La investigación revela que Hwang no clonó ni una sola célula de pacientes

El científico Robert Lanza afirma que el anterior trabajo del coreano también es falso

El caso del científico surcoreano Hwang Woo-suk siguió inflándose ayer hasta convertirse en el mayor fraude científico de la historia. El artículo de junio en el que Hwang presentó las primeras 11 líneas de células madre clonadas de pacientes, que habría bastado para consagrarle como el fundador de la medicina regenerativa, no sólo contenía datos manipulados, sino que fue una invención de principio a fin, según la pesquisa de su propia universidad. El científico norteamericano Robert Lanza aseguró ayer a EL PAÍS que el anterior trabajo de Hwang (Science, 2004) también es falso.

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El caso del científico surcoreano Hwang Woo-suk siguió inflándose ayer hasta convertirse en el mayor fraude científico de la historia. El artículo de junio en el que Hwang presentó las primeras 11 líneas de células madre clonadas de pacientes, que habría bastado para consagrarle como el fundador de la medicina regenerativa, no sólo contenía datos manipulados, sino que fue una invención de principio a fin, según la pesquisa de su propia universidad. El científico norteamericano Robert Lanza aseguró ayer a EL PAÍS que el anterior trabajo de Hwang (Science, 2004) también es falso.

El trabajo del comité de investigación muestra un fraude de enormes dimensiones
"Hay fotos en el 'Science' de 2004 que han sido falsificadas", dice Lanza
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Hwang anunció el viernes su dimisión como profesor de la Universidad Nacional de Seúl, poco después de que su decana de investigación, Roe Jung Hye, hiciera pública la primera conclusión de la investigación que una comisión de nueve científicos lleva a cabo, por encargo directo del Gobierno surcoreano, sobre el trabajo del que hasta hace un mes y medio era poco menos que el héroe nacional del país.

Ya en aquella primera conclusión quedó patente que, de las 11 líneas celulares presentadas por el investigador en una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo (Science, junio de 2005), sólo dos existían cuando el borrador se envió a la editorial, y que los datos correspondientes a las otras nueve habían sido manipulados de forma deliberada. Ayer se supo que las dos líneas restantes tampoco existen.

"Hasta el momento, no hemos encontrado ninguna célula madre relacionada con el artículo del doctor Hwang de 2005 que case genéticamente con el ADN de los pacientes", aseguró Roe en un comunicado. "A nuestro juicio, el equipo del Doctor Hwang no tiene ningún dato científico que pueda probar que produjo tales células madre".

Los detalles técnicos de la pesquisa pintan un cuadro mucho más grave aún. Derivar células madre de un embrión humano -por ejemplo, un embrión de dos semanas obtenido por fecundación in vitro- es una técnica bien establecida desde 1998. La fama de Hwang se debe a que derivó células madre de embriones clonados. Inicialmente (Science, febrero de 2004) derivó células madre del primer embrión clonado a partir de un ser humano cualquiera. Y después (Science, junio de 2005), de los primeros embriones clonados de pacientes de distintas enfermedades.

La comisión de investigación de Seúl ha encargado a tres laboratorios independientes las pruebas obvias para confirmar la naturaleza de las líneas celulares creadas por Hwang: comparar su ADN con el ADN de los pacientes de los que, supuestamente, se obtuvieron los núcleos para la clonación. (El núcleo de cualquier célula del paciente, que contiene el genoma de ese paciente, se introduce en un óvulo donado por una mujer al que previamente se ha extraído su propio núcleo; al embrión resultante se le extraen las células madre, que deben tener el mismo ADN que el paciente).

Según estas pruebas de ADN, las células madre supuestamente creadas por Hwang no provienen de ningún embrión clonado de pacientes, ni de ningún embrión clonado en absoluto. Provienen de un embrión obtenido por fecundación in vitro en el hospital Mizmedi de Seúl, la clínica de reproducción asistida que suministraba los óvulos al laboratorio de Hwang.

Pero, puestos a enviar a Science datos falsos, ¿por qué Hwang no envió, al menos, datos que correspondieran a células madre clonadas, aunque no fueran clonadas de pacientes? Se supone que ya las tenía, según publicó en Science en 2004, en un trabajo pionero que todavía no se ha cuestionado. El director científico de la firma de Boston ACT, que era el favorito en la carrera de la clonación humana hasta la irrupción de Hwang hace dos años, responde a EL PAÍS:

"Hwang publicó la primera clonación en febrero de 2004. La gente, por supuesto, trató de reproducir sus resultados, pero pasó un año y ningún laboratorio del mundo lo había logrado. Eso es mortal en ciencia. ¿Qué hizo Hwang? Acallar a todos sus críticos publicando las clonaciones de los pacientes, que anunciaron al mundo: '¡Ved como sí que funciona!'. Los resultados eran tan espectaculares que que nadie volvería a cuestionarlos".

Pero, si el Science de 2005 no es más que un engaño para tapar otro engaño, el Science de 2004 tiene que ser, según Lanza, otro fraude. "Hay figuras en el Science de 2004 que han sido claramente falsificadas", asegura Lanza. "¿Por qué iba Hwang a publicar imágenes falsas de células madre si tuviera las de verdad?".

Un aspecto desconcertante del trabajo de 2004 fue que, de todas las combinaciones probadas de núcleos y óvulos enucleados, sólo funcionaron aquéllas en que el núcleo y el óvulo provenían de la misma mujer. Lanza entiende ahora la razón: "Hwang esperaba que la comunidad científica le pidiera una verificación. Por desgracia, yo fui el único que lo hizo [y sin éxito]. De haberse visto forzado, habría facilitado una muestra de ADN de las células madre y otra de células adultas diferenciadas a partir de ellas. Nadie se habría dado cuenta del engaño".

La explicación es así: Hwang habría dicho que el primer ADN era de las células madre clonadas a partir de la señora H, y que el segundo ADN era de la señora H. Y sólo se hubiera salido con la suya si, previamente, hubiera fingido que el núcleo y el óvulo usados para clonar provenían de la misma mujer, porque de otro modo le hubieran pillado por el ADN mitocondrial, que está fuera del núcleo.

Hwang Woo-suk, con Snuppy, el supuesto primer perro clonado.REUTERS

¿Nos queda 'Snuppy'?

Snuppy es un cachorro de afgano, supuestamente el primer perro clonado. Hwang Woo-suk anunció que había duplicado el perro en agosto pasado y publicó el resultado en Nature. El hallazgo era importante. Hasta ese momento ningún científico había logrado clonar un perro -sí vacas, ovejas, gatos, cerdos y hasta una decena de mamíferos- y el negocio tenía buenas perspectivas: siempre habría alguien dispuesto a pagar por clonar a su mejor amigo. Clonar vacas y cerdos nunca iba a dar tanto dinero.

La sospecha de las clonaciones fraudulentas en humanos han salpicado a Snuppy y aunque no está claro que el perro sea un clon auténtico, un instituto coreano afirmó ayer que el ADN del perro coincide con el su donante. Es decir, que Snuppy es un clon.

Aunque este hallazgo no libraría a Hwang del descrédito, sí demostraría que domina la técnica de clonación, al menos en animales.

"Estoy seguro de que Snuppy es un clon. Cuando le he comentado a Hwang el resultado del análisis, dijo que es natural. Parecía confiar en el perro", declaró a la prensa coreana el responsable del laboratorio Humanpass, Rhee Seung-jae, que había realizado el análisis. Esta prueba no está relacionada con la comisión de investigación de la Universidad Nacional de Seúl.

Ni siquiera el nombre del perro se debe considerar necesariamente un plagio descarado. El denostado Hwang sostiene que viene de SNU (Seul National University) y de puppy (cachorro).

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