CELEBRACIÓN DEL ONZE DE SETEMBRE

Abucheos y agresiones a representantes de Esquerra Republicana

La comitiva independentista es expulsada por tres veces del Fossar de les Moreres

El peaje del poder pasó ayer factura a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que fue objeto de abucheos e incluso de agresiones por parte de los sectores más radicales. Por la mañana, ya hubo silbidos contra la comitiva republicana que hizo la ofrenda floral a la estatua de Rafael Casanova, el que fuera conseller en cap de Barcelona durante la guerra de Sucesión que acabó con el triunfo de Felipe V de Borbón.

Pero la cosa no pasó de pitidos e imprecaciones como "traidores" (botiflers, en catalán).

Lo más grave sucedió casi a la misma hora en otro punto de la ciud...

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El peaje del poder pasó ayer factura a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que fue objeto de abucheos e incluso de agresiones por parte de los sectores más radicales. Por la mañana, ya hubo silbidos contra la comitiva republicana que hizo la ofrenda floral a la estatua de Rafael Casanova, el que fuera conseller en cap de Barcelona durante la guerra de Sucesión que acabó con el triunfo de Felipe V de Borbón.

Pero la cosa no pasó de pitidos e imprecaciones como "traidores" (botiflers, en catalán).

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Lo más grave sucedió casi a la misma hora en otro punto de la ciudad, en el Fossar de les Moreres, donde están enterrados los defensores de Barcelona contra las tropas borbónicas, y en cuyo marco se concentran anualmente los nacionalistas más radicales. Ahí hubo forcejeo, golpes y se impidió hasta por tres veces que una nutrida delegación de las juventudes republicanas pudiera penetrar en la plaza para rendir homenaje a los muertos en 1714. Los jóvenes de ERC optaron por retirarse, para evitar que la situación -donde hubo golpes y algún que otro militante republicano se retiró sangrando- se encrespase. El consejero de Comercio, Josep Huguet, tachó de "fascistas" a los autores de las agresiones . El Fossar de les Moreres se ha convertido en feudo de organizaciones radicales a cuyos mítines asisten representantes de Batasuna. Pero las JERC -juventudes del partido- sí han asistido habitualmente a este escenario. Y este año, los más radicales no han perdonado a Esquerra su participación en la redacción de un Estatuto que consideran una traición. A los militantes de ERC, los radicales les mostraban también fotografías de sus dirigentes saludando al Rey, entre pancartas de "Ningún Estatut nos hará libres", "No a l'Estatut. Independencia y revolución".

Marcha independentista

Y ahora que el ejercicio del poder parece que obliga a los republicanos a alejarse del Fossar de Les Moreres, quien se acerca a ese escenario es el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Una vez pasado a la reserva política, y tras una ausencia que se ha prolongado durante sus 23 años de presidencia, Pujol en la vigilia de la Diada acompañó a los jóvenes de su partido para advertir contra un Estatut que no colme sus actuales expectativas nacionalistas.

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Pujol además estuvo ayer ausente de la celebración institucional de la Diada en el Parc de la Ciutadella, un acto que ha permitido por segundo año que el Partido Popular no realizara la ofrenda floral a la estatuta de Rafael Casanova. Para los populares ese acto se había convertido en una especie de via crucis, pues su comitiva era el blanco preferido -junto con la junta directiva del Real Club Deportivo Espanyol- de los más radicales. De hecho todos los partidos parlamentarios son abucheados cuando acuden a depositar la ofrenda floral. Y la situación ha mejorado en los últimos años en que las vallas separan a los políticos del público.Los socialistas, encabezados por su primer secretario, José Montilla, y duchos en esas situaciones duras, llevaban ayer pancartas con un Volem l'Estatut, que exhibieron en cuanto comenzaron a arreciar los abucheos.

Por la tarde, más de 5000 personas, según la Guardia Urbana, se manifestaron pacíficamente por el centro de Barcelona para reclamar la independencia de los Païssos Catalans. ERC participó, con cortejo propio -protegido por un servicio de orden- en esta marcha defendiendo la independencia, pero también un nuevo Estatut.

Los manifestantes más radicales, la gran mayoría de ellos jóvenes, cortaron la Ronda Sant Pere portando pancartas contra la reforma del Estatut. La manifestación, que se inició hacia las 17.30 horas en la plaza Urquinaona, transcurrió sin apenas incidentes. Un grupo muy reducido lanzó petardos y botes de pintura en algunos de los edificios que encontró a su paso. La marcha finalizó en el paseo del Born, donde fue leído un manifiesto en favor de la autodeterminación.

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