Los barones del PSOE apoyarán el Estatuto si respeta el interés general

Zapatero admite en una cena: "Si no hay Estatuto, no pasa nada"

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cenó anoche con los líderes regionales de su partido y logró, según varios asistentes, un consenso básico en torno a la negociación del Estatuto: el texto tendrá el apoyo del PSOE si respeta el interés general y encaja en los límites constitucionales. Zapatero explicó que el sistema de financiación que se pacte será generalizable, y apuntó, ante el pesimismo de algunos: "Si no hay Estatuto, no pasa nada".

El espinoso asunto de la nación ocupó poco espacio en la cena, según varios asistentes, aunque el presidente catalán, Pasqual ...

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cenó anoche con los líderes regionales de su partido y logró, según varios asistentes, un consenso básico en torno a la negociación del Estatuto: el texto tendrá el apoyo del PSOE si respeta el interés general y encaja en los límites constitucionales. Zapatero explicó que el sistema de financiación que se pacte será generalizable, y apuntó, ante el pesimismo de algunos: "Si no hay Estatuto, no pasa nada".

El espinoso asunto de la nación ocupó poco espacio en la cena, según varios asistentes, aunque el presidente catalán, Pasqual Maragall, explicó el acuerdo alcanzado en Cataluña esa misma mañana, que considera ese punto irrenunciable. También narró las reticencias de CiU. Alfredo Pérez Rubalcaba se mostró algo pesimista tras reunirse con esta formación. Al hilo de esa idea, el madrileño Rafael Simancas preguntó qué pasa si no sale el texto. Zapatero contestó: "no pasa nada", aunque aseguró que a todos les interesa que salga y "será muy difícil asumir el coste de romper la negociación".

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La discusión se centró en la financiación. Algunos dirigentes exigieron que no se reduzca la solidaridad, pero dieron margen de confianza a los negociadores. Zapatero insistió en su optimismo, y aseguró que el acuerdo tendrán que apoyarlo con entusiasmo porque eso permitirá al PSOE llegar en buena situación a las elecciones autonómicas de 2007.

Algunos tenían interés en que ahora, cuando la negociación ha alcanzado su momento clave, el PSC, y en especial el presidente catalán, Pasqual Maragall, escuche de sus compañeros las líneas rojas que no podrá superar. "Cataluña y el PSC tendrá que entender hasta dónde puede llegar el resto de España", había explicado el presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, en una comida previa.

Los socialistas apoyan que las comunidades tengan más control sobre los impuestos y que reciban hasta el 50% de la recaudación del IRPF, pero siempre con una salvedad: el modelo tiene que servir para las 15 autonomías sujetas al régimen general (todas menos el País Vasco y Navarra), sin diferencias para Cataluña. Zapatero tranquilizó a los suyos: cualquier modelo que se acuerde será generalizable a las 15 autonomías, dijo.

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Aun así, el presidente explicó que bilateralidad y multilateralidad pueden ser compatibles, y puso como ejemplo el modelo actual, en el que las líneas generales se pactan entre todos pero luego hay acuerdos bilaterales y nadie tiene el mismo sistema. Incluso el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra apoyó la negociación, siempre con esos límites.

La cena de ayer, según varios asistentes, fue más relajada que la última, en noviembre. Esa noche Ibarra sufrió un infarto del que está plenamente recuperado. Ayer se mostró conciliador, como Maragall, pero se quejó de que "nadie sabe qué piensa realmente el PSC", porque no se explica.

Todo el poder territorial del PSOE estaba representado en la cena de La Moncloa: secretarios generales regionales, presidentes autonómicos, el secretario de organización, José Blanco, los portavoces parlamentarios del Congreso y Senado, Alfredo Pérez Rubalcaba y Joan Lerma, y el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, que fue convocado porque es presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

El presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, a su llegada al Palacio de la Moncloa.EFE

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