Vulneración
Recientemente se ha hecho público un preacuerdo entre los sindicatos de la Mesa Sectorial de Educación y la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Este preacuerdo establece, básicamente, que, a partir de las próximas oposiciones, la lista de aspirantes a interinos se dividirá en dos.
En una de las listas, la preferente, estarán todos aquellos que a) hayan trabajado previamente como profesores de esa especialidad para la Comunidad de Madrid; b) obtengan una puntuación de más de siete en el primer ejercicio de la fase de oposición, y c) superen la fase de ...
Recientemente se ha hecho público un preacuerdo entre los sindicatos de la Mesa Sectorial de Educación y la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Este preacuerdo establece, básicamente, que, a partir de las próximas oposiciones, la lista de aspirantes a interinos se dividirá en dos.
En una de las listas, la preferente, estarán todos aquellos que a) hayan trabajado previamente como profesores de esa especialidad para la Comunidad de Madrid; b) obtengan una puntuación de más de siete en el primer ejercicio de la fase de oposición, y c) superen la fase de oposición pero no consigan plaza.
La segunda lista, cuyos miembros no serán llamados para cubrir vacantes o sustituciones hasta que no se agote la primera lista, estará compuesta por el resto de los aspirantes.
Es, a nuestro parecer, una clara vulneración del principio de igualdad, que, junto con el de mérito y capacidad, regulan el acceso a la función pública.
Para acceder a la lista preferente se exigen unos resultados en los exámenes de la oposición que no se les han exigido ni se les van a exigir jamás a aquellos que, con el sistema anterior, tuvieron acceso a un puesto de trabajo y son, por tanto, integrantes de la primera lista y tendrán preferencia a la hora de cubrir vacantes o sustituciones.
Así las cosas, se puede dar el caso de que una persona que jamás haya obtenido más que un 0 en la fase de oposición de diferentes procesos selectivos tenga preferencia sobre aquellos que, pongamos por caso, obtengan un 6,99 en la primera fase (una nota difícil de alcanzar en muchas especialidades) y un 4.99 en la segunda.
Es más, se podría dar el caso de que la persona con esas notas presentase como méritos dos licenciaturas y un doctorado, además de muchos cursos de formación; daría igual, tendría que esperar a que se agotase la primera lista.
Sin embargo, el perjuicio mayor es, clarísimamente, para los alumnos, que, en lugar de tener el mejor profesorado posible, tendrán a los mejores de entre un pequeño grupo de afortunados que tuvieron la suerte de presentarse "antes" a las oposiciones.
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