Científicos españoles curan en ratones la esclerosis múltiple

Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han desarrollado una terapia que cura ratones a los que se les había provocado artritis reumatoide y esclerosis múltiple. El tratamiento sirve para ambas dolencias porque las dos tienen la misma causa: un ataque por parte del propio sistema inmuno-lógico del enfermo.

"Los resultados con animales son muy prometedores", aunque su posible aplicación en humanos "hay que tomarla aún con cautela", advierte el director de la investigación, Mario Delgado. El trabajo ha sido publicado en la revista de la Academia Nacional de ...

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Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han desarrollado una terapia que cura ratones a los que se les había provocado artritis reumatoide y esclerosis múltiple. El tratamiento sirve para ambas dolencias porque las dos tienen la misma causa: un ataque por parte del propio sistema inmuno-lógico del enfermo.

"Los resultados con animales son muy prometedores", aunque su posible aplicación en humanos "hay que tomarla aún con cautela", advierte el director de la investigación, Mario Delgado. El trabajo ha sido publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU (PNAS).

El tratamiento comienza con la extracción de células sanguíneas o de la médula de los animales enfermos. Este material se trata con una proteína llamada VIP. Este método convierte las células extraídas en otro tipo de células, llamadas dendríticas, explica Delgado desde el Instituto de Parasitología y Biomedicina de Granada.

Estas células son clave en el sistema defensivo del cuerpo. Su trabajo habitual es crear los anticuerpos que atacan a virus, bacterias y otros agentes infecciosos. En este caso se logra un "subtipo de células dendríticas llamadas reguladoras, que evitan el exceso de respuesta inmunitaria", afirma Delgado.

En verdad, el agente que evita que los linfocitos (los glóbulos blancos) ataquen al propio organismo no son las células dendríticas en sí, sino otras células que se obtienen a partir de éstas: las llamadas T reguladoras. Los científicos han inyectado en los animales enfermos tanto las células T como sus precursoras, las dendríticas. Con ambos métodos consiguieron que los animales mejoraran.

La posible aplicación en humanos tardará, y además será caro, porque habrá que repetir todo el proceso para cada persona, dice el investigador. Pero "puede compensar en personas con artritis que no respondan a los fármacos existentes y, sobre todo, en los enfermos de esclerosis múltiple", una dolencia muy incapacitante que no tiene cura, añade Delgado.

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