ESPACIO | Cohetes

Nuevo México crea la primera base espacial privada

Un puñado de vehículos espaciales surgidos de la iniciativa privada, al margen de las agencias estatales y de las grandes empresas del sector, ha encontrado un hueco estable para sus lanzamientos y actividades, incluida la popularización de los viajes orbitales. Incluso algunos están seguros de que los astronautas particulares despegarán de esa nueva base dentro de no mucho tiempo.

Se trata del nuevo Puerto Espacial Regional del Suroeste, en Nuevo México (EE UU), que ha recibido ya el apoyo del gobernador del Estado, aunque todavía está pendiente su aprobación definitiva cuando se compl...

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Un puñado de vehículos espaciales surgidos de la iniciativa privada, al margen de las agencias estatales y de las grandes empresas del sector, ha encontrado un hueco estable para sus lanzamientos y actividades, incluida la popularización de los viajes orbitales. Incluso algunos están seguros de que los astronautas particulares despegarán de esa nueva base dentro de no mucho tiempo.

Se trata del nuevo Puerto Espacial Regional del Suroeste, en Nuevo México (EE UU), que ha recibido ya el apoyo del gobernador del Estado, aunque todavía está pendiente su aprobación definitiva cuando se complete, entre otros requisitos, el informe de impacto ambiental.

De momento, se ha anunciado el primer lanzamiento desde allí para el 27 de marzo de 2006. Será un SpaceLoft XL, un cohete de seis metros de altura, desarrollado por la empresa UP Aerospace, que subirá hasta 106 metros y caerá cerca del puerto espacial, según explica un responsable de la compañía. Un artefacto similar de UP Aerospace se lanzó el año pasado en un ensayo realizado en Nevada. "Por fin hay un lugar en EE UU que abre sus brazos a emprendedores y pequeños grupos como el nuestro para lanzar cohetes que pueden llegar al espacio", dice Jerry Larson, presidente de UP Aerospace.

Las pequeñas empresas espaciales aspiran a florecer en el mercado lanzando al espacio pequeñas cargas útiles como experimentos científicos universitarios, equipos de observación de la Tierra y la atmósfera y aparatos que exigen ensayos en condiciones de vuelo espacial. Precios competitivos, rapidez de lanzamiento y agilidad de gestión son las bazas con las que cuentan estos pioneros para competir con las grandes empresas y las agencias espaciales, que son por el momento las únicas protagonistas en el mercado espacial.

La base de Nuevo México, que ocupará 70 kilómetros cuadrados cerca de El Cruce, acogerá también las actividades de los entusiastas espaciales que han florecido en torno al galardón X Price, en cuya primera convocatoria lo obtuvo la nave SpaceShipOne al superar la altura de 100 kilómetros y cumplir las condiciones requeridas.

Para el mes próximo se han convocado unas jornadas de exhibición en Las Cruces. Según el programa, habrá demostraciones de vuelo del cohete Armadillo (de lanzamiento y aterrizaje vertical) y del EZ-Rocket, así como ensayos del Starchaser y del DaVinci Starfire. Además, se expondrán réplicas del SpaceShipOne y del Canadian Arrow.

Ilustración del cohete Armadillo en su ascenso.X PRIZE FOUNDATION

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