La Fundación Barrié expone los paisajes del impresionismo

Alguna de las obras que Paul Gauguin hizo cuando todavía la pintura era para él una actividad de tiempo libre (El Sena en el Pont de Grenelle, 1875), o uno de los cuadros que un joven Toulouse-Lautrec pintó mientras se recuperaba de las lesiones físicas que marcarían su vida (Barco de pesca, 1880), escenas marineras de pequeño formato a la fuerza, puesto que las pintaba en la cama. La Fundación Barrié de la Maza (www.fbrarrie.org) muestra en su sede de A Coruña, hasta el 5 de febrero, un total 41 paisajes (de Cézanne, Matisse, Monet, Pisarro, Renoir o Sisley) que enmarcan la revo...

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Alguna de las obras que Paul Gauguin hizo cuando todavía la pintura era para él una actividad de tiempo libre (El Sena en el Pont de Grenelle, 1875), o uno de los cuadros que un joven Toulouse-Lautrec pintó mientras se recuperaba de las lesiones físicas que marcarían su vida (Barco de pesca, 1880), escenas marineras de pequeño formato a la fuerza, puesto que las pintaba en la cama. La Fundación Barrié de la Maza (www.fbrarrie.org) muestra en su sede de A Coruña, hasta el 5 de febrero, un total 41 paisajes (de Cézanne, Matisse, Monet, Pisarro, Renoir o Sisley) que enmarcan la revolución impresionista, desde su origen en la decisión de pintar al aire libre hasta secuelas técnicas como el puntillismo.

La exposición es una muestra, por primera vez en España, de los fondos del Museo Wallraf Richartz-Fundación Corboud que, bajo esta acumulación de nombres, es una de las pinacotecas más prestigiosas de Alemania. Todos los cuadros incluidos forman parte de la colección de 170 obras que en 2001 donó al Museo Wallraf-Richartz de Colonia, en concepto de "préstamo eterno", el empresario de origen suizo Gérard J. Corboud.

Cronológicamente, Obras maestras del Museo Wallraf Richartz-Fundación Corboud se inicia con En los alrededores de Nevers (1861), de Johan Barthold Jongkind, el primer maestro de Claude Monet y también uno de los primeros interesados en reflejar la atmósfera de sus paisajes, aunque los pintase en el interior de un estudio. Obras de Alfred Sisley (Alrededores de Louvenciennes, 1876; La bahía de Langland, 1897), de Paul Cézanne (Paisaje de Aix-en-Provence, 1879), y de Auguste Renoir (Paisaje en la orilla del Sena en Rueil, 1879) representan al núcleo duro y conocido del impresionismo.

La evolución a la representación mediante el punteado de colores puros la inició Camille Pissarro. Se incluyen obras de Georges Lemmen o Maximilien Luce, representantes fieles del puntillismo o del divisionismo. La pieza más tardía (Madre e hijo, de Henri Martin) data de 1920 y entra en el fauvismo.

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