Energía solar
El estratosférico precio del petróleo y los desordenes climáticos refuerzan la oportunidad del Plan de Energía Renovables 2005-2010, que, a su vez, ha confirmado un justificado interés por la inversión en proyectos de energía solar. Al igual que la energía eólica en los últimos 10 años, la energía solar fotovoltaica apunta a un despegue similar.
La generación de energía solar fotovoltaica (paneles solares) presenta expectativas de desarrollo favorables, que se asientan en el tratamiento regulatorio y en las ayudas y subvenciones a la inversión que proporcionan instituciones autonómicas ...
El estratosférico precio del petróleo y los desordenes climáticos refuerzan la oportunidad del Plan de Energía Renovables 2005-2010, que, a su vez, ha confirmado un justificado interés por la inversión en proyectos de energía solar. Al igual que la energía eólica en los últimos 10 años, la energía solar fotovoltaica apunta a un despegue similar.
La generación de energía solar fotovoltaica (paneles solares) presenta expectativas de desarrollo favorables, que se asientan en el tratamiento regulatorio y en las ayudas y subvenciones a la inversión que proporcionan instituciones autonómicas y locales. La tecnología fotovoltaica es más cara y menos eficiente que la solar térmica, por lo que su implantación solía orientarse a suministrar energía a zonas rurales o aisladas sin conexión a la red, mediante instalaciones de baja potencia unitaria. La alta retribución fijada para favorecer la generación eléctrica fotovoltaica, ha permitido el paulatino desarrollo de instalaciones conectadas a la red, que venden su producción al sistema.
El umbral de rentabilidad para proyectos fotovoltaicos está situado en unas 1.200 horas equivalentes anuales de sol
La apuesta no es gratis: el precio al que el sistema compra la energía solar fotovoltaica es seis veces superior a la eólica, sobrecoste que se repercutirá en incrementos de la tarifa eléctrica.
El umbral de rentabilidad para proyectos fotovoltaicos está situado en unas 1.200 horas equivalentes anuales de sol, fácilmente alcanzable en todo el territorio nacional. El marco regulador debe ser sensible al riesgo tecnológico, ya que las futuras mejoras en eficiencia y rendimiento de las placas solares no debe traducirse en una menor retribución de las instalaciones actuales, cuya rentabilidad requiere más de 20 años de explotación.
También será necesario que los ayuntamientos aumenten su implicación en el desarrollo del sector fotovoltaico. Pese al efecto positivo que tiene sobre el medio ambiente la reducción de emisiones de CO2, hay que tener en cuenta que estas instalaciones conllevan un impacto visual y la ocupación de un terreno extenso.
Cristina de la Viesca y Arturo Rojas son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).