Entrevista:JOSEP HUGUET | Consejero de Comercio, Turismo y Consumo

"El boicoteo va contra la unidad de mercado, pero eso no ha roto el silencio de la CEOE"

Rotundo pero a la vez algo más comedido que en el pasado, el republicano Josep Huguet, consejero de Comercio, Turismo y Consumo, hace un balance "positivo" del año que ya toca a su fin. Por el "consenso" alcanzado sobre las leyes de horarios y equipamientos comerciales -con el sector y también con el Gobierno central- y por la buena campaña turística, que ha ahuyentado viejos fantasmas del sector. Pero muestra su cara más beligerante en lo relativo al boicoteo a los productos catalanes a causa del Estatut. El consejero se muestra "perplejo" por el "silencio atronador" de las patronales español...

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Rotundo pero a la vez algo más comedido que en el pasado, el republicano Josep Huguet, consejero de Comercio, Turismo y Consumo, hace un balance "positivo" del año que ya toca a su fin. Por el "consenso" alcanzado sobre las leyes de horarios y equipamientos comerciales -con el sector y también con el Gobierno central- y por la buena campaña turística, que ha ahuyentado viejos fantasmas del sector. Pero muestra su cara más beligerante en lo relativo al boicoteo a los productos catalanes a causa del Estatut. El consejero se muestra "perplejo" por el "silencio atronador" de las patronales españolas ante el boicoteo -"es la demostración de que en España no quedan liberales"- y lanza un dardo por las críticas de la patronal al proyecto de Estatut: "El boicoteo sí es auténtica ruptura de la unidad de mercado".

"Es una contradicción que algunos empresarios digan que Cataluña es mercado español pero a la vez admitan el boicoteo"
"Francia y Gran Bretaña se enfrentan a graves problemas de 'guetarización' de los barrios. Eso aquí no ha sucedido por el modelo comercial"

Pregunta. ¿Cuál es la estrategia que ha adoptado el Ejecutivo autónomo ante la campaña contra los productos catalanes?

Respuesta. Las dos vías de enfrentarse al problema están claras. A la defensiva, ver en qué casos estamos ante posibles delitos: la discriminación por razón de origen está en el Código Penal, así como la vulneración de los mecanismos de mercado por finalidades oscuras. Se está rompiendo la unidad de mercado por esta vía, y no precisamente por el Estatut, y estamos haciendo llegar toda la información de la que disponemos a los ministerios de Justicia e Interior, a los departamentos afectados y también a la fiscalía. Más allá del consumidor que ha sido intoxicado por una determinada cadena de radio y que deja de comprar algunos productos, el delito está en quien promueve ese comportamiento, o incluso en la forma de actuar de directivos que, siempre de viva voz -por lo que es difícil de demostrar-, les dicen a los empresarios catalanes que no es necesario que se presenten a concursos.

P. ¿Tiene ejemplos concretos de esa discriminación?

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R. Ha sucedido en sectores como el del catering, los componentes eléctricos y en muchos otros relacionados con las administraciones y sectores parapúblicos. Pero el problema es que al empresario le cuesta denunciarlo porque eso sería casi una sentencia definitiva para su negocio, y además porque no queda rastro de esos comportamientos. Pasada la Navidad pediremos a los empresarios que quieran que nos informen de estas prácticas para actuar en consecuencia.

P. Ha anunciado también ayudas a la internacionalización de las empresas afectadas.

R. Se trata de aprovechar esta desgracia para que las empresas que no se habían planteado salir al exterior lo hagan de una vez por todas. Desde hace tiempo trabajamos en esa línea ante la constatación de que hay sectores poco internacionalizados. A partir de enero, daremos prioridad en las líneas de ayudas a la internacionalización a las empresas que demuestren que sus ventas se han visto afectadas por el boicoteo. Se trata de otro tipo de respuesta a la campaña, de pasar a la ofensiva y hacerles ver a los empresarios que los mercados exteriores no actúan con prejuicios de tipo político o cultural.

P. ¿Hay alguna campaña en marcha en sentido contrario desde Cataluña?

R. En el caso del sector agroalimentario se está produciendo una curiosa reacción entre la ciudadanía, que nada tiene que ver con una campaña. Y está bien que sea así, sin boicoteos, porque reaccionar a la contra sería igualmente punible. Pero es cierto que se advierte una mayor apuesta por el producto de proximidad y de denominación de origen. Estamos por debajo de países como Alemania o Francia en la media de consumo de productos propios, que con iniciativas como el movimiento slow food conectan la restauración con la agricultura. Y queremos que eso cambie, aprovechar la calidad de los chefs para dar a conocer alimentos autóctonos. Eso sí: sin autarquías.

P. El empresariado se ha quejado de algunas declaraciones subidas de tono efectuadas desde el Gobierno catalán e incluso ve indicios de intervencionismo en algunos aspectos del Estatut.

R. Creo que esa interpretación es errónea. Eso dependerá de la ejecución política que se haga desde el Gobierno catalán. Pero respeto esa crítica. Lo que me deja perplejo es el silencio de la cúpula empresarial española: demuestra que en España no quedan liberales. El empresariado catalán se ha quejado de la falta de pronunciamientos públicos en contra del boicoteo, de las posiciones tan poco solidarias e incluso del aprovechamiento de la situación por parte de algunos empresarios. Es obvio que también le está pidiendo a la clase política catalana que gobierne y desencalle asuntos. Pero si actualmente hay alguna ruptura de la unidad de mercado es como consecuencia de la campaña, y en este punto no hemos visto que la CEOE rompa su silencio. Es una gran contradicción que algunos patronos digan que Cataluña es mercado español pero a la vez admitan el boicoteo. Recuerda algunos casos de discriminación de minorías, como cuando algún político del PP dijo ante la OPA [de Gas Natural sobre Endesa] que prefería una empresa francesa antes que una catalana.

P. La aprobación de las leyes de equipamientos y horarios comerciales ha recibido algunas críticas. ¿Son leyes proteccionistas?

R. Se han aprobado con un consenso casi unánime, nos permiten ponernos al día con la UE y no se han hecho desde planteamientos proteccionistas, sino de sostenibilidad y de cohesión en las ciudades. Francia y Gran Bretaña se enfrentan actualmente a graves problemas de desertización y guetarización de los barrios, en parte por una legislación comercial que ha destrozado los centros de las ciudades. Ahora ambos países se ven obligados a reinventar esos centros. Eso aquí no ha sucedido por el modelo comercial, y las leyes tratan de asegurar que tampoco suceda en el futuro. Hemos ido más allá del mercado agroalimentario y hemos regulado todos los sectores: se nos acusa de reglamentistas, pero en caso contrario se nos tildaría de liberales. La realidad es que la ley se ha aprobado con una amplia mayoría.

P. Un informe reciente de Economía relacionaba la diferencia de inflación catalana con el modelo comercial. ¿Es así?

R. Esa era una de las 15 páginas de aquel informe, en el que se decía que había indicios de que existiera esa correlación. Pero no estamos de acuerdo y hemos encargado dos informes más. Es obvio que la cadena de transmisión que liga al agricultor con el lineal del supermercado puede fallar en algún eslabón. Pero ese problema no se puede achacar sólo al modelo comercial. En algunas poblaciones turísticas hemos advertido que un mismo producto cuesta el doble en los comercios cercanos a la playa de lo que cuesta en el interior. Ahí sí existe un problema. Pero es concreto.

P. ¿La campaña turística ha sido positiva?

R. Ha sido buena y con mayor peso de los meses no estivales, lo cual demuestra que Cataluña empieza a atraer, además de por el clima, por los servicios y sus singularidades.

P. ¿La relación con el ministerio es buena?

R. Lo es, a pesar del arraigo de ciertas rutinas centralistas. Es lamentable que la primera comunidad turística sea el último destino de algunos de los fondos que se ponen a disposición del sector. Y es un error vender España como marca única: Francia es un país muy centralista pero, en el caso del turismo, vende productos singulares, al detalle, algo que no se plantea el ministerio.

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