Kate Hudson lucha contra la superstición en un 'thriller'

Vaya donde vaya, la actriz estadounidense Kate Hudson, de 26 años, lleva consigo unos cristales que le traen suerte. También ayer a Madrid, donde presentó La llave del mal, de Ian Sofley, un thriller lleno de supersticiones que se estrena en España el próximo viernes. Éste es el primer filme de terror de Hudson, que se dio a conocer por su candidatura a mejor actriz de reparto y del Globo de Oro por Casi famosos.

En La llave del mal, del guionista de The ring, Ehren Kruger, Caroline (Hudson) se traslada a vivir a una decrépita y siniestra mansión rodea...

Vaya donde vaya, la actriz estadounidense Kate Hudson, de 26 años, lleva consigo unos cristales que le traen suerte. También ayer a Madrid, donde presentó La llave del mal, de Ian Sofley, un thriller lleno de supersticiones que se estrena en España el próximo viernes. Éste es el primer filme de terror de Hudson, que se dio a conocer por su candidatura a mejor actriz de reparto y del Globo de Oro por Casi famosos.

En La llave del mal, del guionista de The ring, Ehren Kruger, Caroline (Hudson) se traslada a vivir a una decrépita y siniestra mansión rodeada de pantanos y leyendas de magia negra. Tiene que cuidar de Ben Devereaux (John Hurt), un anciano que no habla y apenas se mueve, y de su mujer, Violet (Gena Rowlands). Ella no cree en el hoodoo -una magia que se sigue practicando en el sur de EE UU para obtener poder, salud y suerte y que fue importada por los esclavos negros-, pero todo la arrastra a pensar lo contrario. " Ian ha conseguido que los personajes lleven la historia, no al revés, como ocurre en muchos thrillers", comentó alabando al realizador.

Dijo que sí al filme y en la preproducción se quedó embarazada. El rodaje se retrasó un año y la maternidad le dio madurez: "Un bebé te hace pensar en la muerte, en por qué estamos aquí... Pero a la vez estaba llena de energía y dispuesta a hacer lo que me dijesen". Y Kate, hija de Goldie Hawn e hijastra de Kurt Russell, terminó con las rodillas amoratadas y empapada durante largas horas porque se negó a que una doble actuase en las escenas en las que tenía que romper ventanas, trepar, arrastrarse por el barro y remar en un pantano lleno de cocodrilos.