EL NUEVO ESCENARIO INTERNACIONAL

La UE asume un nuevo papel global

Europa afronta con dificultades un mayor protagonismo ante el relativo repliegue de EE UU

De los Balcanes a Afganistán y Pakistán, pasando por Oriente Próximo o en Congo, además del contencioso con Irán, Europa -como tal, a través de la OTAN o de sus países- ha asumido en los últimos tiempos nuevas responsabilidades que le convierten en actor global para llenar, en parte, el vacío de un cierto repliegue militar de EE UU, atrapado en las arenas movedizas de Irak. Pero este nuevo papel de Europa le ha convertido también en blanco de iras, que se han concretado en las protestas en países islámicos y en algunas capitales del Viejo Continente y por unas posiciones percibidas como americ...

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De los Balcanes a Afganistán y Pakistán, pasando por Oriente Próximo o en Congo, además del contencioso con Irán, Europa -como tal, a través de la OTAN o de sus países- ha asumido en los últimos tiempos nuevas responsabilidades que le convierten en actor global para llenar, en parte, el vacío de un cierto repliegue militar de EE UU, atrapado en las arenas movedizas de Irak. Pero este nuevo papel de Europa le ha convertido también en blanco de iras, que se han concretado en las protestas en países islámicos y en algunas capitales del Viejo Continente y por unas posiciones percibidas como americanas. Han sido intereses europeos, y no estadounidenses, los atacados.

Europa está dando la cara en el mundo en muchos frentes, pero sin una unidad interna, lo que dificulta su capacidad de actuación. Ahora se percibe la falta de lo que la Constitución Europea habría aportado a una política exterior, de seguridad y de defensa común. Pero a pesar de ello, está presente en Bosnia-Herzegovina, Macedonia, y Kosovo, Rafah y los territorios ocupados, frontera entre Ucrania y Moldavia, Darfur y Congo; inmersa en el contencioso nuclear con Irán, o implicada en aclarar las responsabilidades sirias en Líbano. O a través de la OTAN reforzando la presencia militar en Afganistán para permitir que Estados Unidos se concentre en Irak.

Los ataques contra países europeos tienen mucho que ver con la actividad de la UE
Europa está dando la cara en el mundo en muchos frentes, pero sin una unidad interna
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La política europea también ha progresado en el terreno militar, con los grupos tácticos y otros avances en curso. Pero en la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada el anterior fin de semana, el secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, no dejó de recalcar que Washington había aumentado su presupuesto militar por encima del 3,7% del PIB, mientras entre los aliados europeos sólo seis pasan del 2%. Descontando a EE UU, los aliados de la OTAN gastan un 1,4%, "insuficiente para proteger al mundo libre". La ministra francesa de Defensa, Michelle Alliot-Marie, apeló a "una nueva asociación estratégica más equilibrada" entre Europa y EE UU, para "volver a definir un proyecto común", sin el cual "las parejas no duran".

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Los motivos de los ataques contra países e instituciones europeas son múltiples, y parecen tener mucho que ver con la actividad europea en diversos frentes. Los medios diplomáticos consultados observan que en Teherán las manifestaciones empezaron al día siguiente de que el Consejo de Gobernadores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) tomara la decisión de remitir los incumplimientos iraníes respecto a su programa nuclear al Consejo de Seguridad de la ONU. En este paso, el Reino Unido, Francia y Alemania (la llamada UE-3) han desempeñado un papel de primera línea, tras tres años de negociación con Irán. Damasco también recela de Europa, y especialmente de Francia y de un Chirac que en esto no sólo se ha alineado con EE UU sino que ha llevado la voz cantante, por haber puesto en marcha una investigación por el asesinato del líder libanés Hariri, que apunta directamente a la responsabilidad del régimen sirio. En cuanto a Palestina, los ataques se centraron contra la delegación de la Comisión Europea en Gaza, obra, según fuentes europeas, no de Hamás, sino de las brigadas ligadas a Al Fatah. En Rafah, cuyo paso controlan fuerzas europeas, no hubo disturbios.

Pese a sus declaraciones públicas ante la crisis de las caricaturas de Mahoma, el Gobierno danés, poco europeísta, que no sólo está presente en Irak sino que sopesa ampliar su presencia militar allí, y frenado por la extrema derecha del Partido Popular del que depende, buscó ayuda de sus socios europeos, pero no solidaridad. Sólo tras el boicoteo a sus productos comerciales decretado por algunos países y movimientos, el ataque a sus embajadas en Damasco, Teherán y otros lugares, buscó el Gobierno de Anders Fogh Rasmussen ayuda de la UE, pero evitó en lo posible una declaración formal de los Veinticinco. La falta de posición europea no se ha debido sólo a que la UE esté viviendo una doble crisis política interna: la derivada del no francés y holandés al Tratado Constitucional, y la del relevo político en varios países de Europa. En estas circunstancias, con Chirac y Blair en la vía de salida de la política y elecciones en Italia y otros países, la nueva canciller alemana, Angela Merkel, ha llenado rápidamente un vacío. En la Conferencia de Seguridad en Múnich, el 4 de febrero, estableció su posición en tres puntos sobre la cuestión de las caricaturas -salvaguardia de la libertad de prensa en democracia; comprensión de los sentimientos heridos de los musulmanes; y rechazo del uso de la violencia en las protestas- y a la vez insistió en el papel estratégico central de la OTAN, sin por ello renegar en nada de la UE.

Sorprendentemente, no hubo declaración común de los Veinticinco sobre la crisis. Dinamarca no quería lecciones. Se satisfizo con las declaraciones orales del alto representante para la política exterior europea, Javier Solana -que iniciará mañana una gira por Oriente Próximo que le llevará a entrevistarse con los principales actores en la región-, y de la declaración conjunta el 7 de febrero, de éste, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el de la Organización de la Conferencia Islámica, Ekmeleddin Ihsanoglu, en el que consideraban "insultantes" las viñetas y defendían el derecho a la libertad de expresión con "responsabilidad y discreción", después de que Zapatero y su homólogo turco Erdogan, en su artículo conjunto bien recibido en Bruselas, apelaran al diálogo y a la serenidad.

Ha habido otras desbandas europeas. En nombre del Gobierno británico, su titular de Exteriores, Jack Straw, en cuyo distrito electoral hay una de las mayores concentraciones de mezquitas de Inglaterra, salió en contra de las viñetas, sabiendo que a la semana siguiente se iba a condenar a Abu Hamza, un imán apologeta de los terroristas suicidas. En Francia, Chirac ha salido en tromba contra la publicación de las viñetas por el semanario satírico Charlie Hebdo. A pesar de todo, Europa se afianza como actor mundial, con una política común de seguridad y de defensa que goza de un amplio apoyo estable (77%, según el último Eurobarómetro, más en los nuevos miembros), lo que conlleva responsabilidades, y como se ve, riesgos.

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