El mundo que gira en sentido contrario

Más de una veintena de misiones han ido a Venus desde que, en 1962, la NASA envió su primera misión, Mariner 2, a ese mundo vecino. En los años setenta incluso se logró descender a la superficie con varias naves automáticas Venera soviéticas. Éstas tomaron fotografías del paisaje desolado de Venus y funcionaron un par de horas bajo condiciones infernales de alta temperatura y presión.

A principios de la década pasada la última nave dedicada a ese planeta, la Magallanes, de la NASA, levantó con radar un mapa tridimensional de casi toda la superficie. "Todas esas misi...

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Más de una veintena de misiones han ido a Venus desde que, en 1962, la NASA envió su primera misión, Mariner 2, a ese mundo vecino. En los años setenta incluso se logró descender a la superficie con varias naves automáticas Venera soviéticas. Éstas tomaron fotografías del paisaje desolado de Venus y funcionaron un par de horas bajo condiciones infernales de alta temperatura y presión.

A principios de la década pasada la última nave dedicada a ese planeta, la Magallanes, de la NASA, levantó con radar un mapa tridimensional de casi toda la superficie. "Todas esas misiones han proporcionado una comprensión básica de las condiciones de Venus, pero hay muchos problemas científicos por resolver acerca de ese planeta", recuerda el geólogo planetario de la ESA Agustín Chicarro.

El día más largo

Venus es el segundo planeta contando desde el Sol. Está a una distancia de 108 millones de kilómetros de la estrella; su radio, su masa y su gravedad son sólo ligeramente inferiores a los valores terrestres. Pero hay enormes diferencias entre ambos mundos. Por ejemplo, un día venusiano dura 243 días terrestres; el planeta gira muy despacio, pero las capas altas de la atmósfera lo hacen muy deprisa, hasta el punto de rodear el planeta completo en sólo cuatro días terrestres.

Otra característica peculiar es que Venus gira sobre su eje en sentido contrario a casi todos los demás planetas. El motivo, explicó Chicarro, pudiera ser un colosal choque con un cuerpo de tamaño similar al del propio Venus hace miles de millones de años.

En la superficie de Venus, debido al potente efecto invernadero, se registran temperaturas de 465 grados centígrados y la presión es de 90 bares; el paisaje que se aprecia en las fotos de las naves Venera, explicó Chicarro, está dominado por bloques de lavas aplastadas y todo debe estar iluminado por una tenue luz rojiza, dado que es el color dominante que se filtra a través de las nubes. A 50 kilómetros de altura, en la atmósfera compuesta esencialmente de dióxido de carbono, hay nubes de ácido sulfúrico. En la superficie de Venus hay grandes cráteres de impacto y numerosos volcanes.

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