España, Portugal y Finlandia abren sus fronteras a los europeos del Este

España, Portugal y Finlandia anunciaron ayer en el Consejo de Trabajo y Asuntos Sociales, celebrado en Bruselas, el levantamiento desde el 1 de mayo de las trabas impuestas a los trabajadores de los países del Este socios de la UE. El Tratado de Adhesión fijó un periodo transitorio de hasta siete años a partir de 2004 para evitar un movimiento masivo de trabajadores que alguno de los Quince temía.

El ministro español de Trabajo, Jesús Caldera, recordó que España pasó tras su incorporación a la Unión por una situación similar a la que ahora atraviesan los nuevos miembros, y explicó que d...

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España, Portugal y Finlandia anunciaron ayer en el Consejo de Trabajo y Asuntos Sociales, celebrado en Bruselas, el levantamiento desde el 1 de mayo de las trabas impuestas a los trabajadores de los países del Este socios de la UE. El Tratado de Adhesión fijó un periodo transitorio de hasta siete años a partir de 2004 para evitar un movimiento masivo de trabajadores que alguno de los Quince temía.

El ministro español de Trabajo, Jesús Caldera, recordó que España pasó tras su incorporación a la Unión por una situación similar a la que ahora atraviesan los nuevos miembros, y explicó que desde que la UE permitió la libre circulación de los españoles, ha sido mayor el número de trabajadores de otros países europeos que se han asentado en España que el de españoles que han emigrado dentro de la UE. Caldera trataba así de combatir el síndrome del fontanero polaco -la creencia de que ciudadanos del Este desembarcarán en masa en los Quince una vez que se abran las fronteras, creando fuertes restricciones en los mercados de trabajo de acogida-.

Un informe de la Comisión Europea indicaba en febrero que esa temida avalancha no se ha producido en el Reino Unido, Irlanda y Suecia, que desde un principio optaron por no imponer restricciones, y que estos Estados han experimentado una mejora en sus economías al cubrir los recién llegados puestos vacantes en lugar de desplazar a los nacionales.

Caldera, que compareció ante la prensa junto a su homólogo portugués, estimó que la eliminación de barreras permitirá luchar contra la economía sumergida, ya que a su juicio "aflorarán" trabajadores, hasta ahora en la clandestinidad. "Esperemos que haya otros países que se sumen a esta iniciativa", añadió. El resto se mostró dividido ante una libre circulación adelantada. Mientras que Austria y Alemania se niegan a eliminar las trabas, Francia, Holanda, Dinamarca y Grecia aseguraron que su decisión aún no está tomada.

El comisario europeo de Empleo, el checo Vladímir Spidla, indicó que algunos de estos países se inclinan por una opción intermedia, es decir, por "suavizar" algunos de los impedimentos que afectan a los trabajadores del Este.

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