El uso incorrecto de parches de nicotina puede provocar malformaciones fetales

Los sustitutivos del tabaco mal empleados duplican las alteraciones musculoesqueléticas

No sólo fumar durante la gestación entraña peligro para el feto. El consumo de parches, chicles o inhaladores de nicotina puede tener importantes riesgos para el futuro bebé si su uso es inadecuado y sin control médico. Un estudio en el que ha participado María Morales, epidemióloga del hospital Doctor Peset de Valencia, destaca, además del mayor riesgo de malformaciones en los bebés de madres fumadoras, que los recién nacidos cuyas madres emplearon sustitutivos del tabaco durante las 12 primeras semanas de gestación tuvieron el doble de malformaciones musculoesqueléticas que los nacidos de no...

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No sólo fumar durante la gestación entraña peligro para el feto. El consumo de parches, chicles o inhaladores de nicotina puede tener importantes riesgos para el futuro bebé si su uso es inadecuado y sin control médico. Un estudio en el que ha participado María Morales, epidemióloga del hospital Doctor Peset de Valencia, destaca, además del mayor riesgo de malformaciones en los bebés de madres fumadoras, que los recién nacidos cuyas madres emplearon sustitutivos del tabaco durante las 12 primeras semanas de gestación tuvieron el doble de malformaciones musculoesqueléticas que los nacidos de no fumadoras. El trabajo se ha publicado en enero en Obstetrics and Gynecology,

María Morales, profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia, advierte de que el estudio no previene respecto al empleo de los productos sustitutivos. "No se debe tener miedo ante los chicles, parches o inhaladores, sino cuidado entre las mujeres que pretendan quedarse embarazadas o sospechen que lo están", apunta. Y sobre todo, recomienda consultar con un médico cualquier tratamiento para paliar la dependencia al tabaco ya que hay pautas específicas para las gestantes. "Lo más probable es que las malformaciones que hemos detectado se hayan dado en hijos de mujeres que han empleado por su cuenta productos sustitutivos y se han administrado dosis elevadas de nicotina sin ningún control".

Los problemas se atribuyen al consumo de dosis elevadas de nicotina sin control
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La selección en las 12 primeras semanas no es casual. Es entonces cuando se produce la división celular y de tejidos que dan lugar a la formación del feto, un proceso que se desarrolla a una velocidad vertiginosa en el que cualquier alteración en la gran aportación que se produce de oxígeno y nutrientes repercute en la estructura del futuro bebé. "Hasta el momento sabíamos el efecto del consumo de tabaco en el feto a término, pero ahora hemos determinado cómo en las primeras semanas afecta uno de sus componentes, la nicotina, gracias al análisis de los sustitutivos que permiten observar cómo afecta esta sustancia de forma específica y aislada", comenta la investigadora.

El trabajo, en el que han participado especialistas de Instituto de Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Odense en Dinamarca, el Centro de Epidemiología de la Universidad de Aarhus, también en Dinamarca, y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Los Ángeles, bebió principalmente de dos fuentes. Por un lado se atendió a los hábitos tabáquicos de las madres a partir de un amplio archivo elaborado con información de 76.768 mujeres recogida entre los meses de enero de 1997 y diciembre de 2003 por la Fundación Nacional de Investigación de Dinamarca. Excluidas las mujeres con tumores de ovario o de cérvix y los partos múltiples por el mayor riesgo de malformaciones que presentan, a todas las participantes se las sometió semanalmente a una batería de preguntas relacionadas con sus hábitos tabáquicos: durante cuántas semanas de gestación fumaron, con qué frecuencia, el tipo de tabaco o el empleo de sustitutivos del tabaco a lo largo de las 12 primeras semanas, así como una exhaustiva encuesta de estilos de vida, ámbito laboral y social o consumo de medicamentos, entre otros aspectos, que pudieran enmascarar los resultados.

Estos datos se complementaron con el Registro Central de Población, el Registro Nacional de Pacientes y el Registro Médico Natal de Dinamarca, de donde se obtuvo información de la salud de los bebés al nacer y hasta el primer año de vida para cruzarla con el comportamiento de las madres.

Entre las 76.768 mujeres que dieron a luz que respondieron, hubo 20.603 (26,8%) que admitieron haber fumado durante las primeras 12 semanas, y 56.165 que no fumaron. Entre las fumadoras y las no fumadoras se observó que el riesgo "aumenta entre las fumadoras, aunque los resultados no fueron estadísticamente significativos" debido a la dificultad de manejar diversos aspectos como, por ejemplo, el efecto del tabaquismo pasivo.

Sin embargo, se detectaron diferencias notables entre las no fumadoras y las que, pese a abandonar el tabaco, emplearon sustitutivos. Frente a una prevalencia relativa 1,0 de sufrir cualquier tipo de malformación congénita entre los hijos de no fumadoras, la tasa era de 1,6 (el 60% superior) entre aquellas que empleaban sustitutivos. Las diferencias son aún más relevantes al tratar de malformaciones concretas como las musculoesqueléticas (alteraciones en manos o pies, por ejemplo). En este caso, frente a una prevalencia relativa 1,0 en no fumadoras, la cifra alcanzó el 2,05 entre las consumidoras de chicles o parches. En cifras totales, entre las 55.915 no fumadoras se detectaron 673 casos de niños con este tipo de problema, mientras que de las 250 que emplearon parches, chicles o inhaladores, hubo seis bebés con lesiones musculoesqueléticas.

María Morales, en el hospital Doctor Peset de Valencia.S. CARREGUÍ

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