OPINIÓN DEL LECTOR

Un Madrid mejor

Ante el artículo publicado el pasado domingo en este diario sobre las estaciones medidoras de partículas contaminantes en la ciudad, la plaza de Fernández Ladreda es la tercera de Madrid: 101 días al año por encima de lo permitido; claro que, no es de extrañar. Aparte de la entrada y salida de vehículos por la A-42, tenemos la autovía que la legislatura pasada inauguró el anterior alcalde, la Vía Lusitana, Santa María de la Cabeza, la avenida de Oporto, Marcelo Usera, Antonio Leyva y alguna más, están -cómo no- las obras que hacen intransitable esta zona. Pero, ¿qué solución podemos darle? Me ...

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Ante el artículo publicado el pasado domingo en este diario sobre las estaciones medidoras de partículas contaminantes en la ciudad, la plaza de Fernández Ladreda es la tercera de Madrid: 101 días al año por encima de lo permitido; claro que, no es de extrañar. Aparte de la entrada y salida de vehículos por la A-42, tenemos la autovía que la legislatura pasada inauguró el anterior alcalde, la Vía Lusitana, Santa María de la Cabeza, la avenida de Oporto, Marcelo Usera, Antonio Leyva y alguna más, están -cómo no- las obras que hacen intransitable esta zona. Pero, ¿qué solución podemos darle? Me imagino qué habrán pensado los responsables municipales... Pues les pondremos nuevas líneas de autobuses, tanto urbanos como interurbanos, en la misma plaza y aledaños de Fernández Ladreda. Conclusión, que no hay quien se mueva. Y de respirar, ni hablamos; tampoco de los ruidos del tráfico en la entrada y salida del túnel de Santa María de la Cabeza, para la A-42; sólo los que vivimos aquí podemos malamente hablar, oír o respirar.

Pero nuestras autoridades nos están haciendo un intercambiador; luego enterraremos los autobuses y veremos qué bien... Pero para ello hemos tenido que comernos un buen trozo del parque del Sur, talar árboles, como los hermosos cedros que teníamos en la plaza, que se secan con las obras, se quitan... Y ahora parecen seis fantasmagóricos ejemplares que malamente sobrevivirán a esta "última obra".

La solución no pasa tanto por hacer más autovías, por meter más vehículos en la ciudad, por talar más árboles que nadie, por quitar los pocos lugares de recreo que quedan, por hormigonar y hormigonar sin parar. Hagamos una ciudad más habitable, porque en ella vivimos personas y a este ritmo no podremos aguantar más.

Quiero que mi barrio sea como antes, con la fuente en la plaza, sus hermosos cedros que iluminaban por Navidad, mi parque, el olor a barrio. No quiero malos humos, ruidos día y noche, hormigón y asfalto para que circulen miles y miles de vehículos, sirenas, aviones, alarmas... No podemos enterrar la realidad, como si fuéramos avestruces. Como muchos madrileños, queremos un Madrid mejor. ¿Será posible.

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