La patronal cerámica da por perdido el mercado marroquí ante el alza de los aranceles hasta el 77%

El presidente de la patronal cerámica, Ascer, Fernando Diago, dio ayer por perdido el mercado marroquí para las exportaciones de pavimentos esmaltados ante la inminente publicación de una medida de salvaguarda que eleva los aranceles al producto extranjero hasta el 77% de su coste original. "Desgraciadamente, lo que veníamos intuyendo, está a punto de suceder", señaló Diago, quien cuantificó en 30 millones de euros la cifra de ventas anuales de productores españoles al mercado de Marruecos.

El Gobierno marroquí ha hecho saber su intención de duplicar los aranceles, pero aún no ha public...

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El presidente de la patronal cerámica, Ascer, Fernando Diago, dio ayer por perdido el mercado marroquí para las exportaciones de pavimentos esmaltados ante la inminente publicación de una medida de salvaguarda que eleva los aranceles al producto extranjero hasta el 77% de su coste original. "Desgraciadamente, lo que veníamos intuyendo, está a punto de suceder", señaló Diago, quien cuantificó en 30 millones de euros la cifra de ventas anuales de productores españoles al mercado de Marruecos.

El Gobierno marroquí ha hecho saber su intención de duplicar los aranceles, pero aún no ha publicado la orden correspondiente en sus boletines oficiales, de modo que los azulejeros albergan la esperanza de que la Unión Europea intervenga y esgrima el espíritu del acuerdo preferencial con Marrueco para evitar la nueva tasa.

El responsable de Ascer sugiere que la medida de salvaguardia debe aplicarse sólo a productos muy baratos. Así afectaría directamente a la importación china, de la que los marroquíes quieren protegerse, y no a la española e italiana. China vende sus azulejos a un precio en torno a un euro el metro cuadrado, mientras que el producto español tiene un precio medio en torno a 5,5 euros por metro cuadrado.

El proceso que culminará con esta medida de salvaguardia se inició el pasado mes de enero cuando el gobierno de Marruecos comenzó a exigir a los productos cerámicos un certificado de calidad que en Europa es optativo y que ni siquiera cumplen los productores locales. Las autoridades del país vecino, tras varias jornadas de negociación, llegaron a admitir que la medida se había adoptado como protección ante las importaciones chinas, que se han multiplicado por cuarenta en sólo dos años. Sin embargo, nunca levantaron la restricción a la producción española, sólo facilitaron la entrada de azulejos españoles con una reducción de las inspecciones aduaneras. Ahora, la medida de salvaguarda, adelantada por el Gobierno marroquí, no distingue procedencias y supone "la expulsión de los productores españoles", según Diago.

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