Presión internacional sobre Bielorrusia

Los Veinticinco prohíben al presidente de Bielorrusia la entrada en la UE

El líder de la oposición convoca para hoy una manifestación en las calles de Minsk

La Unión Europea vetará la entrada del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, al considerarlo responsable del fraude electoral que permitió su reelección con el 83% de los votos. La decisión fue adoptada por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, tras conocer las detenciones masivas ocurridas la madrugada del viernes en Minsk. La UE estudiará el 10 y el 11 de abril la adopción de otras sanciones contra el presidente bielorruso que podrían incluir la congelación de cuentas bancarias. Estados Unidos también se plantea imponer sanciones.

"El Consejo condena la acción de las a...

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La Unión Europea vetará la entrada del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, al considerarlo responsable del fraude electoral que permitió su reelección con el 83% de los votos. La decisión fue adoptada por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, tras conocer las detenciones masivas ocurridas la madrugada del viernes en Minsk. La UE estudiará el 10 y el 11 de abril la adopción de otras sanciones contra el presidente bielorruso que podrían incluir la congelación de cuentas bancarias. Estados Unidos también se plantea imponer sanciones.

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"El Consejo condena la acción de las autoridades bielorrusas de detener a manifestantes pacíficos que ejercían su legítimo derecho a la libertad de reunión para protestar contra el modo en que se desarrollaron las elecciones", reza la declaración de los líderes de los Veinticinco. "En consecuencia, el Consejo Europeo ha decidido tomar medidas contra los responsables de las violaciones de los estándares electorales internacionales, incluido el presidente Lukashenko".

El veto viajero y otras sanciones, entre las que se podría incluir la congelación de cuentas, será adoptada en la reunión de ministros de Exteriores del 10 y el 11 de abril. Serán la respuesta a un régimen considerado como "la última dictadura de Europa", el mismo sambenito que le cuelga Washington. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, se unió a la condena a la detención de los manifestantes en Minsk, y alabó la decisión de la UE de imponer sanciones contra los dirigentes bielorrusos. McClellan confirmó que el Gobierno de EE UU también se plantea ese camino: "Planeamos dar pasos paralelos que impliquen restricciones determinadas a los viajes y sanciones financieras".

El ministro polaco de Exteriores, Stefan Meller, adelantó que en la lista habrá "muchas, muchas personas". Ursula Plassnik, ministra de Exteriores de Austria, país que preside la UE este semestre y que debe elaborar esa lista y presentar las sanciones, indicó que, de momento, no se consideran sanciones económicas. Fuentes europeas insistieron en que se trata de evitar perjuicios a la población al tiempo que se castiga a los responsables.

Entre los actualmente sancionados por la UE con el mismo veto se encuentran los miembros de la junta militar birmana por el arresto domiciliario impuesto a la líder de la oposición y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi; y el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe. En la lista figuran también bielorrusos, tres por su implicación en el fraude en las anteriores elecciones legislativas y otros tres vinculados a la desaparición de un periodista.

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Para Lukashenko no será una experiencia nueva. Ya tuvo vetada su entrada en la UE y en EE UU en 2002, cuando la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) tuvo que cerrar sus oficinas en el país. El veto se levantó en 2003, tras permitirse el retorno de los observadores.

Tras anunciarse las sanciones de la UE, la policía bielorrusa dejó en libertad a las mujeres y a los menores detenidos en la plaza de Octubre. La orden de desalojo de la plaza, para evitar el nacimiento de una nueva revolución naranja, como la de Ucrania, se produjo en la noche del jueves poco después de que la Comisión Electoral Central hiciera públicos los resultados definitivos de las elecciones y consumara con ellos el fraude electoral. Lukashenko, según esos datos oficiales, obtuvo el 83%, Alexandr Milinkevich el 6,1% y Alexandr Kozulin el 2,2%. Según la oposición, la policía antidisturbios detuvo a unos 500 manifestantes y arrasó el campamento montado en la plaza de Octubre desde la noche de las elecciones, el domingo.

Gran manifestación

Milinkevich pidió ayuda a la comunidad internacional para obtener la libertad de los detenidos y sanciones contra las autoridades bielorrusas, subrayando que "debe quedar claro que van dirigidas contra los funcionarios y no contra el pueblo" y reiteró la convocatoria a una gran manifestación para hoy.

El 25 de marzo los demócratas celebran el aniversario de la breve independencia de la que gozó Bielorrusia en 1918, a finales de la Primera Guerra Mundial, cuando los alemanes expulsaron a los bolcheviques. Las autoridades han advertido que el mitin es ilegal.

"No importa que sea autorizado o no. Miles de personas nos manifestaremos en defensa de la libertad, la verdad y la justicia en la misma plaza de Octubre", declaró Milinkevich, al tiempo que anunciaba la creación de un nuevo movimiento democrático opositor que agrupará a varios partidos políticos y ONG. El líder agregó que el régimen de Lukashenko es sólo "una imitación de la democracia".

La operación policial contra los manifestantes duró unos 25 minutos y transcurrió sin resistencia seria. Pese a que desde hace 12 años gobierna con mano dura al estilo soviético el país de 10 millones de habitantes, Lukashenko tiene el apoyo de gran parte de los bielorrusos, especialmente en el campo, pues bajo su gestión ha habido progreso económico y estabilidad.

La policía bielorrusa detiene a los manifestantes de la plaza de Octubre en la madrugada del viernes en Misk.REUTERS

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