Historia y arte recobrados

La conciencia pública sobre el valor del patrimonio histórico y artístico de Madrid cuenta, desde ayer, con un vigoroso estímulo tras la apertura de la exposición Huellas, en la sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de la calle de Alcalá. Inaugurada por Santiago Fisas, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, la muestra exhibe hasta el próximo 12 de febrero los resultados de 35 de las principales actuaciones acometidas por el Gobierno regional en el ámbito del hallazgo, la restauración y la difusión de contenidos del legado histórico del arte madrileño.

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La conciencia pública sobre el valor del patrimonio histórico y artístico de Madrid cuenta, desde ayer, con un vigoroso estímulo tras la apertura de la exposición Huellas, en la sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de la calle de Alcalá. Inaugurada por Santiago Fisas, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, la muestra exhibe hasta el próximo 12 de febrero los resultados de 35 de las principales actuaciones acometidas por el Gobierno regional en el ámbito del hallazgo, la restauración y la difusión de contenidos del legado histórico del arte madrileño.

La exposición exhibe un repertorio, cuidadosamente seleccionado, de vestigios procedentes de excavaciones en asentamientos humanos, como el recinto minero, con más de 300 pozos para la extracción de sílex, en el enclave del predio de Casa Montero, en Vicálvaro, o restos neandertalenses del yacimiento serrano de Pinilla del Valle. Se muestran también restos de animales prehistóricos de alto valor paleontológico, como la testuz y la cornamenta -de más de 1,5 metros de envergadura-, de un bóvido recientemente hallado durante las obras de la prolongación de la calle de O?Donnell sobre la vía de circunvalación M-30.

Tras el robo del hospital del Niño Jesús, 'La resurrección de Santa Leocadia' se muestra hoy recuperado

Esta osamenta, cuya antigüedad se fecha entre 16.000 y 12.000 años, ha sido delicadamente tratada con unas resinas especiales para atajar su desmenuzamiento y fomentar su cohesión ósea, con el fin de facilitar así su conservación, según explica Javier Aguilera, comisario de la exposición, realizada con montaje de Juan Pablo Frade y la supervisión de Emmanuela Gambini.

Cabe inducir el temible tamaño real del toro, denominado Bos primigenium, del que los científicos calculan una talla de al menos 2,30 metros desde su grupa al suelo. Concuerda este pronóstico con la potencia que la leyenda atribuye a los toros madrileños, como uno del Jarama, que ya en el siglo XVII, en un combate contra la mayor parte de los grandes mamíferos conocidos, elefantes, tigres y leones incluidos, celebrado públicamente en Madrid bajo el reinado de Felipe IV y registrado por fedatarios reales, se alzó con la victoria por derrota en fiera y sangrienta lid sobre cada uno de aquéllos otros animales.

En el registro arqueológico se detalla un interesante Plan de Yacimientos Visitables ideado por el Gobierno regional, del que destacan el tesoro tardorromano de Valdetorres del Jarama, una villa con su solado y amplia gama de mosaicos, prodigiosamente conservada desde el siglo IV, cuya plena contemplación pública será posible a finales de 2006 mediante una atrevida propuesta de cerramiento que definirá un original museo.

El futuro recinto museístico, proyectado por los arquitectos Pablo Latorre y Leandro Cámara, consistirá en un receptáculo cóncavo que albergará una platea elíptica para la observación cenital, por el público, del lar romano. Una gran estructura en forma de concha quedará recubierta por un sistema de lamas para la administración cabal de la temperatura y de luz, ya que su exceso resulta dañino para la coloración de la cerámica y los mosaicos allí atesorados.

La riqueza de este hallazgo exhibe el destello de su esplendor en una secuencia de finas piezas de estatuaria romana, en mármol oscuro, que da noticia de la presencia y morada en la localidad madrileña de un prócer romano que, en su día, las trajo de Turquía: el enclave turco de Erzurum significa tierra de Roma.

Se muestra además una riquísima serie de elementos artísticos, ya restaurados, que proceden de actuaciones en el ámbito de la arquitectura, la escultura o la pintura madrileñas, y que se refieren a artesonados, retablos y relicarios de templos como Nuestra Señora de la Asunción, en Meco, así como otras obras procedentes de conventos madrileños, como el de las mercedarias de Griñón, de las Góngoras, o de la hoy colegiata de San Isidro, de donde procede una bellísima talla barroca, estofada en policromía, de La dormición de la Virgen María. Pese a su data en el siglo XVII, presenta una disposición figurativa típicamente medieval.

Destella con luz propia la restauración del lienzo La expulsión de los mercaderes del templo, una pintura al óleo de El Greco perteneciente al ajuar de la iglesia de San Ginés, en la calle del Arenal. Su magnífica restauración por el Instituto del Patrimonio Histórico ha recobrado toda la potencia de sus carmines, grises y amarillos, además de la pátina de los vagorosos perfiles de sus siluetas. Se presenta al visitante como ejemplo seguido en diferentes actuaciones por otras instituciones regionales, como la prestigiosa Escuela de Restauración de la Comunidad de Madrid, con sede en la madrileña calle de la Bola, o el Museo Arqueológico Regional, de Alcalá de Henares.

Mención singular merece la restauración de La resurrección de Santa Leocadia, obra de Juan de Roelas, que data del siglo XVII. Se hallaba en la iglesia del hospital infantil Niño Jesús, y fue robada en mayo de 2004 y seriamente dañada por su captor. Recobrada meses después, hoy presenta toda su cromática restablecida. Otras pinturas restauradas son un retrato de Manuel de Falla surgido del pincel de Daniel Vázquez Díaz y un lienzo de estilo historicista, del artista romántico Leonardo Alenza.

Figuran también restauraciones de tapices flamencos e instrumentos de cuerda, como un violín cremonense surgido de las manos de Antonio Stradivari, más una bellísima colección de guitarras y tiples, amén de un núcleo de instrumentos orientales de cuerda, entre los que destaca una pieza china, elaborada con piel de serpiente.

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, uno de los primeros museos de España, ha brindado a esta exposición, desde su palacio de la calle de Alcalá, su historicidad y la experiencia de sus profesionales.

Huellas. Real Academia de Bellas Artes. Calle de Alcalá, 13. Martes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 20.00. Sábados, domingos, lunes y festivos, de 10.00 a 14.00. Cerrada los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 y 6 de enero.