Víctor Víctor graba un disco de dúos con artistas españoles y latinos
Serrat (Lucía), Sabina (A la sombra de un león), Víctor Manuel (Quiero abrazarte tanto), Pablo Milanés (Años) y Fito Páez (Un vestido y un amor) han participado en Bachata entre amigos, el disco con el que celebra sus 35 años en la música el compositor dominicano Víctor Víctor, que en 1993 ganó un Premio Ondas. La bachata, que se hizo muy popular con Burbujas de amor, de Juan Luis Guerra, "es una forma de bolero, que nace en los barrios de Santo Domingo, cuando cae la dictadura de Trujillo, y empiezan las migraciones a la capital. Y ahí viene la...
Serrat (Lucía), Sabina (A la sombra de un león), Víctor Manuel (Quiero abrazarte tanto), Pablo Milanés (Años) y Fito Páez (Un vestido y un amor) han participado en Bachata entre amigos, el disco con el que celebra sus 35 años en la música el compositor dominicano Víctor Víctor, que en 1993 ganó un Premio Ondas. La bachata, que se hizo muy popular con Burbujas de amor, de Juan Luis Guerra, "es una forma de bolero, que nace en los barrios de Santo Domingo, cuando cae la dictadura de Trujillo, y empiezan las migraciones a la capital. Y ahí viene la gente de los pueblos del interior con sus costumbres y su música".
La bachata sufrió la discriminación de la clase dominante. "Les parece de mal gusto porque es cosa de pobres", afirma. "Antes se conocía como 'música de amargue' porque las letras eran 'que me botaron, que esa mujer no me quiere'. Después ya hubo sus metaforitas", cuenta Víctor Víctor (Santiago de los Caballeros, 1948).
El autor de éxitos como Mesita de noche se ha regalado ahora "un disco muy libre, que es un reconocimiento a estos caballeros que han influido en mi gusto. Y con quienes me he topado por ahí, cantando en escenarios". Poco después de ganar el Ondas entró en política: "Con la idea de formar la Secretaría de Cultura [Ministerio de Cultura]. Ésa era la misión y la cumplí. No llegué a ser ministro, gracias al Señor. Uno cree que puede pactar con el sistema, pero no se pacta si tú no eres parte de él".
"Los dominicanos somos veteranos en cuestión de la emigración. El dominicano lo que hace es trabajar, trabajar, trabajar con el sueño de hacerse una casita. Los que se quedan allá viven muy equivocados porque miran a su gente en función de lo que puedan mandar. Y no se imaginan lo duro que está aquí con el frío", dice. "Cada equis tiempo sale un ritmo como el reguetón. Vendrá otro que sirva para bailar en las placitas donde se juntan los muchachos. Son formas de expresión. Lo terrible es una sociedad sin una juventud que ande buscando algo. Cuando nosotros les salimos con el boogaloo, los viejos nos querían matar. Y, al surgir Wilfrido Vargas, dijeron que el merengue había desaparecido y se rasgaron las vestiduras".