'Macrobotellón' en varias ciudades

Los alcaldes alegan indefensión ante el 'botellón'

La convocatoria de una fiesta estudiantil reaviva la polémica del consumo de alcohol en la calle

Los jóvenes han vuelto a poner en aprietos a los alcaldes. La convocatoria de botellones en todas las capitales andaluzas, excepto en Cádiz, el próximo viernes 17 ha reavivado una polémica en la que se establecen unos lazos de solidaridad entre los alcaldes que van más allá de los colores políticos. Los regidores, sin excepción, se saben en el ojo del huracán y alegan indefensión para hacer frente a este fenómeno. Todos esperan como agua de mayo la ley que prohibirá el consumo de alcohol en la calle, norma que la Junta de Andalucía está elaborando y que antes de junio será enviada al ...

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Los jóvenes han vuelto a poner en aprietos a los alcaldes. La convocatoria de botellones en todas las capitales andaluzas, excepto en Cádiz, el próximo viernes 17 ha reavivado una polémica en la que se establecen unos lazos de solidaridad entre los alcaldes que van más allá de los colores políticos. Los regidores, sin excepción, se saben en el ojo del huracán y alegan indefensión para hacer frente a este fenómeno. Todos esperan como agua de mayo la ley que prohibirá el consumo de alcohol en la calle, norma que la Junta de Andalucía está elaborando y que antes de junio será enviada al Parlamento autonómico. Mientras esta ley llega, la Junta y Gobierno sostienen que los ayuntamientos sí tienen margen para, al menos, amortiguar los efectos del botellón.

Los regidores exigen una ley, aunque Monteserín advierte de que no será una "solución-milagro"
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El 6 de junio de 2005 se produjo una insólita escena: los alcaldes de las ocho capitales (seis del PP, uno del PSOE y una de IU) se reunieron en Antequera (Málaga) para abordar el problema de las fiestas callejeras. En esa cumbre, los alcaldes concluyeron que estaban atados de manos para resolver un conflicto que enfrenta el derecho a la diversión de los jóvenes con el derecho al descanso de los ciudadanos. En esa cita, los alcaldes pusieron la presión sobre el Gobierno y la Junta, a los que reclamaron más medios para combatir el botellón. A los tres meses, la Junta anunció que iba a impulsar la llamada ley antibotellón, la norma que prohibirá el consumo de alcohol en la calle.

Tras meses de calma, la polémica ha vuelto sin que la ley esté aprobada. Y además, con un nuevo elemento que ha descolocado a casi todos. Se ha establecido una competición entre los jóvenes de varias ciudades para ver quién congrega más gente en la conocida fiesta de la primavera, convocada para el viernes 17.

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Los primeros fueron los jóvenes de Granada, que empezaron a difundir por Internet y a través del móvil un mensaje en el que se animaba a superar al de Sevilla. En el mensaje se citaba que un botellón celebrado en la capital hispalense en febrero reunió a 5.000 personas y salió en los medios de comunicación. Lo cierto es que si este botellón salió en los medios no fue por la cantidad de gente (el año pasado acudieron más de 50.000 personas a la fiesta de la primavera) sino porque se convocó de forma espontánea.

Una espontaneidad que, sin duda, no tendrán los botellones que se celebren el próximo viernes. A la espera de saber lo que pase ese día, los políticos se han enzarzado de nuevo en la polémica. Y la cuestión básica es: ¿pueden hacer algo los alcaldes para solucionar el problema?

La consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo, ha reiterado varias veces que los alcaldes tienen ordenanzas municipales en materia de limpieza, ruido o tráfico que les permiten intervenir y, al menos, paliar los efectos del botellón. Y para exponer su tesis puso un ejemplo que más pareció un dardo a los alcaldes: "También es raro que podamos ver imágenes de hileras de jóvenes orinando en la vía pública y que, sin embargo, ninguno de los 11.000 policías locales

[que hay en Andalucía] tomen cartas en este asunto".

El Gobierno, por su parte, ya ha anunciado que tomará medidas en lo que le compete: la seguridad ciudadana. El próximo viernes, la policía extremará la vigilancia de armas blancas y menudeo de droga en las zonas de los botellones y la Guardia Civil incrementará los controles de alcoholemia.

¿Y los alcaldes? Todos coinciden en la necesidad de la ley antibotellón. "No contamos con instrumentos legales suficientemente sólidos para prohibirlo", afirma el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE). "Los Ayuntamientos no están dotados con las medidas legales y materiales necesarias", abunda el primer edil de Jaén, Miguel Sánchez de Alcázar. Otros, como el corregidor de Málaga, Francisco de la Torre (PP), creen que "no debería darse mayor trascendencia a este asunto".

El alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez (PP), no ha establecido ningún dispositivo para el viernes con el argumento de que no hay convocatoria oficial y el recuerdo de una cita similar en Carnaval que reunió a menos de un centenar de jóvenes en la plaza de las Monjas. Al otro extremo se sitúa José Torres Hurtado, el alcalde de Granada, la ciudad donde comenzó a rodar la bola de correos electrónicos. Torres Hurtado (PP) ha adelantado que, de llevarse a cabo otro macrobotellón en la plaza de toros (el año pasado congregó a 10.000 jóvenes), llevará el caso a la Fiscalía.

Salvo en Huelva y Málaga, los alcaldes han establecido planes especiales de tráfico, medio ambiente (protección de zonas verdes y control de ruidos), salud y limpieza. Todos exigen también que la Junta regule, pero Francisco de la Torre o el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, no son partidarios de prohibirlos, algo que sí reclama el primer edil granadino cuando se trata de emplazamientos céntricos. La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar (IU), también instó a que el botellón no se celebre en los céntricos Jardines de la Victoria.

Sánchez Monteseirín espera de la norma autonómica "más soporte legal" a la actuación municipal. Pero sostiene que "no existe una solución mágica". El alcalde de Sevilla afirma que, en Madrid, donde se prohibió el consumo de alcohol en la vía pública "el éxito fue mediático y momentáneo". Para el dirigente socialista, "creer que una práctica seguida masivamente por los jóvenes en grandes ciudades se soluciona sólo con la promulgación de una ley es ilusorio". Frente a la "solución-milagro", Sánchez Monteseirín defiende una actuación "más trabajosa" y a medio plazo: "Aplicar un amplio conjunto de medidas de limpieza, seguridad, vallados preventivos, sin descartar la prohibición en momentos y lugares concretos. Y, por supuesto, ofrecer espacios y alternativas a una costumbre que es seguida por la mayoría de nuestors hijos e hijas". El alcalde de Sevilla concluye que la máxima preocupación debería ser "el consumo excesivo de alcohol en un alto porcentaje de jóvenes". Un hábito "tan negativo en la calle como en un local", acota.

Elaborado con información de Manuel J. Albert, M. Planelles, F. J. Pérez, R. Rincón, M. J. López Díaz y G. Donaire.

Los alcaldes de las capitales andaluzas, antes de la reunión en Antequera (Málaga) sobre como afrontar los botellones, en junio del año pasado.GARCÍA-SANTOS

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