Reportaje:

Una agonía en clave de zinc

Zinsa se debate entre el drama de la descapitalización y las esperanzas puestas en la recalificación de terrenos

El ocaso de Española del Zinc (Zinsa) suena ya a una canción vieja en Cartagena, que alberga a esta industria desde mediados de los años cincuenta. En una situación de concurso necesario o suspensión de pagos y con un expediente de regulación de empleo para 233 de los 270 trabajadores en plantilla, sus chimeneas han dejado de teñir de amarillo el cielo de esta localidad murciana, de unos 200.000 habitantes, y que en los últimos 10 años ha vivido una transformación importante, al pasar de ser una ciudad industrial a vivir una eclosión del sector servicios. La empresa se debate ahora entre el dr...

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El ocaso de Española del Zinc (Zinsa) suena ya a una canción vieja en Cartagena, que alberga a esta industria desde mediados de los años cincuenta. En una situación de concurso necesario o suspensión de pagos y con un expediente de regulación de empleo para 233 de los 270 trabajadores en plantilla, sus chimeneas han dejado de teñir de amarillo el cielo de esta localidad murciana, de unos 200.000 habitantes, y que en los últimos 10 años ha vivido una transformación importante, al pasar de ser una ciudad industrial a vivir una eclosión del sector servicios. La empresa se debate ahora entre el drama de la descapitalización y las esperanzas puestas en una recalificación de terrenos.

El Ayuntamiento de Cartagena descarta recalificar los terrenos de la sociedad si ésta no garantiza los 270 empleos directos de la plantilla
Zinsa ha perdido cerca de dos millones de euros en el primer trimestre de este año. En 2004 sus 'números rojos' alcanzaron los 21,5 millones
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La crisis de Zinsa suena a algo conocido, porque en los últimos años ha habido otros casos, como, por ejemplo, el de Potasas y Derivados y el de Fertiberia, en los que empresas con beneficios se descapitalizan en pocos años y acaban valiendo lo mismo que sus terrenos, ubicados en zonas cercanas al centro de Cartagena.

Los viejos sindicalistas del lugar lo tienen claro: en una situación óptima desde el punto de vista de la coyuntura del mercado del zinc, metal que ha protagonizado en el mercado de Londres un alza del 26% en 2004, aunque la revalorización del euro hace que el precio real sólo haya sido un 15% superior al de 2003, las pérdidas de la empresa y la suspensión de pagos solicitada por los responsables de la sociedad tras la petición de Iberdrola de que se le pagara una deuda de 3,6 millones de euros se debe al interés del consejo de administración del que el Ayuntamiento de Cartagena, gobernado por la popular Pilar Barreiro, le recalifique los terrenos en los que está ubicada la factoría, algo que la primera edil ha descartado si no se garantizan los 270 puestos de trabajo directos.

El ex consejero murciano de Economía e Industria, Patricio Valverde, fue meridiano el pasado mes de abril al explicar lo que él consideraba los motivos de la suspensión de pagos de Zinsa en el Parlamento regional: "En la fábrica no se han acometido inversiones importantes desde 1996, salvo la instalación de unos filtros en 2002, por lo que las instalaciones han quedado obsoletas".

Y tan anticuada estaba esta industria que el Gobierno murciano se vio obligado, recientemente, a ordenar la paralización de varias unidades de la factoría porque no cumplían con la normativa vigente, a lo que hay que añadir una multa de 12.000 euros por no depurar de forma correcta sus residuos.

Además, la Consejería de Industria y Medio Ambiente ha ordenado el sellado del vertedero de Zinsa, lo que de hecho paraliza las actividades de la empresa, ya que en el caso de poder comprar la blenda, materia prima con la que se elabora el zinc, no tendrían dónde depositar los deshechos, lo que supone un problema añadido para la entidad.

Para el ex consejero murciano, la empresa mantiene tres problemas principales. Uno de ellos es el financiero, que requiere la presentación de un plan "serio" de viabilidad. Otro de gestión, que implica la necesidad de una mayor estabilidad en el consejo de administración de Zinsa, y un tercero industrial, para cuya solución considera necesarias nuevas inversiones "y no el traslado de la factoría a Escombreras" tal y como han alegado los responsables del consejo de administración.

Pero los últimos movimientos en el consejo de administración de Zinsa no parecen ser muy halagüeños para la clarificación del futuro de la empresa: Cartera Meridional, una entidad con intereses en el sector inmobiliario, se hizo en el mes de julio de 2004, en pleno desplome de beneficios de Española del Zinc, con el 10% de las acciones, convirtiéndose en el principal propietario. Este movimiento accionarial, unido al elevado interés que podría tener el terreno, muy cercano al polígono industrial de Cabezo Beaza, ha elevado las especulaciones sobre el verdadero interés de los accionistas, que han ampliado el consejo de administración de siete a diez miembros, convirtiéndose en mayoritarios.

Rosario de pérdidas

Los datos que periódicamente comunica la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) parecen darle la razón al ex consejero de Economía acerca de la mala gestión de la misma: Zinsa ha perdido cerca de dos millones de euros en los primeros tres meses de 2005 y 21,5 millones en 2004, casi cinco veces más que en 2003, año en el que tuvo un déficit de 4,4 millones.

Española del Zinc, en su avance trimestral, explica estas pérdidas, que suman en total los 29 millones de euros, por las enormes dificultades existentes en el suministro de materia prima, lo que justifica, a su juicio, la solicitud al Juzgado de lo Mercantil número 1 de Murcia de la aprobación del expediente de regulación de empleo temporal para los 233 trabajadores, cuya vigencia terminaría el 31 de agosto próximo.

Pero en el documento oficial, en el que la empresa explica los motivos de su fracaso económico, destacan también que los precios del zinc durante el ejercicio de 2004 fueron superiores a los de 2003 en un 26,5% y que la empresa elaboró unas 8.000 toneladas menos "debido a la parada de mantenimiento programada y a los problemas de suministro de mantenimiento".

Las instalaciones de Zinsa en Cartagena muestran un aspecto de total abandono.FRAN MANZANERA

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