Cheney reemplaza al procesado Libby con dos hombres de confianza

El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, no ha perdido el tiempo y ha nombrado dos sustitutos para los cargos que ocupaba Lewis Libby, procesado el viernes por perjurio, falso testimonio y obstrucción a la justicia en el caso de la filtración a la prensa del nombre de una agente de la CIA. Cheney sitúa como jefe de Gabinete al fiscal David Addington y como consejero de seguridad nacional a John Hannah. Ambos cargos los ocupaba Libby, quien dimitió poco después de conocerse los cargos que se le imputaban tras 22 meses de investigación en el llamado caso Plame. Addington, hasta a...

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El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, no ha perdido el tiempo y ha nombrado dos sustitutos para los cargos que ocupaba Lewis Libby, procesado el viernes por perjurio, falso testimonio y obstrucción a la justicia en el caso de la filtración a la prensa del nombre de una agente de la CIA. Cheney sitúa como jefe de Gabinete al fiscal David Addington y como consejero de seguridad nacional a John Hannah. Ambos cargos los ocupaba Libby, quien dimitió poco después de conocerse los cargos que se le imputaban tras 22 meses de investigación en el llamado caso Plame. Addington, hasta ayer consejero judicial de Cheney, es ascendido a jefe de Gabinete, y Hannah, antiguo número dos de Libby, pasa a ocupar el puesto del que fuera su jefe.

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La acusación contra el ex asesor de la Casa Blanca ha puesto a la oficina del vicepresidente en el centro de los procesos judiciales, que podrían llegar a afectar políticamente al Gobierno del presidente, George W. Bush. Se prevé que Libby haga su primera aparición en el tribunal este jueves para que el juez Reggie Walton le comunique los cargos en su contra.

La acusación significa que la próxima fase del proceso judicial será en audiencia pública, a diferencia de la investigación confidencial de casi dos años realizada por el gran jurado y que dirigió el fiscal especial Patrick Fitzgerald. La acusación formal y escrita de Libby representa el primer cargo criminal que surge de la investigación, que, según dijo Fitzgerald, "continuará".

El líder de los demócratas en el Senado, Harry Reid, aseguró el domingo que otro miembro clave en el caso Plame, el consejero presidencial Karl Rove, debería dimitir por su papel en exponer a la luz pública el nombre de una agente secreta. Además, un veterano senador republicano indicó que Bush necesita llevar "sangre nueva" a la Casa Blanca.

Rove no ha sido procesado, pero continúa siendo investigado. Reid se definió "decepcionado" por el hecho de que Bush y Cheney hayan "sacrificado" a Libby y sugirió que ambos deberían cuando menos disculparse por la filtración que ha destapado a la agente Valerie Plame.

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