en el Tercer Mundo, que suelen ser más baratos.

La encuesta, realizada a 1.200 catalanes de zonas rurales y urbanas, revela que el 40% de los consumidores compra sobre todo aquello que conoce y no da importancia al precio. De hecho, sólo el 29% de los encuestados admite que se fija el coste de los productos que compra.

La finalidad del estudio, que se difunde a las puertas del Congreso del Mundo Rural de Cataluña que se abre mañana, era conocer la imagen que los catalanes tienen del trabajo en el campo y el resultado no se ajusta a la realidad, sostiene la Generalitat. El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jordi William Carnes, destacó los "estereotipos" que ha revelado la consulta y explicó que "hay que trabajar en revalorizar el trabajo de agricultor".

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Por "tópicos", Carnes se refería al hecho de que más de la mitad de los catalanes creen que en las zonas rurales se vive mejor (sólo el 30% prefiere los núcleos urbanos) y destacan como atractivos el contacto con la naturaleza, la tranquilidad y las vistas.

Sin embargo, a la mayor parte de los encuestados no les interesaría dejar sus ciudades para trabajar la tierra: el 61,2% cree que los agricultores no se ganan bien la vida, casi el 40% opina que viven de las subvenciones y, además, el 54,9% afirma que es un trabajo mal considerado socialmente. "Mucha gente no quieren ser agricultores porque hay interiorizada esta visión negativa de la profesión", criticó Besora. "Tenemos que hacer mucha pedagogía", admitió ayer el consejero de Agricultura. Los payeses representan sólo el 2% de la población catalana, pero gestionan el 80% del territorio. "Su función no es sólo cultivar los alimentos, sino también encargarse del mantenimiento del terreno", recordó Carnes.

Protección medioambiental

En este sentido, el consejero de Agricultura defendió que las políticas medioambientales hagan compatible la protección de territorio con la actividad económica. A su juicio, si la preservación del espacio no va acompañada del mantenimiento de las actividades agrícolas, el resultado puede ser que algunos terrenos queden "desiertos" y ello es precisamente contrario a la conservación.

No es exactamente así como piensan los ciudadanos consultados. El 63,3% cree que lo más importante es proteger el territorio, aunque ello implique limitar su desarrollo económico.

En cuanto a los bosques catalanes, que en su mayoría son de propiedad privada, el 59,3% considera que su estado ha empeorado en los últimos años y el 47,7% responsabiliza a la Administración de su matenimiento y limpieza.

Aun así, los catalanes encuestados también creen que los ciudadanos de a pie deberían contribuir en algo a su mantenimiento. El 71,3% de los consultados cree que los practicantes de motocross deberían pagar por disfrutar de esta actividad en zonas rurales. Este porcentaje se reduce al 68,4% en el caso de los usuarios de todoterrenos o de quads, al 41,7% para hacer barbacoas y al 25,6% para ir a buscar setas.

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